Cómo han cambiado las fronteras de Israel desde su creación hace 75 años
(y qué partes aún no están definidas)
Israel nació como Estado en 1948 tras el fin del mandato británico en la antigua Palestina.
Pero sus fronteras actuales son muy diferentes a las de hace 75 años, cuando David Ben-Gurion se convirtió en el primer dirigente del entonces naciente país.
Además, solamente dos de sus líneas limítrofes, las que comparte con Egipto y Jordania, han sido ratificadas. Las que comparte con Siria, Líbano y los territorios palestinos siguen en disputa.
Esa es una de las razones por las que las tensiones en la región son constantes.
En BBC Mundo te contamos cómo han cambiado las fronteras de Israel desde su fundación como Estado.
El ideal del movimiento sionista fue concebido en el siglo XIX con el objetivo de crear una patria para los judíos, perseguidos en distintos países de Europa y Asia durante siglos.
A finales de 1917, en plena Primera Guerra Mundial, un grupo de políticos en Londres hizo público un documento, ahora conocido como la Declaración Balfour, en el que el gobierno británico prometió crear un "hogar nacional" para el pueblo judío en la región de Palestina.
Mientras que los israelíes consideran la Declaración Balfour como la piedra fundacional del Israel moderno, los árabes lo consideran una traición ya que habían colaborado con los británicos en su lucha contra el Imperio otomano.
Se estima que unos 100.000 inmigrantes judíos llegaron a esa región tras la Declaración Balfour.
Tras la caída del Imperio otomano, Gran Bretaña y Francia se repartieron la región y determinaron que Palestina quedaría bajo el control de Londres y albergaría una comunidad judía considerable.
En 1921, Londres estableció el Emirato de Transjordania, un protectorado que formaba parte del Mandato británico.
Estaba conformado por tierras al este del río Jordán, que hoy separa Jordania de Israel.
La nueva organización territorial entró en vigor en 1923 y a partir de allí la inmigración sionista en la región continuó y se intensificó.
Durante la década de 1930, la población árabe comenzó a mostrar su descontento respecto al aumento de la población judía y la violencia entre ambas comunidades creció progresivamente.
Para intentar atenuar las protestas y el surgimiento del nacionalismo árabe palestino los británicos decidieron ponerle cuotas a la inmigración judía en 1939, justo cuando el líder nazi Adolf Hitler comenzaba a poner en marcha su plan para exterminar a los judíos en Europa.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la presión para crear un Estado judío creció a medida que se revelaban los horrores cometidos durante el Holocausto.
Transjordania se separó formalmente del Mandato británico de Palestina y se convirtió en un Estado independiente en 1946. Su nombre actual es Jordania.
Al otro lado del río Jordán, la Asamblea General de las Naciones Unidas propuso en 1947 la partición de Palestina en dos: un Estado judío y otro árabe.
Jerusalén sería una ciudad internacional.
Fue aprobado por la resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 29 de noviembre de 1947. El plan fue aceptado por los judíos, pero no por los árabes.
Nunca fue implementado.
La medianoche del 14 de mayo de 1948 expiraba el Mandato británico de Palestina y los británicos abandonaron formalmente el territorio.
Ese mismo día Israel declaró su independencia.
Horas después, los ejércitos de Egipto, Jordania, Siria, Líbano e Irak invadieron Israel.
Los combates se prolongaron por unos 15 meses y cobraron miles de vidas. Los árabes no lograron derrotar al naciente Estado judío.
Se estima que durante la guerra alrededor de 750.000 árabes palestinos huyeron o fueron expulsados de sus hogares por las fuerzas israelíes.
Nunca se les permitió regresar.
Los palestinos se refieren a este oscuro episodio de persecución, desplazamiento y ocupación israelí como la "Nakba" o la catástrofe palestina.
A principios de 1949, Israel mantuvo negociaciones directas, bajo la supervisión de la ONU, con cada uno de los países invasores, menos Irak, que siempre se negó a negociar con los israelíes.
Acordaron un alto al fuego y trazaron líneas de armisticio a lo largo de las fronteras de Israel.
