ESPAÑA
Ley Trans

Antonio, el condenado por violencia machista que se ha cambiado de género y pide el indulto

Actualizado

En julio, tras ser sentenciado a 40 meses de prisión, acudió al Registro Civil de Sevilla y cambió de género. Pide el indulto argumentando que maltrató por el "trauma que tenía al sentirse mujer"

Antonio, ahora Milan, en una imagen reciente.
Antonio, ahora Milan, en una imagen reciente.EL MUNDO

Un sevillano condenado dos veces por violencia machista y pendiente de entrar en prisión por la última de las dos sentencias ha pedido el cambio registral de género a mujer y tras ello ha solicitado también el indulto al Gobierno alegando que los malos tratos se debían "al trauma que tenía por sentirse mujer", según asegura a EL MUNDO la abogada María José Atoche, quien representa a las dos víctimas de Antonio, como se llamaba el agresor antes del cambio.

Los hechos, adelantados por Abc, se produjeron en julio pasado cuando Antonio, pendiente de cumplir una pena de 40 meses de prisión, acudió al Registro Civil de Sevilla y pidió que se le inscribiera con el nombre femenino de Milan.

Este diario se ha puesto en contacto con Patricia y con María [nombre este segundo supuesto porque prefiere mantener el anonimato], las dos mujeres a las que Antonio agredió. Ninguna contempla la posibilidad de que su relato sea cierto, de que se perciba ahora como mujer "Desde mi experiencia con él, es un no rotundo. No existe la posibilidad de que se haya sentido mujer en ningún momento, en absoluto, no le doy un ápice de credibilidad", dice Patricia. "Gente cercana que se lo ha encontrado por la calle me comenta que no ha cambiado nada de apariencia física, que sigue siendo Antonio. Se llama Milan pero sigue siendo Antonio, un bicho de 1,80, ciclao [musculado]. De apariencia de mujer, nada. De hecho su intención era aparentar ser un hombre y un hombre bastante machito", añade.

Las dos víctima de violencia género, "indignadas" por cambio sexo de agresor

"Para nosotras es incongruente que se sienta mujer. Esta persona es lo opuesto a una mujer. Al contrario, ha agredido y denigrado a las mujeres, es homófobo, sexista", dice María. "Pide el indulto al Gobierno porque dice que se siente una persona renovada ahora al ser mujer. Si se sintiera mujer, recapacitaría del daño que le ha hecho a mí y a la otra víctima y diría: "¿Así he tratado yo a la mujer?". Voy a pagar por ello y, ya siendo una mujer renovada, voy a rehacer mi vida, pero no utilizando esta maniobra distractora, acogiéndose a la ley Trans para eludir la cárcel, que son 40 meses casi cuatro años", reflexiona María.

Patricia y María presentaron juntas sendas denuncias contra Antonio el 31 de enero de 2019. Las dos habían mantenido una relación con él y las dos habían sufrido violencia de género durante la misma. Se pusieron en contacto cuando Patricia rompió con Antonio tras cuatro meses con él debido al "maltrato físico y psicológico continuo" que recibía de su parte. Él, aseguran ellas, durante un tiempo incluso estuvo con ambas a la vez. "[María] me contaba que no lo había denunciado por miedo, que le había roto la puerta de casa, le había pinchado las ruedas del coche... Ciertos comportamientos que te acojonas para ir a denunciar. La invité a que fuera de la mano conmigo sin miedo y desde entonces somos amigas", explica Patricia

"Te lo puedo describir como un auténtico psicópata. Una persona que empieza de forma muy sutil. Evidentemente un maltratador no se presenta como tal; si no, nadie caería. Empieza de forma muy sutil y con el añadido de que se justificaba con la Biblia. Decía ser testigo de Jehová, maltrataba física y psicológicamente escondiéndose detrás de la religión. 'No te puedes poner falda por encima de la rodilla, el hombre es el que tiene que tiene que hablar porque la religión dice que el hombre es el que tiene que rezar en la mesa y otra serie de locuras", relata Patricia el modo en el que la sometía psicológicamente. "Y físicamente desde agarrones, a bofetones a intentos de asfixiarte. María, la otra víctima, incluso tiene fotos. A ella le gustan los gatitos y casi le mata a un gato. Le hacía mirar mientras le pegaba al gato palizas y le decía que lo hacía para no pegarle a ella".

Patricia, una de las víctimas.
Patricia, una de las víctimas.E. M.

Aunque ambas denunciaron juntas, Antonio se saltó la orden de alejamiento que tenía impuesta sobre Patricia -aún esta obligado a llevar un dispositivo de control telemático-, por lo que fue sometido a un juicio rápido por su caso y condenado a ocho meses de prisión, que cumplió en preventiva, según explica la joven.

El proceso judicial de María, sin embargo, se dilató y sufrió numerosos retrasos bien porque Antonio padecía Covid o cambiaba de abogado o apelaba, entre otras "artimañas", según las víctimas. No se resolvió definitivamente hasta marzo pasado, cuando quien aún se llamaba Antonio fue condenado por la Audiencia Provincial de Sevilla a un total de 40 meses de cárcel (tres años y cuatro meses).

"Y cuando por fin tiene que ingresar en prisión se produce un giro inesperado. Se presenta en el Registro Civil y pasa a llamarse Milan. A nosotras esto nos deja completamente fuera de juego, aunque es una jugada que no nos sorprende porque se vale de cualquier artimaña. Es un psicópata muy inteligente y que además debe de estar muy bien asesorado", dice María.

Tras el cambio de nombre, explica la abogada de las víctimas, evitó la entrada inmediata en prisión argumentando el cambio de sexo y la petición del indulto al Gobierno. Y, aunque esto se le denegó, ha recurrido la decisión judicial.

"Quiere además entrar en un módulo mixto y no quiero pensar lo que puede hacer esta persona desequilibrada en un módulo mixto con mujeres. Ha agredido a guardias civiles, a policías, a gente por la calle simplemente por mirarle mal. Tiene muchísimos antecedentes penales. Espero que el gobierno lo mire, que al que le toque el caso pida sus antecedentes y vea el recorrido de esta personas, que es brutal", dice María.

"No me preocupa el indulto porque, a pesar de lo que está pasando, confío en la Justicia y no creo que se lo den. Pero él solicita entrar en una prisión de mujeres o mixta, es decir, en un módulo donde va a estar con mujeres. ¿Cómo es posible que se le pueda permitir esto?", se pregunta María.