Francina Armengol (Inca, 1971) ya es presidenta del Congreso de los Diputados tras conseguir 178 votos; entre ellos, los que corresponden a los determinantes seis escaños de Junts, partido que dirige desde su exilio en Waterloo el ex presidente de la Generalitat Carles Puigdemont.

Para lograrlo, el PSOE ha tenido que hacer importantes concesiones a los independentistas. De hecho, la propia candidatura de la balear Armengol era ya algo más que un guiño a los partidos que intentaron hacer saltar por los aires la Constitución en otoño de 2017. Armengol, que, como presidenta de Baleares, impuso la obligación de conocer el catalán en la administración pública en las islas, y que se apoyó en un partido sucursal de ERC (Més) para gobernar, siempre ha defendido que la solución al conflicto creado por el procés debía de ser "política" y no judicial. Pues bien, esos han sido sus activos para convertirse en la tercera institución del Estado, tras el Rey y el presidente del Gobierno.

¿Qué les ha dado Pedro Sánchez a los independentistas para lograr el apoyo a su candidata?

Uso del catalán en las cámaras y en las instituciones de la UE; comisiones de investigación sobre Pegasus y los atentados de agosto de 2017; desjudialización del 1-O... Pero eso no garantiza el apoyo a Sánchez en la investidura

Cuatro han sido las concesiones:

Primero, el compromiso para que el catalán pueda ser utilizado en el Congreso y en el Senado y en todos los documentos que elaboren las cámaras. Asimismo, la petición al Consejo de Europa para que el catalán (así como el vasco y el gallego), sean consideradas como "lenguas oficiales" de la UE. La decisión le corresponde al Consejo de Asuntos Generales de la UE, que tiene previsto reunirse el próximo 19 de septiembre.

Segundo, la apertura de una comisión de investigación sobre el espionaje a través de Pegasus. A pesar de que el asunto penalmente ya ha sido archivado, los independentistas quieren que el parlamento determiné a quiénes se espió, por orden de quién y si esa decisión se hizo sin el aval del juez del Tribunal Supremo habilitado para ello. Ese asunto ya se debatió en la Comisión de Secretos oficiales y el apoyo de ERC a Sánchez le costó la cabeza a la entonces directora del CNI, Paz Esteban. Parece que eso no ha sido suficiente.

Tercero, una comisión de investigación sobre los atentados de Barcelona y Cambrils del 17 de agosto de 2017. Según los independentistas, los atentados podrían haberse evitado, ya que el CNI tenía bajo su control al imán Es Satty, clave en el entramado terrorista. Una teoría de la conspiración que se apoya en la tesis de que el Gobierno dejó hacer.

Y cuarto, la "desjudialización" de los procesos ligados al 1-O. Lo que quiere decir, en interpretación de ERC, que el Gobierno acepta abrir la vía para la concesión de una amnistía a los casi 4.000 procesados por los hechos que tienen que ver con la declaración ilegal de independencia.

Tanto los portavoces de ERC como los de Junts se han apresurado a resaltar que este apoyo a Armengol no prejuzga su voto en la investidura de Pedro Sánchez, lo que indica que, para ese momento, esperan conseguir nuevas prebendas que no han concretado.

La negociación de los votos de Junts fue pilotada en todo momento por Puigdemont desde Bélgica. El miércoles advirtió vía Twitter de que no se conformaría con promesas, sino sólo con "hechos comprobados". En efecto, esta mañana, a las 8,15, justo cuando se reunía la dirección de Junts para decidir su voto en la investidura, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares registraba la petición de la oficialidad del catalán ante el Consejo de Europa.

A eso se le llama en Cataluña peix al cove. Veremos hasta dónde está dispuesto a ceder Sánchez para seguir manteniéndose en el poder, ya que esto ha sido sólo el aperitivo.