LA IMAGEN QUE ARDIÓ EN LLAMAS: EL HORROR DE LO DIVINO 

Bienvenido al mundo del terror y el miedo, creado en un pueblo gaditano. La Semana Santa trae consigo una atmósfera siniestra con todo tipo de individuos misteriosos que deambulan en la noche. Prepárate mientras exploras este mundo oscuro y místico, entretanto tus miedos más profundos cobran vida.

La noche del Jueves Santo, un grupo de amigos se reunió en el bar de la plaza para tomar unas copas y celebrar la Semana Santa. Habían salido de la procesión de la Hermandad de los Desconsuelos, que recorre las calles con su paso de misterio y su dolorosa bajo palio. Los jóvenes admiraban la belleza de la imagen de María Santísima de los Desconsuelos, que lucía un manto bordado en oro y plata.

– Qué pena que mañana no podamos verla salir otra vez – dijo uno de ellos

– Es la virgen más bonita de Cádiz.

– Pues yo prefiero a la del Rocío – replicó otro-.

– No digas tonterías – intervino una chica –

-La los Desconsuelos tiene una expresión que te parte el alma.-

-Bueno, bueno, no os peleéis por las vírgenes – dijo el camarero – Que todas son madres de Dios y merecen respeto.-

Tienes razón – admitió el primero – Lo importante es que las queramos y las cuidemos.

En ese momento, se oyó un grito desgarrador que procedía de la iglesia de San Telmo, donde se guardaba el paso de los Desconsuelos. Los amigos se levantaron sobresaltados y corrieron hacia el templo, seguidos por otros vecinos que también habían escuchado el alarido. Al llegar a la puerta, se encontraron con una escena dantesca: el manto de la virgen estaba envuelto en llamas, que se extendían por el palio y amenazaban con alcanzar el resto del paso. El fuego iluminaba el rostro de la imagen, que parecía mirar con horror a los fieles que intentaban apagar el incendio con extintores y cubos de agua. El humo llenaba el ambiente y dificultaba la respiración.

– ¡Socorro! ¡Ayuda! – gritaba una mujer que estaba junto a la virgen

¡Ha sido un accidente! ¡Ha caído una vela sobre el manto y ha prendido!-

¡Tranquila, tranquila! – le decía un hombre que la sujetaba por los hombros

Ya viene la policía y los bomberos. No te preocupes, que todo se va a solucionar.-

¡No puede ser! ¡No puede ser! – repetía la mujer entre sollozos –

¡Es una señal! ¡Es un castigo! ¡La virgen está enfadada con nosotros!

Los amigos se quedaron paralizados ante aquella escena. No podían creer lo que veían. ¿Cómo era posible que algo así ocurriera en plena Semana Santa? ¿Qué habrían hecho para merecer tal desgracia? ¿Qué significaba aquel fuego infernal?

De pronto, uno de ellos se fijó en algo que le heló la sangre. En medio de las llamas, vio un pequeño grupo de personas que se movían con agilidad. Estaban vestidos con túnicas negras y capuchas que les cubría el rostro. Todos ellos. llevaban en las manos un crucifijo invertido mientras pronunciaban inaudibles palabras en latín. – ¡Son ellos! ¡Son ellos! – gritó el joven, señalando a los satanistas.

Los demás lo miraron con incredulidad. ¿De qué hablaba? ¿Qué tenía que ver aquellas personas con el incendio? ¿Qué estaban haciendo allí? El joven les explicó rápidamente lo que sabía. Había leído en Internet que desde hacía unas semanas se estaban produciendo una serie de actos vandálicos en varios pueblos y profanación de templos realizados por supuestas personas tocadas por el demonio.

De alguna manera, la quema de una imagen sagrada en Chiclana (Cádiz), es un misterio sin resolver.

FUENTELA CUERDA, historias de un impostor