Menú

Errejón y los límites a los sueldos altos: seis cuestiones incómodas a las que todavía no ha contestado

El líder de Más País asegura que "hay que fijarse qué actividades retribuimos y cómo las retribuimos" y pide "topar" por arriba los salarios.

El líder de Más País asegura que "hay que fijarse qué actividades retribuimos y cómo las retribuimos" y pide "topar" por arriba los salarios.
El líder de Más País, Íñigo Errejón, este miércoles en el Congreso. | EFE

Íñigo Errejón cree que el sueldo del presidente del BBVA es demasiado alto. Según las informaciones conocidas esta semana, Carlos Torres Vila ingresó en 2022 unos 8,3 millones de euros. Pues bien, al excompañero en la jefatura de Podemos de Pablo Iglesias le parece que debería estar prohibido ganar tanto. Por eso, ha aprovechado las noticias sobre estos salarios tan llamativos para desempolvar una vieja propuesta de la izquierda española: limitar los sueldos también por arriba. Decimos "también" porque ya hay un salario mínimo. Ahora lo que buscan es que también haya uno máximo.

El líder de Más País adelantó este miércoles en el Congreso y luego confirmó este sábado durante un acto de su partido, que presentarán una moción para "topar" los salarios de los grandes ejecutivos: "Hay que empezar a fijar también topes por arriba. El país lo está pasando muy mal y hay que fijarse qué actividades retribuimos y cómo las retribuimos. Va siendo hora, y así lo presentaremos como propuesta, de abrir una discusión sobre los salarios máximos, sobre cuánto hay de distancia entre el salario mínimo y el máximo".

No hay muchos detalles, pero sí una intención. Y muchas preguntas sin respuesta:

- Por qué no igualar, primero, el sueldo de los diputados al salario medio

Esta primera pregunta tiene el mismo tufillo demagógico que la propuesta de Errejón. ¿Los diputados españoles cobran mucho? No, si los comparamos con los diputados de los grandes países de la UE. ¿Y los directivos del Ibex? Pues tampoco si establecemos la comparación con los ejecutivos de las grandes cotizadas de Londres, París, Fráncfort o Nueva York.

Y sí, es verdad que es mucho más alto ese sueldo de 8 millones que esta semana se conocía que cobró el principal directivo del BBVA en 2022 que los 118.083 euros que, según los datos que recoge Newtral, ingresó Errejón. Pero tampoco es lo mismo que te lo paguen los accionistas de tu banco que los contribuyentes.

Según la última Encuesta Anual de Estructura Salarial publicada por el INE, el salario medio en España ascendió a 25.165 euros en 2020 y el salario mediano a 20.920. Por lo tanto, lo que cobra Errejón equivale a unas cinco-seis veces esas cifras: se podría plantear una reducción del 80% y que ganase lo mismo que el trabajador medio español. Luego ya hablaremos de la legislación para las empresas, pero puestos a dar ejemplo, ese debería ser el primer paso, ¿no?

- ¿Se merecen los ejecutivos españoles lo que cobran?

Pues aquí vamos a coincidir en parte con Errejón. Muchos de ellos, no. De hecho, la evolución en bolsa de numerosas empresas del Ibex en las últimas décadas ha sido más que mejorable. No hablamos en este caso de Carlos Torres o de ningún otro nombre en concreto. La pregunta es más general: y sí, es cierto que no sólo en España, sino en muchos países, se está debatiendo sobre las remuneraciones de los principales ejecutivos y sobre si estos han capturado sus empresas, a las que utilizan como una plataforma de enriquecimiento y promoción personal. En teoría su función es maximizar el valor de los accionistas, pero en demasiadas ocasiones... esto sólo aparece en la teoría y en los PPT que enseñan a los inversores, pero no en las decisiones del día a día.

También es verdad que un alto ejecutivo es alguien que está sometido a una enorme presión y que puede tener un gran impacto en la cotización de su acción. Por ejemplo, el BBVA ha pasado de 5,71 euros por título a rozar los siete euros en el último año. Para un banco que ahora capitaliza por encima de los 42.000 millones, esta subida supone un incremento de valor de cerca de 8.000 millones (8 millones supondrían el 0,1% de esta cifra). ¿Merecido o no? Y si el valor se desploma en los próximos meses ¿qué hacemos? Pues es un buen debate. Otra pregunta es si ese debate se debe solventar vía legislación.

- ¿Y qué le importa?

