Italia exige a los migrantes 5.000 euros para evitar su retención

Italia exige a los migrantes 5.000 euros para evitar su retención y Bruselas destina más fondos al control migratorio

Decenas de pateras usadas por los inmigrantes para cruzar el Mediterráneo se acumulan en el puerto de la isla italiana de Lampedusa, este miércoles 20 de septiembre. EFE/ Gonzalo Sánchez

Roma / Bruselas (EuroEFE).- Italia anunció este viernes que los inmigrantes que lleguen a su territorio podrán evitar su retención en los centros de acogida si pagan casi 5.000 euros mientras se resuelve su petición de entrada en el país, mientras la Comisión Europea (CE) revelaba que dedicará casi 127 millones de euros a aplicar su acuerdo migratorio con Túnez.

Una legislación de 2015 sobre normas para la acogida de los solicitantes de protección internacional, basada en la directiva europea 2013/33, estipula que la retención de los inmigrantes puede ser dispuesta en dos casos: si no se entrega un pasaporte o un documento de identificación válido, o si no se ofrece una «garantía financiera», es decir, una cantidad de dinero a modo de fianza.

El decreto publicado este viernes por el Gobierno de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, establece esa cuantía en 4.938 euros durante todo el 2023 y servirá para dar a esas personas, por un máximo de 28 días, «un alojamiento adecuado en el territorio nacional», «medios de subsistencia mínimos necesarios» y «la suma necesaria para la repatriación».

La cantidad de casi 5.000 euros se actualizará cada dos años, previo cálculo del coste medio de la expulsión.

Von der Leyen anuncia en Lampedusa un plan europeo para frenar la inmigración irregular

Imagen facilitada por la oficina de prensa del Palacio Chigi de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni (i), y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (d); el pasado domingo en Lampedusa, Italia. EFE/EPA/FILIPPO ATTILI

Esta medida está dirigida a los inmigrantes -no pertenecientes a la Unión Europea-, denominados en el texto como «extranjeros», que «están en condiciones de ser retenidos durante el desarrollo de los procedimientos fronterizos» dirigidos a «determinar el derecho a entrar en el territorio del Estado».

La «garantía financiera» deberá ser presentada antes de que acabe la identificación del inmigrante y en caso de que éste desaparezca «indebidamente», el Gobierno ejecutará la fianza, que pasará a integrarse a las arcas del Estado.

El decreto aparece datado el pasado 14 de septiembre, cuatro días antes de que el Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni aprobara la creación de nuevos centros de retención en medio de la última oleada de inmigrantes desde el norte de África.

En concreto, se ha aprobado la construcción de nuevos Centros de Permanencia para la Repatriación (CPR), lugares en los que se acogen a los inmigrantes en lo que se ejecuta su expulsión.

También se ha aumentado desde los 3 hasta los 18 meses el tiempo que los inmigrantes irregulares podrán ser retenidos antes de su expulsión, el plazo máximo permitido por la Unión Europea.

El Ejecutivo de Meloni trata así de gestionar la nueva oleada migratoria en su frontera sur, especialmente en la pequeña isla de Lampedusa, el enclave italiano más meridional, frente a las costas africanas.

Con las cifras en constante evolución, en lo que va de año han llegado a las costas italianas 132.867 inmigrantes, casi el doble que en el mismo periodo del 2022 (69.498) y el triple que en 2021 (43.756), según datos actualizados por el Ministerio del Interior.

MÁS FONDOS COMUNITARIOS

La publicación del decreto italiano coincidió con el anuncio de Bruselas de que destinará al control migratorio 127 millones de euros, de los que 60 millones servirán de apoyo al presupuesto de Túnez y unos 67 millones irán dirigidos a un paquete de asistencia operativa en materia de migración, indicó la CE en un comunicado.

en el que precisó que el dinero se desembolsará en los próximos días.

El anuncio se produjo tras la llamada telefónica mantenida el jueves entre el comisario europeo de Vecindad y Ampliación, Oliver Varhelyi, y el ministro tunecino de Asuntos Exteriores, Nabil Ammar, para hablar de la importancia de seguir cumpliendo el memorando de acuerdo y, en particular, de sus acciones prioritarias, señaló la CE.

También precisó que una delegación de funcionarios de la Comisión visitará Túnez la próxima semana para abordar precisamente la aplicación del memorando.

El acuerdo migratorio firmado el pasado mes de julio por la UE y Túnez incluye un paquete macrofinanciero de 1.000 millones de euros, de los cuales 105 millones estarán destinados a la gestión de fronteras, búsqueda, salvamento y lucha contra la trata de personas.

La Comisión recordó este viernes que la UE y Túnez “se han comprometido a avanzar rápidamente” en la aplicación del memorando, dando prioridad a las acciones en el ámbito de la migración o la cooperación para acabar con las redes de tráfico ilícito.

También en la intensificación de la ayuda europea para la capacitación de las autoridades policiales tunecinas, así como el apoyo al retorno voluntario y la reintegración de los migrantes a sus países de origen, “respetando plenamente el Derecho internacional”, agregó la CE.

Bruselas subrayó que está “acelerando la ejecución de los programas en curso”, así como las acciones en el marco del nuevo paquete de apoyo a la migración de 105 millones de euros vinculado al memorando.

Esta aportación, aseguró, “ayudará a hacer frente a la urgente situación en Lampedusa”, de acuerdo con el plan de 10 puntos para mejorar la situación en la isla.

La Comisión explicó que este paquete proporcionará el reequipamiento de buques de búsqueda y rescate, vehículos y otros equipos para la guardia costera y la marina tunecinas, la protección de los migrantes en Túnez y el retorno y la reintegración a los países de origen, en cooperación con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

También está previsto el suministro de nuevas embarcaciones, cámaras térmicas y otras ayudas operativas, junto con la formación necesaria, concluyó.

Editado por Lucía Leal

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