Cisjordania y Jerusalén Este quedaron bajo control jordano y la Franja de Gaza quedó bajo administración egipcia.
Parte del oeste del extinto Mandato de Palestina quedó bajo dominio israelí.
Jerusalén Occidental quedó bajo dominio israelí mientras que Jerusalén Este quedó bajo control jordano
El conflicto no desapareció de la región.
En 1956 Israel planeó con Gran Bretaña y Francia una invasión a Egipto, en lo ahora se recuerda como la crisis de Suez, o la guerra del Sinaí.
Políticamente, la intervención en Suez fue un desastre para las fuerzas invasoras. Ante la presión internacional, tanto de Washington como de Moscú, los tres países se vieron obligados a retirar sus tropas de Egipto.
Mientras tanto, Gamal Abdel Nasser, entonces presidente de Egipto, se había convertido en una especie de héroe en el mundo árabe tras desafiar a Gran Bretaña, Francia e Israel en la crisis de Suez.
A medida que los roces entre Israel y sus vecinos árabes se intensificaban, también aumentaba la presión sobre Nasser para que actuara como el líder del movimiento nacionalista panárabe que impulsaba.
Por otro lado, la Guerra Fría contribuyó a que el conflicto se tornara más violento. La Unión Soviética ayudó a Egipto a modernizar su fuerza aérea, al mismo tiempo que Israel se dotó de aviones, tanques y equipo militar de Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Las fronteras se calentaron debido a varias incursiones israelíes en Cisjordania, y otras regiones controladas por países árabes, y a una serie de ataques de guerrilleros propalestinos dentro de Israel.
En 1959, miembros de la diáspora palestina, la mayoría de ellos profesionales educados en El Cairo y Beirut, habían fundado el grupo de combate Fatah, con la intención de llevar a cabo incursiones en territorio israelí.
El 13 de mayo de 1967, Moscú advirtió a los líderes egipcios que Israel estaba concentrando tropas en la frontera con Siria y que atacaría en una semana.
“Debido a la experiencia que tuvieron los egipcios entre 1948 y 1956, entendieron cuán rápido Israel podía reclutar a sus soldados de reserva y estar listo para un ataque. Creo que los expertos en Moscú compartían esta preocupación y creían que un ataque israelí era posible e inminente”, le dice a BBC Mundo el historiador israelí Ilan Pappe, profesor de la Universidad de Exeter, Reino Unido.
A raíz de la advertencia soviética, Egipto puso a su ejército en alerta máxima para la guerra, expulsó a las fuerzas de paz de la ONU que habían patrullado la frontera con Israel desde 1956 y trasladó tropas al desierto del Sinaí.
Pero las preparaciones fueron inútiles. El plan de guerra israelí comenzó el 5 de junio y en seis días derrotó a los ejércitos de Egipto, Jordania y Siria.
Esto implicó la conquista de la Franja de Gaza y el desierto del Sinaí de Egipto.
También de Cisjordania y Jerusalén Este, hasta entonces bajo control de Jordania.
Supuso también la ocupación de los Altos del Golán de Siria.
La Guerra de los Seis Días dio paso al mayor cambio de fronteras en la región.
Los israelíes redibujaron el mapa de Medio Oriente y triplicaron los territorios bajo su dominio.
Además, celebraron que por primera vez en casi dos mil años los judíos controlarían los lugares santos para su pueblo en Jerusalén.
Durante el conflicto otros 300.000 palestinos perdieron sus hogares y sus tierras y se convirtieron en desplazados y refugiados.
Nasser renunció tras la humillante derrota, pero volvió al poder después de que millones de personas salieran a las calles pidiendo su regreso. Gobernó Egipto hasta su muerte en 1970.
Tras la Guerra de los Seis Días las hostilidades entre Egipto e Israel continuaron por más de una década, en una guerra de desgaste (1967-1970) en la que Egipto intentó sin éxito recuperar el Sinaí.
