Clientes y trabajadores en un bar de París
La semana laboral de 35 horas entró en vigor en Francia con carácter general -obligatoria para todas las empresas, salvo excepciones- el primero de enero del 2002. Esta medida, de fuerte simbolismo político para la izquierda, la puso en marcha el Gobierno socialista de Lionel Jospin, que cohabitaba en aquel momento con un presidente de la República conservador, Jacques Chirac.
El listón de las 35 horas de trabajo por semana es una referencia, y a partir de ahí, salvo casos particulares, deben abonarse horas extraordinarias.
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Llegar a la semana laboral de 35 horas fue un proceso difícil. François Mitterand la prometió en la campaña electoral que lo llevó al Elíseo en 1981, al frente de una alianza con los comunistas. Pero luego la reducción solo fue de una hora, de 40 a 39. Finalmente fueron Jospin y su ministra de Trabajo, Martine Aubry -actual alcaldesa de Lille e hija de Jacques Delors, expresidente de la UE- quieren consiguieron, tras muchos debates y resistencias de la patronal, que el Parlamento aprobara la reforma en dos leyes votadas en 1998 y 2000.
El partido de Mélenchon, La Francia Insumisa, aboga por reducir la semana laboral a 32 horas
La izquierda francesa, sobre todo La Francia Insumisa (LFI), que dirige Jean-Luc Mélenchon, querría avanzar hacia una semana laboral de 32 horas. De hecho esta propuesta, apoyada por algunos sindicatos, figuraba en el programa de LFI y luego de la coalición de izquierdas en las elecciones presidenciales y legislativas del 2022.
Martine Aubry, alcaldesa de Lille, era ministra de Trabajo cuando se aprobó la semana laboral de 35 horas
El diputado de LFI por París Aymeric Caron abogó por la semana laboral de 32 horas en una reciente entrevista con el semanario Le Point. Según el parlamentario, trabajar menos tiene un lógica ecológica, pues ayuda a no sobreexplotar los recursos del planeta. "Con la informatización y la robotización, vamos hacia la desaparición del trabajo -señaló Caron-. No tomar en cuenta esta realidad y no anticiparla es un error político de envergadura". Para el diputado de LFI, la reducción del tiempo de trabajo lograda en los siglos XIX y XX fue un avance que no debe revertirse.
La patronal plantea flexibilizar la norma actual para permitir, empresa por empresa, trabajar más tiempo
Hace unos meses, la patronal francesa (Medef) publicó un documento en el que planteó flexibilizar la norma de las 35 horas para "tomar en cuenta la diversidad de situaciones y permitir la fijación negociada de la duración del trabajo a nivel de cada empresa", algo que levanta el rechazo de los sindicatos. La organización patronal también propuso suprimir dos de los once días festivos anuales que hoy existen.
Es de prever que, como sucedió con la elevación en dos años de la edad legal de jubilación -de 62 a 64-, suprimir el carácter general de la semana laboral de 35 horas desencadenaría airadas protestas en la calle.