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La fábrica de insectos más grande del mundo estará en Salamanca: "Es una necesidad"
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PROYECTO PIONERO

La fábrica de insectos más grande del mundo estará en Salamanca: "Es una necesidad"

Un proyecto pionero usa el gusano de la harina para producir pienso animal con menos recursos, además de mejorar la agricultura y obtener otras aplicaciones biotecnológicas

Foto: El escarabajo de Tebrio. (Tebrio)
El escarabajo de Tebrio. (Tebrio)

El gusano de la harina, como su nombre indica, es una plaga temible en despensas y cocinas. Sin embargo, también se puede convertir en todo lo contrario: una solución para alimentar animales, abonar el campo y desarrollar productos biotecnológicos de una forma sostenible. Esa es la apuesta que realizó hace más de una década la empresa salmantina Tebrio: transformar el coleóptero Tenebrio molitor en un ingrediente fabuloso para diversos sectores. Para materializar por fin esa idea original, sus promotores están a punto de abrir la mayor industria de producción de insectos del mundo. Se adelantan así a un mercado emergente. "No es una moda, es una necesidad", aseguran.

Criar insectos es la manera más eficiente de producir proteínas de calidad para alimentar a los animales que, a su vez, nos dan de comer. En un mundo cada vez más poblado, esta vía permitirá tener que utilizar menos tierras cultivables y menos agua, ahorrando también emisiones de carbono. Por eso, quieren hacerlo a lo grande: a las afueras de Salamanca ya se está construyendo una fábrica de 80.000 metros cuadrados de superficie, gracias a una inversión de 80 millones de euros, en la que trabajarán cerca de 250 personas para poner en el mercado 100.000 toneladas de productos al año a partir de 2024. Pero ¿qué se saca exactamente de este insecto?

El gusano de la harina pasa por un proceso de metamorfosis con cuatro fases: huevo, larva, pupa e imago (adulto). En esta última, se convierte en escarabajo. La idea es aprovechar esos diferentes momentos para obtener distintos productos. Las larvas ofrecen el más importante: proteínas de gran calidad y grasas no saturadas (ricas en ácidos oleicos y linoleicos, como las que se encuentran en el aceite de oliva y en los frutos secos). Esa materia prima está destinada a la producción de piensos animales, una apuesta que podría resultar revolucionaria para el sector primario en las próximas décadas.

Materia prima de alimentación animal

El motivo es que en la actualidad el 40% de las tierras de cultivo del planeta están destinadas a la producción de alimentos para animales. Según las estimaciones que realiza Tebrio, con solo introducir un 10% de proteína de insecto en los piensos, se liberarían millones de hectáreas de cultivo en el planeta para la alimentación humana o para recuperar bosques y biodiversidad. En la actualidad, uno de los principales proyectos de I+D+i, en colaboración con otros socios, es el desarrollo de productos para el ganado porcino.

placeholder Larvas en el laboratorio. (Tebrio)
Larvas en el laboratorio. (Tebrio)

Desde sus inicios, los impulsores de este proyecto tenían claro que debían apostar por los insectos y la elección del gusano de la harina no fue casual. "Pensábamos en un modelo de negocio industrial, con el que pudiéramos manejar miles de toneladas diarias y este coleóptero es manejable para lograrlo", afirma en declaraciones a El Confidencial Adriana Casillas, CEO y cofundadora de Tebrio. La segunda gran razón es el tipo de productos finales que ofrece. "Nada tiene que ver con un grillo o con una mosca, sus características fisicoquímicas son totalmente diferentes y sus nichos son distintos a los de otros insectos, aunque estemos dentro del mismo mercado", afirma.

Otro sector que está en el punto de mira de la compañía es la acuicultura, por motivos similares. Frente a los caladeros de pesca tradicionales, que se agotan, la cría de peces en cautividad es esencial para poder seguir consumiendo pescado. Sin embargo, esta actividad resulta poco sostenible, porque su alimentación se basa en gran medida en harinas de pescado procedentes de especies como la anchoveta que incrementan el problema: hacen falta cuatro kilos para producir uno. Sustituir esta comida por insectos permitiría ofrecer nuevas perspectivas, así que esta empresa, ubicada a muchos kilómetros de la costa, forma parte del clúster Acuiplus.

placeholder Adriana Casillas y Sabas de Diego. (Tebrio)
Adriana Casillas y Sabas de Diego. (Tebrio)

En cualquier caso, si hablamos de insectos como base para productos alimenticios, surge la pregunta: ¿también para las personas? Desde 2021 Tenebrio molitor cuenta con la aprobación europea para el consumo humano, así que la cuestión es ahora más pertinente que nunca. Sin embargo, esa no es la apuesta de esta empresa, que considera que, por el momento, carece de sentido. Aunque el consumo de insectos forma parte de la alimentación en algunas culturas, en realidad, no es un elemento básico en ninguna. Por eso, creen que este gusano puede tener un impacto importante en la cadena agroalimentaria, pero a través de la alimentación animal.

Para la agricultura

Por otra parte, tanto las larvas como los escarabajos generan excrementos que, con este volumen de producción, permiten pensar en su utilización en la agricultura. En el laboratorio de Tebrio encontramos un ensayo con lechugas para probar sus efectos, equiparables a los mejores fertilizantes del mercado, aseguran los técnicos. "Pensamos que es el mejor abono que hay", afirma Sabas de Diego, el otro cofundador de la empresa, que dirige el equipo de ingenieros y científicos que busca soluciones innovadoras.

placeholder Ensayo en el laboratorio. (J. P.)
Ensayo en el laboratorio. (J. P.)

No obstante, los responsables de la empresa rechazan etiquetar este producto como un simple nutriente para las plantas, ya que en realidad tiene beneficios para todo el proceso agrícola: regenera los suelos, tiene propiedades fungicidas, repele las plagas, refuerza la resistencia de las plantas frente a amenazas y retiene agua. Con estas propiedades, su uso puede propiciar una reducción del uso de los pesticidas, tal y como exige la Unión Europea. Diferentes ensayos han probado sus cualidades para cultivos como la fresa, el pistacho o la vid.

Del caparazón a la biotecnología

A pesar de todo, las utilidades más sorprendentes salen directamente de los escarabajos, el Tenebrio molitor adulto, y más concretamente de su caparazón. Al igual que otros animales con este exoesqueleto (especialmente crustáceos como gambas, langostas o cangrejos), contiene quitina, pero Tebrio ha desarrollado un proceso propio para obtener un derivado, el quitosano, con muchas aplicaciones biotecnológicas. Entre otras potenciales utilidades, sirve para elaborar cremas cosméticas, para tratar aguas residuales y para fabricar plásticos totalmente biodegradables (en el laboratorio nos muestran cómo una pequeña muestra se disuelve en agua en poco tiempo). Aunque hay otras maneras de obtener quitosano a partir de residuos de pescado y crustáceo, el sistema de Tebrio garantizaría una producción constante y controlada.

placeholder Laboratorio de Tebrio. (Tebrio)
Laboratorio de Tebrio. (Tebrio)

En colaboración con universidades y centros de investigación, esta empresa también explora las posibilidades del insecto en el sector biosanitario. Uno de los logros más prometedores ha consistido en demostrar, junto a la Universidad de Granada, que un tratamiento natural a partir de harina fabricada con Tenebrio molitor ayuda a prevenir la diabetes tipo 2. Los investigadores lograron identificar péptidos que pueden ejercer ese efecto y ahora están implicados en un proyecto más ambicioso, basado en modelos de predicción, para analizar los resultados de sustancias bioactivas.

Todo acaba de empezar

Con todos estos frentes, es difícil saber hasta dónde les llevará este viaje basado en la I+D+i. "Cuando nosotros empezamos no había nada en el mercado, nadie sabía cómo se podía industrializar este proceso", comenta Sabas de Diego. Por eso, lo hicieron ellos mismos: "Hemos tenido que inventar muchas máquinas que se adaptaran a nuestro modelo de procesamiento y sistemas basados en big data para la mejora de la productividad", añade. Lo que tiene claro es que "los insectos nos permiten hacer cosas que no se podrían hacer de otra manera".

Foto: Todavía existe mucho reparo a la hora de consumir insectos. (iStock)

De hecho, desde un punto de vista evolutivo, el gusano de la harina es único, porque ha establecido muchas relaciones simbióticas con el ser humano. De alguna manera, "intenta favorecer que tengamos una mejor cosecha para que tengamos más alimentos y, a su vez, poder alimentarse de nuestra propia comida", explica el experto, en referencia a preferencia por harina y, a la vez, en sus cualidades como promotor del crecimiento vegetal.

Esta empresa es pionera en España y una de las más sólidas a nivel internacional, pero "el mercado es vastísimo y, realmente, necesitamos que haya más proyectos como el nuestro", afirma Adriana Casillas. Aunque están seguros de que su fábrica es, por el momento, la de mayores dimensiones, otros países están apostando por la obtención de productos naturales por esta misma vía. "En Francia y Alemania se están empezando a construir plantas similares, pero con otros insectos", comenta. Este mercado está dando sus primeros pasos, pero "es obvio", afirma, que es un camino necesario para que varios sectores sean más eficientes y sostenibles.

El gusano de la harina, como su nombre indica, es una plaga temible en despensas y cocinas. Sin embargo, también se puede convertir en todo lo contrario: una solución para alimentar animales, abonar el campo y desarrollar productos biotecnológicos de una forma sostenible. Esa es la apuesta que realizó hace más de una década la empresa salmantina Tebrio: transformar el coleóptero Tenebrio molitor en un ingrediente fabuloso para diversos sectores. Para materializar por fin esa idea original, sus promotores están a punto de abrir la mayor industria de producción de insectos del mundo. Se adelantan así a un mercado emergente. "No es una moda, es una necesidad", aseguran.

FAO
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