La Voz de Galicia

Los okupas y la droga se descontrolan en una antigua escuela de Boiro: «Hay un desfile de gente que ni en la Cibeles»

Barbanza

CHRISTOPHER RODRÍGUEZ RIBEIRA / LA VOZ
Los vecinos de San Mauro conviven desde hace más de un año con los okupas de la unitaria.

Vecinos denuncian constantes incidentes relacionados con la venta de estupefacientes

25 Oct 2023. Actualizado a las 18:18 h.

La Guardia Civil de Boiro desarticuló en octubre del año pasado un punto de venta de droga situado en la antigua escuela unitaria de San Mauro, en Boiro. La operación se saldó con la detención de un okupa que vivía en el inmueble, además de con la incautación de numerosas dosis de cocaína y heroína. Un año después de esto, la sombra de la okupación en el núcleo de la parroquia de Santiago de Lampón ha vuelto a descontrolarse y a sembrar el pánico tras una calma que, según explican residentes de la zona, apenas duró unos días.

«Fue un visto y no visto. Al poco tiempo de la detención ya estaban otra vez haciendo de las suyas. Esto es un no parar de coches y de problemas. Todos los días hay un desfile de gente que ni en la Cibeles», explica indignada una vecina de la aldea.

La preocupación alrededor de los moradores ilegales de la antigua escuela es máxima y más después de los episodios que narran los afectados. Desde robos, a reyertas y pasando por una constante sensación de inseguridad, la pesadilla en San Mauro, población que no llega ni a cien habitantes, parece no tener fin.

Cerca de una decena de personas están prácticamente en todo momento en el interior del inmueble, al que los okupas poco a poco han ido dotando de servicios y pequeñas comodidades. Según comentan vecinos de las inmediaciones, hace menos de un mes los inquilinos de la unitaria comenzaron a traer muebles y electrodomésticos de todo tipo. Garantizan que están conectados a la traída vecinal y a la municipal, además de usar de forma irregular el tendido eléctrico: «Pagámolo entre todos. É unha vergonza permitir isto».

Con el paso de los meses los okupas han ido implementado elementos para garantizarse ser molestados lo menos posible. La puerta de acceso se encuentra cerrada con un candado y un cartel que advierte de la presencia de un perro peligroso completa su protección. A simple vista podría parecer que las instalaciones se encuentran abandonadas debido a la gran cantidad de basura y maleza que se acumula en el patio. Pese a esto, la presencia de una especie de antena parabólica y cables y prendas que asoman por las ventanas indican que la escuela rezuma vida, aunque no la que se espera de un vecindario ejemplar.

Medidas de precaución

Lo que más preocupa e indigna a los habitantes de San Mauro es el hecho de que la antigua unitaria se haya convertido en un punto de venta de drogas conocido en toda la comarca. Las trifulcas, dicen, son el pan de cada día y los okupas acuden habitualmente a las casas a timbrar pidiendo que se les preste un teléfono o pequeñas cantidades de dinero: «É unha barbaridade o número de xente que acude á escola a pillar droga. Día e noite. Incluso fan cola. Algunhas persoas maiores non saen da casa por medo. Non van facer nada ata que pase algo grave», comenta un vecino harto de aguantar esta situación al pie de su casa.

El temor es patente y se puede comprobar con tan solo timbrar a alguna de las viviendas de los alrededores. La premisa a la hora de abrir es clara: asomarse primero a la ventana para evitar sorpresas desagradables. «Xa lle dicimos aos nenos e ás persoas maiores que non abran a ninguén descoñecido. Nesta situación nunca sabes o que pode pasar», explica una vecina al tiempo que recuerda el robo de una toalla y de una barbacoa del que acusa a los okupas. Otra mujer comenta que los inquilinos de la escuela también lanzan deshechos a fincas adyacentes como «ropa, basura e incluso botes llenos de pastillas».

Al parecer, para acceder a las instalaciones es necesario contactar por teléfono con uno de los okupas, ya que llamando a gritos desde el exterior no hay ningún tipo de reacción procedente del edificio. A medida que avanza el día la actividad aumenta en el inmueble, por lo que se sospecha que ambas plantas de la unitaria están totalmente okupadas.

Los habitantes de San Mauro han puesto en conocimiento del Concello de Boiro su preocupación. Fuentes municipales explican que, pese a ser una instalación pública, la Administración local no puede actuar de oficio en el desalojo. Sin embargo, confirman que han iniciado los trámites legales para su desokupación.


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