Muy Interesante

La Voyager 1 entró hace 11 años en el espacio interestelar: todo lo que hemos aprendido

Se cumplen 11 años de que la Voyager 1 alcanzara el medio interestelar, tras décadas viajando y alejándose del Sol. Hemos aprendido mucho desde entonces y nos sigue quedando mucho por aprender. Te lo contamos todo.

La Voyager 1 entró hace 11 años en el espacio interestelar: todo lo que hemos aprendido (Jose Luis Oltra)

Creado:

Actualizado:

El primer objeto construido por humanos en alcanzar el espacio interestelar fue la sonda Voyager 1. Esta sonda fue lanzada en septiembre de 1977, unas semanas después de que partiera la Voyager 2. Su misión las llevaría a visitar los planetas gigantes del sistema solar y tras hacerlo a alejarse por siempre de nuestro planeta. Un año y medio después del lanzamiento, la Voyager 1 alcanzaría Júpiter y unos 3 años después del despegue pasaría por Saturno, recibiendo con ello suficiente impulso como para ponerse rumbo al espacio interestelar. A su paso por Saturno pudo también acercarse a su luna más grande, Titán, para estudiarla de cerca. Existía la alternativa de que la Voyager 1 sobrevolara Plutón en vez de Titán, pero se prefirio priorizar la luna de Saturno porque en aquella época ya se sabía que estaba rodeada por una densa atmósfera y parecía un destino más interesante. Hubo que esperar más de 30 años para que una sonda humana visitara el planeta enano: la New Horizons de la NASA sobrevoló Plutón y su sistema de lunas en 2015.

La Voyager 2 tuvo un viaje más interesante, pues además de visitar Júpiter y Saturno también viajó a las cercanías de Urano y Neptuno. Esta sonda sigue siendo a día de hoy la única que ha visitado estos dos gigantes helados y muchas de las cosas que sabemos a día de hoy sobre ellos proviene de esta visita. Tras su paseo por los planetas gigantes del sistema solar, ambas sondas tenían velocidad suficiente (y ninguna forma de perderla) como para continuar su camino. La Voyager 1 había conseguido acumular mayor velocidad, pues se alejaba del Sol con unos 17 kilómetros por segundo, frente a los 15 kilómetros por segundo de la Voyager 2. Por tanto con cada segundo, día y año, la Voyager 1 le va sacando ventaja a su compañera y convirtiéndose en el objeto fabricado por humanos más lejano a la Tierra.

Fotomontaje de la sonda Voyager 1 con NGC 7635 de fond

Fotomontaje de la sonda Voyager 1 con NGC 7635 de fondo. Foto: NASA

A pesar de esta vertiginosa velocidad el espacio es gigantesco y deberían pasar cerca de tres décadas hasta que estas sondas se acercaran a uno de los límites del sistema solar. La Voyager 1 fue la primera en alcanzarlo y de hecho el 25 de agosto de 2012 (11 años antes de la fecha de publicación de este artículo), la NASA considera que alcanzó definitivamente el medio interestelar. La Voyager 2 tardaría unos años más, alcanzándolo en noviembre de 2018. Sin embargo, lo de medio interestelar puede ser confuso. La Voyager 1 tan solo estaba a unas 121 unidades astronómicas (121 veces la distancia entre la Tierra y el Sol) cuando entró en el espacio interestelar, mientras que el planeta enano Sedna alcanza distancias 7 veces más grandes en su órbita alrededor del Sol. Lo que hizo la Voyager 1 concretamente fue atravesar la heliopausa y entrar en una región en la que el viento solar no es capaz de sobreponerse a la presión del medio interestelar. Aún así, la sonda sigue percibiendo principalmente la gravedad solar y seguirá haciéndolo por miles de años, mientras sigue alejándose del Sol a unos 500 millones de kilómetros por año.

De hecho el límite último del sistema solar está mucho más lejos que la heliopausa. Consideramos que este límite estará en la región exterior de la hipotética nube de Oort, que podría estar en torno a 200 000 unidades astronómicas de distancia del Sol. Esta nube de Oort estaría compuesta por incontables objetos menores, compuestos de hielo principalmente y sería el origen de los cometas de gran periodo, aquellos que tardan más de 200 años en completar una órbita alrededor del Sol (los hay que tardan miles de años). El hecho de que las sondas Voyager alcanzaran el medio interestelar antes de abandonar el sistema solar puedes entenderlo, con algunas licencias, como si el sistema solar fuera una población que tiene un casco urbano y una región de bosque a su alrededor que aunque no esté edificado sigue siendo parte de su “término municipal”. El casco urbano sería la región dentro de la heliopausa, la heliosfera, donde el Sol es capaz de sobreponerse a las fuerzas de la naturaleza. Más allá del casco urbano hay un terreno más salvaje donde aún hay algo de control e influencia, pero en menor medida.

Lo que permitió a la NASA determinar que efectivamente la Voyager 1 había abandonado la heliopausa y entrado en el medio interestelar fue una disminución muy marcada en la detección de partículas cargadas lentas, provenientes del sistema solar y un aumento de rayos cósmicos mucho más energéticos y provenientes de otros puntos de nuestra galaxia o incluso de más allá de esta. A día de hoy la sonda sigue en contacto con la Red del Espacio Profundo de la NASA, aunque se espera que en los próximos años se pierda la conexión. Se estima que en algún momento de 2025 la Voyager 1 no podrá producir energía suficiente mediante sus generadores de radioisótopos y no será capaz de mantener activo ninguno de sus detectores. Además se estima que antes de 2036 ambas sondas Voyager saldrán del alcance e la Red del Espacio Profundo de la NASA, por lo que aunque siguieran activas nos sería imposible comunicarnos con ellas.

Referencias:

  • "NASA Spacecraft Embarks on Historic Journey into Interstellar Space". NASA. September 12, 2013
  • Kerr, R. A. (2013). "It's Official—Voyager Has Left the Solar System". Science. 341 (6151): 1158–1159. doi:10.1126/science.341.6151.1158
  • Bailer-Jones et al (2019). "Future stellar flybys of the Voyager and Pioneer spacecraft". Research Notes of the AAS. 3 (4): 59. doi:10.3847/2515-5172/ab158e
tracking

No te pierdas...

6346850f5bafe88ea36a9451

Urano, el planeta del revés

Cada planeta del sistema solar tiene su peculiaridad, la de Urano es que su eje de rotación está tumbado y sus polos apuntan en dirección al Sol. Esto tiene efectos fascinantes, como el hecho de que el otoño y la primavera en el ecuador de Urano sean más calurosos que su verano.

Miranda: la luna rota de Urano

Miranda: la luna rota de Urano

Miranda es una pequeña luna que orbita muy cerca de Urano y que tiene una de las topografías más inusuales de todo el sistema solar. Producto de un posible impacto devastador o de procesos tectónicos extremos, valles y cañones cruzan su superficie, algunos de ellos con acantilados de hasta 20 kilómetros de altura.

Cuatro lunas de Urano podrían albergar océanos

Cuatro lunas de Urano podrían albergar océanos

Los mundos marinos podrían ser aún más comunes en el sistema solar exterior de lo que se pensaba anteriormente. Ponemos los ojos en Miranda, Ariel, Umbriel, Titania y Oberón.

Mensaje grabado en la Pioneer 10. Créditos: Getty Images

Tras la pista de otras civilizaciones

Los investigadores que trabajan en los distintos programas SETI llevan rastreando el cosmos con la esperanza de encontrar indicios de inteligencias extraterrestres desde hace décadas. El propio Drake nos ofrecía unas palabras poco antes de su fallecimiento, en septiembre de 2022.

Recomendamos en...

Recomendamos en...

Recomendamos en...

Recomendamos en...

Recomendamos en...