La pregunta más relevante. Qué le importa a Errejón o a usted lo que cobre el presidente del BBVA.

¿Es usted accionista? ¿Y no está de acuerdo con esta retribución? Pues vaya a la Junta a protestar o venda sus títulos. El redactor de esta noticia hace años que no compra ninguna acción de una empresa (ya sea de forma directa o a través de los fondos en los que invierte) que no cumpla con sus exigencias en lo que hace referencia a la remuneración de sus directivos. Si una empresa no lo está haciendo bien en este punto y está malgastando el dinero en sueldos excesivos para ejecutivos poco eficaces, lo que hay que hacer es salir huyendo de su accionariado.

¿No es usted accionista del BBVA? Y entonces qué más le da en qué quieran tirar su dinero (si es que lo están tirando, que sería otro debate) sus propietarios.

- Una norma así, ¿tendría consecuencias?

Por supuesto. Y para imaginar lo que ocurriría no es necesario estar a favor o en contra de la medida. Tanto si uno la apoya como si no, debe reconocer que lo normal es que los afectados reaccionen. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, trasladando la sede social de la compañía a una jurisdicción en la que no estén limitados. ¿Impensable? Miren lo que pasó en Cataluña durante el procés. Fuga de sedes sociales en busca de certidumbres y tranquilidad normativa. Por qué no iba a ocurrir con las empresas del Ibex. Portugal o Italia estarían encantados de recibir con los brazos abiertos a muchas de estas compañías. Porque, además, si estos directivos son tan avariciosos como Errejón describe, harán lo que sea para seguir cobrando sus bonus, ¿no?

- ¿Para qué?

Esta pregunta es la más importante, pero casi nunca se responde. Errejón dice que hay que limitar los sueldos máximos y asocia este tema con la subida del SMI o las condiciones laborales en las grandes empresas. Pero no está nada claro que una cosa vaya a llevar a la otra. ¿Qué piensa el líder de Más País? Que esos empresarios malvados y codiciosos van a decir: "Lo que me quitan de sueldo, se lo pagaré a los mileuristas de mi empresa". Es evidente que si son tan malos, no lo harán. Y si son buenos... tampoco.

Aunque todavía no se conoce la propuesta concreta, podríamos pensar en alguna fórmula que relacione el sueldo de los que menos ganan y el de los que más: algo del tipo, "el principal directivo no podrá cobrar más de 30 veces el salario del último de sus trabajadores". En un primer vistazo, es cierto que esto alinearía algo mejor los incentivos para conseguir el objetivo que en teoría busca Errejón. Pero incluso así, hay decenas de escapatorias y también posibles consecuencias inesperadas: se nos ocurre, por ejemplo, que las grandes empresas dejarían de contratar a trabajadores poco cualificados (los que tienen salarios más bajos) y subcontratarían todas estas actividades. De esta manera, ese múltiplo de 30 comenzaría a operar desde niveles superiores. Sería una manera como cualquier otra de perjudicar a los que en teoría quieres proteger.

Por otro lado, también podría ocurrir perfectamente que las empresas buscasen formas imaginativas para sortear la norma: desde un sueldo base más bajo para los directivos compensado con un bonus más elevado o con retribuciones en especie que no estén limitadas por la ley.

Nuestra apuesta en Libre Mercado es que pasaría un poco de todo: desde alguna empresa que situaría su sede en otro país; otra que firmaría un contrato con sus directivos como si el puesto que ocupan fuera internacional y con residencia en un país extranjero (y no sujeto, por lo tanto, a la jurisdicción española); también habría alguna que otorgaría todo tipo de extras no salariales; o la que buscaría los recovecos legislativos para entregar acciones u otros activos similares.

- ¿Y Benzema?

Los salarios más altos de España no son los de los grandes ejecutivos. Sí, estos directivos ganan mucho dinero, pero normalmente las estrellas del deporte, el mundo de la cultura o incluso de algunos medios de comunicación ganan sueldos millonarios. Por eso, cabe preguntarse: ¿A quién afectará esta norma? A Carlos Torres sí... ¿y a Benzema o Griezmann? ¿Al Wyoming, a Pablo Motos o a Jorge Javier Vázquez? ¿A Penelopé Cruz o Aitana? Resulta también curioso que la demagogia se quede siempre en los millonarios del traje y la corbata. Por cierto, ¿se imaginan qué pasaría con el Real Madrid o el Barça si no pudieran pagar a sus jugadores lo que ahora les abonan?

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios