Centro Virtual Cervantes
Rinconete > Lengua
Miércoles, 19 de abril de 2017

Rinconete

Buscar en Rinconete

LENGUA

Las otras lenguas de España (1). Aranés

Por Dídac Cerezo Moya

Es de todos conocido que en España se hablan, como lenguas propias de sus respectivas comunidades autónomas, el catalán, el vasco y el gallego. Menos se conoce, en cambio, que en Aragón también se habla el aragonés (así como el catalán en la Franja), y en retazos de los antiguos reinos de Asturias y de León, el asturleonés (ninguno de los dos es oficial). Y lo que todavía menos se conoce es que, más allá de estas cinco lenguas asociadas, todas, a antiguos reinos anteriores a la constitución de España en tanto que monarquía, existen todavía algunos idiomas más minoritarios aún como son «a fala de Xálima», en el noroeste de Cáceres, y el aranés, en el valle de Arán (además del árabe en Ceuta y el tamazig en Melilla).

En primer lugar hablaremos del aranés, un gran desconocido. Y es que en Cataluña no hay uno, sino dos idiomas propios. Además del catalán, en la comarca pirenaica del valle de Arán, en el extremo noroeste de Cataluña, y desde los tiempos difusos e inciertos en que el latín vulgar se fue fragmentando en decenas de romances, se habla el aranés. Es este un tipo de gascón, que a su vez es el dialecto más sui generis del occitano, también llamado lengua de oc o provenzal (si bien este término tiende a restringirse al dialecto de la Provenza histórica). Aunque a algunos les suene que el occitano es propio de toda la mitad sur de Francia, a pocos les sonará que un dialecto occitano se hable en España y, menos aún, que sea lengua oficial, no solo del valle de Arán, que dispone de autogobierno dentro de Cataluña (el Conselh Generau d’Aran), sino de toda Cataluña, como se recoge en el último Estatuto de Autonomía.

El idioma es de uso prioritario en la Administración aranesa y tiende a ser vehicular en la enseñanza pública. Aunque la gran mayoría de la población del valle lo entiende, y un 65 % lo sabe hablar, su salud o vitalidad ha empeorado desde la apertura del túnel de Viella en 1948 y el de Juan Carlos I en 2007, vías que han propiciado la llegada de numerosos inmigrantes de otras partes de España y, con ellos, del castellano y el catalán, lenguas que, hasta el siglo xx, no habían tenido mucha presencia en el valle debido a su aislamiento geográfico casi total en invierno. En realidad, Arán es la única vertiente norte de los Pirineos integrada en España, por lo que el valle no pertenece geográfica ni lingüísticamente a la península ibérica.

La razón histórica por la cual Arán permaneció en la Corona de Aragón en vez de pasar a Francia es la Querimonia, documento firmado el 1313 por los reyes de la Corona de Aragón en que estos se comprometían a respetar los privilegios y el derecho consuetudinario de los araneses, cuyo territorio, desde el siglo xi, fue objeto de disputas e invasiones continuas por parte de señoríos, condados y reinos de un lado y otro de los Pirineos. A cambio, los araneses juraron lealtad a los reyes de la Corona. Pero como el territorio estaba orientado hacia el norte, a diferencia del resto de los Pirineos del lado ibérico, su salida natural continuó siendo hacia las demás tierras de oc, de la Gascuña, con las cuales compartió la cultura y la lengua hasta mediados del siglo xx, época en que el occitano pasa casi a desaparecer del mapa en todo el territorio francés.

En el plano lingüístico, el aranés, como variedad gascona, comparte con el castellano la aspiración o ensordecimiento de la f- inicial latina (hil, ‘hilo’ [fil en el resto del occitano]; hilh, ‘hijo’ [filh en el resto del occitano]); y con el gallego y el portugués, la caída de la -n- intervocálica (lua, ‘luna’, en gallego y portugués [luna en occitano]; hièstra, ‘ventana’, fiestra en gallego [fenèstra en occitano]). Además, como al gascón y al aragonés, entre las lenguas románicas, se atribuye al aranés una evidente influencia antigua del vasco, el cual se mantuvo en reductos de los Pirineos orientales hasta bien entrada la Edad Media.

Hoy, a pesar de la reducción progresiva de los habitantes originarios del valle, se valora y protege cada vez más el aranés como parte de su patrimonio e identidad y, sobre todo, como último bastión donde la lengua occitana, otrora lengua clásica de trovadores y de cátaros, de cortesía y de lírica, sobrevive y se perpetúa: el valle de Arán es uno de los pocos lugares donde, más de mil años después, los niños siguen creciendo, jugando y peleando en idioma de oc.

Qui ten era lengua, ten era clau, reza el lema de Arán. ‘Quien tiene la lengua, tiene la llave’.

Ver todos los artículos de «Las otras lenguas de España»

Centro Virtual Cervantes © Instituto Cervantes, . Reservados todos los derechos. cvc@cervantes.es