Un ataque sorpresa de Egipto y Siria contra Israel el 6 de octubre de 1973, cuando los israelíes celebraban el Yom Kippur, la fecha más sagrada del calendario, desató otro sangriento conflicto conocido como la Guerra de Yom Kippur o la Guerra de Octubre.
Con esta nueva ofensiva, los árabes trataban de revertir la humillante derrota de 1967.
Luego de dos semanas de combates y miles de muertos en ambos bandos, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el 22 de ese mes una nueva resolución pidiendo un alto al fuego y ratificando la Resolución 242 aprobada en 1967, que instaba a Israel a retirarse de los territorios ocupados.
Poco después, los líderes militares israelíes y egipcios se reunieron por primera vez en 25 años para negociar un alto al fuego.
Cuando entró en vigor, el 25 de octubre, las fuerzas israelíes estaban cerca de las puertas de Damasco y a unos 100 kilómetros de El Cairo.
La guerra fue corta, pero cambió la dinámica regional.
Egipto salió de la esfera de influencia soviética y se convirtió en un aliado de Estados Unidos.
Con la mediación de Washington, Egipto e Israel iniciaron conversaciones para fomentar un acuerdo de paz estable entre los dos países.
Fueron meses de arduas conversaciones en las que ambos países intercambiaron prisioneros y realizaron concesiones.
El 19 de noviembre de 1977, el presidente egipcio Anwar Sadat reconoció al Estado de Israel en un discurso ante el Parlamento israelí en Jerusalén, abriendo un nuevo capítulo en la turbulenta historia regional y poniéndole fin a treinta años de hostilidades.
En septiembre de 1978, Sadat y el primer ministro israelí, Menahem Begin, firmaron en Estados Unidos los Acuerdos de Camp David, en los que establecieron un "marco de trabajo para la paz en Medio Oriente".
Lo sucedido en Camp David condujo a que en marzo de 1979, Sadat y Begin concluyeran un tratado de paz bilateral entre Israel y Egipto.
Israel accedió a entregar la península del Sinaí, ocupada durante la guerra de 1967, pero solo con la condición de que Egipto dejara la península desmilitarizada, limitando su número de tropas allí.
“Fue visto como un gran éxito estratégico (a excepción de la extrema derecha israelí, actualmente en el poder) porque se logró sacar del ciclo bélico a la nación árabe más importante. En Egipto solo los allegados al régimen y quizás los de la industria turística dieron su bendición”, dice Pappe.
Los países árabes también boicotearon a Egipto por negociar de forma individual un tratado con Israel y votaron su expulsión de la Liga Árabe.
El 6 de octubre de 1981, Sadat fue asesinado durante un desfile en El Cairo.
En virtud del tratado, se estableció la frontera entre ambos países e Israel retiró todas sus fuerzas y colonos del Sinaí, un proceso que se completó en 1982.
Eso dejó a Israel ocupando la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental con sus fronteras todavía delineadas por las líneas del Armisticio de 1949.
También los Altos del Golán, cuya línea divisoria es producto del armisticio con Siria en 1974.
En 1993, tras una serie de conversaciones secretas organizadas con la ayuda de Noruega, la dirigencia palestina, liderada por Yasser Arafat, y el gobierno israelí, presidido por Yitzhak Rabin, firmaron los Acuerdos de Oslo, que fueron vistos como un gran paso para lograr la paz entre ambos pueblos.
Esta fue la primera vez que los palestinos reconocían al Estado de Israel y los israelíes reconocían a las facciones palestinas -reunidas en la Organización para la Liberación Palestina (OLP)- como interlocutores válidos.
Oslo estipulaba que las tropas israelíes se retirarían gradualmente de Cisjordania y la Franja de Gaza, además del nombramiento de una "Autoridad Autónoma Provisional Palestina" por un período de transición de cinco años.
Además, dividió el territorio cisjordano en diferentes áreas, según el nivel de control israelí y de autonomía palestina.
Muchos pensaron que el pacto le pondría fin a décadas de confrontación y conflicto y alentaba a que cada parte reconociera "sus derechos legítimos y políticos", pero sectores -tanto en los territorios palestinos como en Israel- lo rechazaron.
