Alberto Casero encuentra trabajo: “Y sí, todavía me siguen pidiendo fotos por ser el de la reforma laboral”

El exdiputado del PP, que se hizo famoso por equivocarse en el voto, intenta rehacer su vida alejado definitivamente de la política. Acaba de firmar un contrato temporal de asesoría jurídica

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Alberto Casero saluda tras declarar en el Tribunal Supremo. Foto de archivo. (Carlos Luján / Europa Press)
Alberto Casero saluda tras declarar en el Tribunal Supremo. Foto de archivo. (Carlos Luján / Europa Press)

Alberto Casero estaba el pasado sábado 9 de septiembre en un cumpleaños en Madrid, invitado por un amigo. Nada que ver con gente de la política. Una cita de ocio, un encuentro informal, para pasar simplemente un buen rato. Pues el protagonista no fue el cumpleañero. “Dos personas se me acercaron y me pidieron una foto. Una de ellas, una chica, me dijo que la habían hecho fija discontinua”, explica a Infobae España. Dos años y siete meses después, el exdiputado del PP no puede quitarse el sambenito. Casero sigue siendo el que se equivocó pulsando un simple botón. En una votación crucial. Debido a su error, el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez aprobó la reforma laboral.

Y eso que ha llovido desde entonces. Fue un 3 de febrero de 2022. El Ejecutivo sacaba adelante su nueva legislación (pactada con sindicatos y patronal) por un solo voto, el de Casero, que ese día estaba enfermo y votó telemáticamente desde casa: “Ya lo he explicado varias veces. Tenía un problema estomacal grave, estaba en la cama, y me equivoqué al votar en el punto de la reforma laboral. Lo hice desde el móvil, que la pantalla es más pequeña, y simplemente me equivoqué”.

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Ese dichoso 3 de febrero, lo reconoce, cambió su vida. De un día para otro, un diputado prácticamente desconocido se hizo famoso. Su imagen se hizo viral en redes sociales. Apareció en periódicos y telediarios. Surgieron los memes. Su error evitó que su partido diera la vuelta al escenario político. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha reconocido en varias entrevistas que si no se hubiera aprobado esa reforma, seguramente hubiera dimitido. La estabilidad del Gobierno de Sánchez hubiera entrado en crisis.

Pero la vida es como es. “Ya hace tiempo que lo he asumido. Y lo llevo bien”. Y eso que el que fuera su partido (está suspendido de militancia desde el pasado 3 de marzo) intentó por todos los medios enmendar el error. Al principio el PP alego un fallo técnico, obligó a Casero a salir de la cama y presentarse de inmediato en el Congreso para votar presencialmente. Pero no coló. El voto ya había sido emitido telemáticamente. Y no se pudo repetir. Los populares recurrieron incluso al Tribunal Constitucional, que no les dio la razón.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, los grandes triunfadores del error de Casero en su votación
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, los grandes triunfadores del error de Casero en su votación

Casero comenzó entonces su principal travesía por el desierto. Responsable nacional de organización del partido, siguió siendo diputado, pero se convirtió en una especie de ‘torpe nacional’. La caída de Pablo Casado y del secretario general Teodoro García Egea pocas semanas después de esa fatídica votación por el supuesto caso de espionaje al hermano de Isabel Díaz Ayuso le relegaron aún más dentro del partido. De hecho, con la llegada de Alberto Nuñez Feijóo a la presidencial nacional, Casero dejó sus puestos de responsabilidad internos y dentro del Congreso, ya que fue apartado de la Comisión del Estatuto de los Diputados. Se quedó como parlamentario raso. “La política es así. De un día para otro te cambia todo. Casero no se lo merecía. Es un tío estupendo, y lo dio todo por el partido”, señala otro exdiputado que coincidió con él y reconoce que le tiene mucho afecto.

Casero asegura que llevaba en el PP desde los 18 años: “Toda la vida”. ‘Llevaba’, en pasado, porque ya no es militante. Todo se torció aún más en septiembre de 2022, cuando el Tribunal Supremo elevó un suplicatorio al Congreso (al ser diputado estaba aforado) para poder acusarlo de los delitos de prevaricación y malversación por varios contratos en la que época en la que Casero fue alcalde de Trujillo (Cáceres). En marzo de 2023 se acabó todo. El Supremo decidió procesarle y sentarle en el banquillo, “y yo pedí voluntariamente la suspensión de militancia y renuncié al acta de diputado. Me aparté de la política ni espero volver a ella”, asegura muy convencido. Esa etapa ya pasó.

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Vida en Trujillo y nuevo contrato temporal

Pero la vida da segundas oportunidades. Tras ser el diputado más joven del Parlamento extremeño, alcalde, senador y parlamentario nacional, a sus 44 años (cumple 45 en noviembre) espera “tranquilo” que se resuelvan sus problemas judiciales. “Son temas administrativos, quedará en nada”. Se fue a vivir a Trujillo, con sus padres, y se puso a buscar trabajo. Confiesa que lo ha encontrado hace dos semanas. No quiere dar pistas, “pero estaré entre Extremadura y Madrid y está relacionado con la asesoría jurídica”. Es licenciado en Derecho y quiere empezar de nuevo.

Como exdiputado, tuvo derecho a percibir una indemnización por cese, incompatible con otros ingresos públicos o privados. Es una especie de subsidio de desempleo, ya que sus señorías no tienen acceso a paro por no formar parte de régimen de la Seguridad Social. Durante cuatro meses percibió más de 10.000 euros. Unos ingresos que se acabaron en verano: “No me llegué a apuntar al paro porque ya empecé a buscar y me salió esta posibilidad laboral. Es un contrato temporal suscrito a un proyecto. Cuando acabe este, espero poder seguir ligado a otros”.

El exdiputado del PP Alberto Casero atiende a los medios de comunicación (Carlos Luján / Europa Press)
El exdiputado del PP Alberto Casero atiende a los medios de comunicación (Carlos Luján / Europa Press)

Casero está acogido a uno de los cuatro grandes tipos de contrato que se regularon tras la aprobación de la reforma laboral de 2022, la que él permitió con su inocente error: el contrato fijo, el contrato de trabajo de duración determinada (antiguo contrato temporal), el contrato de trabajo fijo discontinuo y el contrato de trabajo formativo. De momento, el anonimato sigue sin llegar. “Este verano acudí a un amigo al Festival de Teatro Clásico de Mérida con un amigo, y este me tuvo que echar una mano para salir del apuro porque todo el mundo me miraba y cuchicheaba. ‘Sí, es él, el de la reforma laboral’, decía a la gente. En fin, es lo que hay”. Casero se lo toma con humor. Y con paciencia.