«-¿Tú tienes perro, no?
-Síp.
-Te digo el reto, si lo haces, te sigo.
-Sí.
-Tienes que grabar un vídeo de tu perro chupándote cualquier cosa de tu cuerpo. No vale ni manos, ni pies. jaja».
Parecía una prueba sencilla pero habitual, similar a las que lanzan algunos usuarios de redes sociales de los conocidos como influencers y que son los que tienen más seguidores. Precisamente, aprovechan que a sus canales, como los de Youtuber, y a sus cuentas en las principales redes están enganchados miles de adolescentes. dispuestos a lo que sea para un poco de reconocimiento social.
Pero también hay quien juega con esas ilusiones para satisfacer sus deseos sexuales. Es lo que considera la Fiscalía que hizo presuntamente A.G.B., un vecino de una localidad cercana a Barcelona que se hizo pasar por un 'youtuber' conocido para supuestamente abusar sexualmente y humillar a una menor de 13 años con la que estuvo tres meses chateando por Instagram. El Ministerio Público considera que, en este tiempo, mediante engaños consiguió 23 videos porno de la víctima, una decena de ellos protagonizados por la niña junto a su perro.
Por eso, la Fiscalía de Barcelona pide para A.G.B. 12 años y medio de cárcel por los delitos continuados de abuso sexual a menor de 16 años, otro de utilización de menor para la elaboración de material pornográfico además de posesión de pornografía infantil. El juicio comienza este lunes en la Audiencia de Barcelona después de que se suspendiera en abril pasado cuando el acusado no compareció a la cita. Entonces, el tribunal dictó una orden de busca y captura. La policía detuvo al procesado que ingresó en prisión a la espera de ser juzgado, para así garantizar su comparecencia ante el tribunal y responder de los delitos por los que se le acusa.
En su escrito, la Fiscalía remarca que el 6 de diciembre de 2018 A.G.B. publicó un mensaje en su cuenta de Instagram «en la que solicitaba que seguidores que tuviesen perro se pusieran en contacto con él para realizar un reto». Una de las personas que respondieron fue una menor de 13 años que creía que el procesado era «un youtuber famoso», ya que usaba cuentas que podían dar lugar a esa interpretación, según explicaron fuentes policiales.
Así, entre diciembre de 2018 y febrero de 2019, el acusado mantuvo con la víctima numerosas conversaciones por esta red social y «con pleno conocimiento de la edad de la menor, a fin de satisfacer su deseo libidinoso, incitaba a la misma a que realizase actos de carácter sexual con su perro y posteriormente sin él, los grabase y se los enviase proponiéndole como recompensa amentar el número de seguidores en la cuenta de Instagram de la perjudicada», señala el fiscal en su escrito.
El Ministerio Público remarca que el acusado «en su propósito de utilizar a la menor para satisfacerse sexualmente consiguió que le remitiese dos vídeos en los que aparece un perro lamiéndole el culo, siete vídeos en los que se observa a un perro lamiéndole la vagina, cuatro vídeos en los que se ve a un perro lamiéndole la vagina por encima de la ropa interior, ocho vídeos en los que la menor se realiza tocamientos en la vagina, dos vídeos de la menor realizándose tocamientos del pecho y una fotografía de sus genitales», además de otras imágenes.
Tras la conversación inicial, en la que la incitó a grabar sus genitales después de pedirle «un vídeo de tu perro chupándote cualquier cosa de tu cuerpo, no vale ni manos ni pies», siguieron otras en las que el procesado presuntamente le pedía que se filmara «de otro ángulo y el culito», además de otras poses ante la cámara o un «me mandas vídeos afeitada».
En estas conversaciones la menor le dijo que tenía 13 años y el procesado supuestamente siguió pidiéndole imágenes: «Mándame algo sexy que tú sabes que estoy un poco cachondito, pásame algo plis que estoy hot» o «cuando estés en tu casa sola pásame un vídeo con tu perro». En algún momento la menor expresaba su malestar por las relaciones con el animal pero el acusado le prometía ayudarla a conseguir seguidores y por eso presuntamente siguió pidiéndole vídeos más explícitos como «grábate así con esta pose, pon las piernas así y que te chupe», «mándame fotitos de tu cuerpo sin nada, a ver tus pechitos» o «con las bragas no me pone nada, quiero más mi amor, tócate un poco». En las conversaciones se puede leer cómo el procesado era insistente con la menor pese a que ella le decía que estaba con su madre, en el autobús o tenía la regla.
El 7 de julio de 2020 agentes de policía inspeccionaron el domicilio del acusado y encontraron en varios teléfonos móviles y discos duros de ordenador numerosas imágenes pornográficas en las que siempre aparecían menores. Algunas con animales, como la de un niño no identificado junto a su perro, otras de menores solos y también de relaciones sexuales entre menores y adultos. En el juicio deberán declarar miembros de la Guardia Civil y de los Mossos d'Esquadra que participaron en el registro y comprobaron las imágenes que el procesado tenía almacenadas en varios dispositivos electrónicos en su casa así como los agentes que indagaron sobre su relación con la víctima. La investigación de esta causa se siguió en el Juzgado de Instrucción 8 de Cerdanyola del Vallès.
Además de la pena de 12 años y medio de cárcel por los delitos de abuso sexual a menor de 16 años, usar a menor para elaborar material pornográfico y estar en posesión de pornografía infantil, la Fiscalía también solicita que el procesado pague una indemnización a la víctima de 6.000 euros por los daños morales que supuestamente le ocasionó con las peticiones de los vídeos. El juicio arranca este lunes en la Audiencia de Barcelona y el procesado, que ha estado encarcelado las últimas semanas, se sentará en el banquillo.
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