TERROR EN LA SEMANA SANTA DE JEREZ DE LA FRONTERA

Dentro de la cultura de lo oculto, en Jerez de la Frontera hay interrogantes que se han quedado sin contestar. Una noche de luna llena, a inicio del siglo pasado, algo insólito sucedió. La procesión estaba en pleno recorrido cuando una extraña figura apareció entre los nazarenos. Nadie sabía quién era, ni de dónde había salido.

La figura comenzó a acercarse a la imagen del Cristo que llevaba la hermandad en su paso. La multitud observaba con asombro mientras la figura se arrodillaba ante la imagen y comenzaba a murmurar palabras incomprensibles. De repente, la imagen del Cristo comenzó a temblar violentamente. Los nazarenos trataban de sostener el paso, pero era imposible.

Inesperadamente, la figura se levantó y emprendió a correr hacia la multitud. La gente intentaba huir, pero la figura era demasiado rápida. Se abalanzó sobre un hombre que protegía a su hijo y lo arrastró hacia la oscuridad. El niño gritaba, pero nadie podía hacer nada para ayudarlo.

Después de esa noche, ninguna persona volvió a ver a la extraña figura. Pero cada Semana Santa, en Jerez, se escucha el rumor de que alguien ha desaparecido misteriosamente durante la procesión de la “Hermandad de la Santa…”.

Los más osados atestiguan que es el espíritu de un antiguo miembro de la hermandad que había hecho un pacto con el diablo para obtener poder y riqueza, pero que su alma había quedado atrapada.

Aunque nunca se supo qué fue lo realmente pasó esa noche, la gente sigue hablando de la figura misteriosa y muchos tienen cuidado o toman precauciones durante la procesión. Quién sabe, tal vez la figura aún siga acechando las calles de Jerez en busca de nuevas víctimas.

También, se cuenta que una tarde del Jueves Santo, la “Hermandad de la Santa…” salió en procesión, escoltando su imagen de Cristo crucificado. De repente, una figura encapuchada se abrió paso entre la multitud y se acercó a la imagen del Cristo. Sin mediar palabra, sacó un cuchillo y lo clavó en el pecho del crucificado. La procesión se detuvo, y la Hermandad canceló sus procesiones para el resto de la Semana Santa, y las demás cofradías se sumieron en un silencio sepulcral.

Pero durante la noche del Sábado Santo, los habitantes de Jerez de la Frontera despertaron sobresaltados por el sonido de tambores y cornetas. Al asomarse por las ventanas, vieron que la Hermandad había retomado su procesión, pero esta vez no había nadie detrás de los capirotes. Los miembros de la cofradía se movían mecánicamente, sin levantar los pies del suelo ni girar la cabeza.

Jamás se supo qué fue lo que pasó con los miembros de la cofradía, pero a partir de esa noche, todos los años en la Semana Santa, se escuchan tambores y cornetas en las calles de Jerez de la Frontera, y se ve una luz roja en la distancia, que se acerca lentamente, recordando a los vecinos que el misterio y el terror pueden acechar en los lugares más sagrados.

FUENTELA CUERDA, historias de un impostor