El objeto más veloz creado por la humanidad

Los seres humanos sentimos el afán constante de superarnos, a veces de una forma que puede resultar perjudicial, pero otras veces con el objetivo de llevar a nuestra tecnología al siguiente nivel. Es por ello que llevamos décadas intentando superar cada vez los diferentes récords de velocidad establecidos por diferentes máquinas. Es así como se consiguió que el coche a propulsión ThrustSSC superara los 1 200 kilómetros por hora o como el avión experimental X-15 del ejército de EEUU superó los 7 000 kilómetros por hora con un piloto a bordo. Pero si queremos buscar el verdadero récord de velocidad para un objeto artificial, creado por humanos, sin duda debemos salir de la atmósfera. Por un lado porque dentro de ella el aire limita la velocidad a la que podemos llegar sin abrasar nuestras aeronaves por la fricción, y por otro porque escapando de la Tierra podemos aprovechar la gravedad de cuerpos más grandes para adquirir velocidades mayores.

La velocidad más rápida alcanzada por un ser humano a bordo de una nave fue de poco más de 11 kilómetros por segundo o casi 40 000 kilómetros por hora, durante el regreso a la Tierra de la misión Apollo 10 de la NASA. Esta fue la cuarta misión tripulada del Programa Apollo, y se llevó a cabo en mayo de 1969. Fue una misión crucial que permitió practicar y perfeccionar las técnicas necesarias para llevar a cabo el primer alunizaje tripulado en la Luna, que se lograría con la misión Apollo 11 más adelante ese mismo año.

La tripulación de la misión Apollo 10 estaba compuesta por el comandante Thomas Stafford, el piloto del módulo lunar Eugene Cernan, y el piloto del módulo de comando John Young. Durante la misión, el Módulo Lunar se separó del Módulo de Comando y realizó una aproximación a la superficie lunar, descendiendo a una altitud de 15,6 km. Los astronautas tuvieron la oportunidad de estudiar el terreno lunar y probar los sistemas del Módulo Lunar, pero no aterrizaron en la superficie.

De entre las misiones no tripuladas hay muchas que han superado esa velocidad del Apollo 10, como por ejemplo las 5 sondas en camino al medio interestelar. Estas son las sondas Voyager 1 y 2, las Pioneer 10 y 11 y la New Horizons. Todas ellas utilizaron asistencias gravitatorias de Júpiter para superar la velocidad de escape del Sol y dirigirse a los confines del sistema solar, algunas de ellas visitando otros cuerpos como Urano, Neptuno o Plutón en el proceso. De entre todas ellas la que más rápido se aleja del Sol es también la más lejana, la Voyager 1, viajando a casi 17 kilómetros por segundo. Se espera que alcance la Nube de Oort en unos 300 años, aunque sus sistemas de abordo serán incapaces de mandarnos ningún tipo de información sobre esa región del sistema solar.

Si queremos alcanzar velocidades verdaderamente increíbles debemos dirigirnos hacia el interior del sistema solar, hacia el Sol, que al concentrar el 99’8 % de la masa de todo el sistema solar, ejercerá un tirón gravitatorio sin igual sobre cualquier sonda que se le acerque. Varias sondas han ido acercándose cada vez más a nuestra estrella y rompiendo récords de velocidad, pero la que ostenta el título de objeto humano más rápido está operativa a día de hoy y aún se espera que bata sus propios récords. Esta es la sonda solar Parker, que a finales de 2021 se acercó al Sol a una velocidad de 587 000 kilómetros por hora o 163 kilómetros por segundo, distancia suficiente para viajar entre Madrid y Barcelona en 3 segundos.

Esta sonda fue diseñada por la NASA para estudiar la atmósfera del Sol. Fue lanzada el 12 de agosto de 2018 y ha estado realizando mediciones y tomando imágenes del Sol desde entonces. La sonda lleva su nombre en honor a Eugene Parker, un físico estadounidense que propuso la teoría del viento solar en 1958. La sonda tiene como objetivo acercarse lo más posible al Sol para estudiar su corona, la capa exterior de la atmósfera solar que está mucho más caliente que la superficie visible del Sol. Para ello utilizará una serie de maniobras de asistencia gravitatoria utilizando Venus para reducir gradualmente su distancia al Sol, acercándose hasta a 6,2 millones de kilómetros de la superficie solar.

Además de la velocidad más alta y la menor distancia al Sol alcanzadas, también ha registrado la temperatura más alta jamás medida in situ en el sistema solar, que es de varios millones de grados en la corona solar. La sonda Parker se espera que proporcione nuevos conocimientos sobre la física del Sol y ayude a los científicos a comprender mejor la actividad solar y cómo afecta a la Tierra y a otros planetas en el sistema solar. En 2024, tras una última maniobra en las cercanías de Venus, la sonda se espera que alcance unos 690 000 kilómetros por hora de velocidad o un 0’05 % de la velocidad de la luz.

Referencias: