Peugeot y Citroën desecharon a comienzos de los ochenta la idea de construir un monovolumen y fue finalmente Renault quien triunfaría con este nuevo concepto de vehículo familiar que, seis generaciones más tarde, se ha reconvertido a un SUV de gran formato. El Renault Espace se presentó en la primavera de 1984 convirtiéndose en el primer monovolumen comercializado en Europa.
Desde su primera aparición en 1984 ostentando el título de “primer monovolumen europeo”, han sido media docena las generaciones Renault Espace que se han comercializado, la última de ellas un novedoso monovolumen con apariencia de un gran SUV.
Existe mucho debate entre los expertos y aficionados acerca de cuál es realmente el primer monovolumen de la historia de la automoción, pues el Dodge Caravan comenzó a comercializarse en Estados Unidos a finales de 1983, mientras que el Renault Espace debutó en el mercado europeo en la primavera de 1984.
Lo cierto es que la versión europea del Dodge Caravan, que se vendió bajo la denominación comercial de Chrysler Voyager, no llegaría al viejo continente hasta el año 1988, por lo que no cabe duda de que el modelo francés fue el primer monovolumen en jugar en la “liga europea” de su categoría.
Cuando PSA dijo “no”
La idea de un primer monovolumen la manejó Ford en 1974 con su Proyecto Maxivan, un concepto de vehículo que a su entonces presidente, Henry Ford II, no le hizo mucha gracia. Por esta razón cuando Lee Iacocca y Harold Sperlich fichan por Chrysler en 1977 recuperan una idea, que acabará dando lugar a dos modelos que ya son historia de la automoción: Dodge Van y Chrysler Voyager.
¿Cómo llega a Renault la idea del monovolumen Espace? En los años setenta la francesa Matra colaboraba habitualmente con Chrysler a través de Simca y cuando la firma norteamericana se vio obligada a vender sus filiales y negocios europeos a consecuencia de las dificultades económicas, Matra se queda con Rootes, Talbot y Simca.
Al mismo tiempo Matra estaba participada por Peugeot, lo que provocó que fuera la firma del león la que se “quedara” para su estudio de viabilidad con la vieja idea del monovolumen de Chrysler.
Los primeros prototipos de monovolumen -P16- utilizaban la plataforma técnica del Talbot Solara y aprovechaban y compartían componentes del Peugeot 604 y del Matra Murena, pero finalmente Peugeot decidió que un monovolumen para el mercado europeo no era una buena idea por los muchos riesgos existentes, abandonando el proyecto.
Para no perder lo invertido hasta ese momento la idea fue “traspasada” a Citroën, pero los responsables de la otra marca de PSA también la consideraron poco viable, y a Matra no le quedó otra opción que acudir a Renault.
Nace un nuevo concepto: “Espace”
En octubre de 1982 vería la luz el primer prototipo P23 realizado sobre la base del Renault 18. En ese momento la firma francesa atravesaba por un momento dulce, comercialmente hablando, y la idea de contar en su catálogo con un monovolumen familiar entusiasmó a sus responsables.
Renault aportará al nuevo concepto la capacidad de modularidad interior con la presencia de asientos individuales con giro de 180º, creándose un nuevo espacio habitable que motivará el nombre comercial de “Espace”. Con este modelo surgirá un nuevo segmento que será de los más demandados en las siguientes décadas.
Como sucede con todo producto pionero y poco conocido el Renault Espace, lanzado en la primavera de 1984, tuvo unos inicios poco halagüeños a nivel de ventas, pero en 1990 su nombre ocupaba los primeros lugares en todos los ranking.
El Renault Espace era innovador en su concepto y diseño, pues además de utilizar una carrocería de fibra de vidrio contaba con un morro muy bajo y afilado. En la práctica el Renault Espace no tenía nada que ver con una furgoneta con asientos, como afirmaban sus detractores, sino que era todo un turismo de siete plazas convertible en un cómodo salón rodante con mesa central.
La locura de un “bólido familiar”
Pero el éxito también puede volverte loco. Su fuerte vínculo con el mundo de la competición hizo que Renault apoyara la creación del extravagante y alocado prototipo Espace F-1, un monovolumen de carreras presentado en 1994 para celebrar el décimo aniversario del Renault Espace.
Este “bólido familiar” incorporaba el mismo motor V10 de 800 CV que habían utilizado en la temporada 1993 los monoplazas Williams FW15C pilotados por Alain Prost y Damon Hill. Con semejante corazón el Espace F-1 podía alcanzar los 312 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos. Una auténtica burrada.
Por otro lado, en su afán innovador en 2001 Renault presentó el Avantime, un modelo que combinaba el concepto monovolumen con el concepto coupé y que comercialmente no tuvo demasiado éxito.
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