MADRID
Delincuencia

Los pasadizos del terror de Batán: "Se drogan, te gritan y te roban; hasta la Policía nos dijo que no crucemos por la noche"

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Los vecinos temen sufrir nuevos atracos violentos en los subterráneos bajo la A5

Uno de los pasadizos más conflictivos.
Uno de los pasadizos más conflictivos.DANIEL J. OLLERO

«Por ahí, por la noche, yo no paso», repiten como un mantra los vecinos. La frase sale de la boca de ancianos, de jóvenes, de hombres, de mujeres, de españoles, de extranjeros... Todos comparten una sensación de miedo e inseguridad cuando cae la noche debido a los robos e incidentes violentos que se producen en estos lúgubres túneles recubiertos de grafitis y con un fuerte hedor a orín que conectan barrios de Batán y Lucero (distrito Latina) bajo la A-5.

Unos pasadizos que son protagonistas de las páginas de sucesos, que dan testimonio de un modus operandi común entre los delincuentes: violentos asaltos a personas mayores cuando cae la noche.

El miedo de los viandantes se fundamenta en acontecimientos como la hospitalización de un anciano de 73 años al que hace unos días agredieron y arrastraron por el suelo para sustraerle su teléfono móvil y sus pertenencias en el pasadizo de la calle Villagarcía. Un destino prácticamente idéntico al que sufrió una mujer de 80 años unas semanas antes en el vecino pasadizo de la calle Villavaliente. La señora también sufrió un robo y una brutal agresión por los que precisó de asistencia hospitalaria. ¿Su victimario? Un delincuente con una veintena de antecedentes policiales que, incluso, llegó a intentar arrebatar el arma de fuego a uno de los policías tras ser detenido.

«Llevo 15 años viviendo aquí y siempre fue un barrio muy tranquilo», arranca su relato Aurelia. «Sin embargo», prosigue, «hace cuatro o cinco años comenzaron los robos, las agresiones y la inseguridad». Una situación que, para muchos tuvo su origen en la apertura del centro para menores extranjeros no acompañados en Casa de Campo. Un punto caliente junto a la estación de Metro de Batán que incluso llevó a los vecinos a manifestarse «contra la inseguridad» y «para que el centro de menores vuelva a ser un albergue juvenil», propósito para el que inicialmente fue construido.

«Se empezaron a reportar más robos de lo que era habitual. Las descripciones de los agresores coincidían mucho y no eran las habituales de este barrio, porque aquí hay mucho español, mucho latino, mucho asiático pero no ha habido muchas personas de origen africano o magrebí... y nos dimos cuenta de que venía del centro de menores», denuncian reiteradamente desde la asociación Vecinos Unidos Casa de Campo.

Junto a los subterráneos, la parada de Metro de Batán se perfila como uno de los lugares más peligrosos de la zona. Allí, una pareja de Policías Nacionales a caballo patrullan el triángulo compuesto por la estación de Metro y los pasadizos. «Se escucha hablar más de los subterráneos, pero la verdad es que por las inmediaciones de la estación también se han cometido bastantes delitos», reconocen fuentes del cuerpo a GRAN MADRID.

Una presencia disuasoria de uniformados que, sin embargo, algunos vecinos echan en falta. «Cuando se deja de hablar del tema bajan las patrullas», denuncian Javier y Conchi, una pareja de comerciantes que tienen su negocio a escasos metros de uno de los pasadizos en el lado de Batán. «Cuando anochece y veo pasar a un abuelo me asomo para ver si alguien le persigue», contaba ayer a mediodía el hombre. «Aquí nunca se sabe», prosigue su compañera, «hemos llegado a ver hasta a unidades de la policía del subsuelo buscando a los atracadores por las alcantarillas».

Al otro lado del túnel, ya en Lucero, un conserje muestra a este diario unos folletos que la Policía repartió por las viviendas -Prevención de robos en viviendas y trasteros, reza su título-. «Algunos vienen de la Casa de Campo, otros duermen aquí en tiendas de campaña escondidos junta la vegetación de la A5», comenta. Entonces, una vecina interrumpe de repente su relato: «Allí [en los pasadizos] se drogan, te gritan y te roban; hasta la Policía nos dijo que no crucemos por la noche», cuenta. «Te pueden dejar hasta desnudo», sentencia.

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