Arafat y Rabin -junto al ministro de Relaciones Exteriores israelí Shimon Peres- recibieron el Premio Nobel de la Paz en 1994.
Un año después, Rabin fue asesinado por un ultranacionalista israelí tras un acto que justamente celebraba los Acuerdos de Oslo.
El conflicto entre ambos bandos no cedió.
Algunos de los factores fueron la presencia de asentamientos de colonos judíos en los territorios palestinos o el rechazo israelí al regreso de los refugiados y desplazados de 1948 y 1967 a sus tierras.
Otros fueron los atentados que facciones palestinas continuaron cometiendo en suelo israelí y el conflicto interno en la Autoridad Nacional Palestina (que dejó de ser provisional tal como la planteaba Oslo) entre facciones como Fatah y Hamas, esta última en control de Gaza desde 2007.
Pero otros avances se registraron a nivel regional. En 1994, Israel y Jordania firmaron un tratado de paz que le puso fin a 46 años de conflicto.
Se convirtió en el segundo Estado árabe en reconocer a Israel y en definir su extensa frontera con su vecino.
En los últimos años, varias naciones árabes se han unido a Egipto y Jordania, reconociendo la soberanía de Israel y estableciendo lazos diplomáticos.
Emiratos Árabes Unidos (EAU) se convirtió en 2020 en el primer país del Golfo Pérsico y el tercer Estado árabe en firmar un acuerdo para normalizar sus relaciones con Israel.
Poco después, Baréin, Sudán y Marruecos se sumaron a la iniciativa de paz y también entablaron relaciones diplomáticas.
Israel solo tiene fronteras definidas actualmente con Egipto y Jordania.
Israel y el Líbano aún no han logrado alcanzar un tratado de paz para definir su frontera, pero la línea de armisticio de 1949 entre los dos países sirve como la frontera de facto.
Esta frontera no ha evitado al menos dos guerras en ese territorio (en 1982 y 2006) y múltiples conflictos menores, primero entre las tropas israelíes y los guerrilleros palestinos en Líbano y luego entre Israel y Hezbolá, la facción chiita musulmana en el sur libanés.
Mientras tanto, la frontera de Israel con Siria sigue sin definirse.
La ONU considera a los Altos del Golán como un "territorio ocupado" por Israel, mientras que los israelíes lo ven como un "territorio en disputa".
“En Líbano, sin una solución para los refugiados palestinos no puede haber una verdadera conversación sobre la paz y solo una retirada total de Israel de los Altos del Golán podría cambiar su relación con Siria”, sostiene el historiador Ilan Pappe.
75 años después de la creación de Israel, la paz entre palestinos e israelíes está tan distante como lo estuvo cuando la ONU propuso la partición del mandato de Palestina en dos.
Además, los palestinos consideran que el crecimiento de asentamientos judíos autorizados por Israel en la Cisjordania ocupada dificultan el diálogo y las negociaciones para un acuerdo de paz.
Israel ha construido unos 140 asentamientos en los que viven unos 600.000 judíos desde que ocupó Cisjordania y Jerusalén Este en la guerra de 1967.
La comunidad internacional considera que todos estos asentamientos son ilegales de acuerdo al derecho internacional, pero Israel niega que sea así.
El Consejo de Seguridad de la ONU reafirmó en febrero de este año "su compromiso inquebrantable" con la solución de dos Estados y aseguró que "las continuas actividades de asentamientos israelíes están poniendo en peligro la viabilidad de la solución de dos estados basado en las fronteras de 1967".
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CRÉDITOS
Texto: Norberto Paredes
Edición: Matías Zibell, Raffi Berg y Carol Olona
Diseño: Caroline Souza y Daniel Arce
Agradecimientos: Paula Rosas
Proyecto liderado por Carol Olona
Imágenes: Getty
Fuentes: ONU/ Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, archivos de la BBC, Enciclopedia Británica, archivos del Estado de Israel, Historia de los árabes por Albert Hourani, B’tselem, PASSIA, Ilan Pappe, profesor de la Universidad de Exeter, Reino Unido.