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Las Hilanderas siguen tejiendo

Silvano Baztán Guindo
Silvano Baztán Guindohttp://silvanobaztan.com
Además de estar licenciado y doctorado en Medicina, tras diversas formaciones que me dieron una visión multidisciplinar del ser humano, actualmente dedico mi atención a lo que llamo (de forma resumida) Medicina Psicosomática.
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análisis

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Mientras desde mi ventana observo unas vistas maravillosas, solamente empobrecidas por un cielo enmarañado con un sinfín de estelas químicas, soy consciente de que las diversas hilanderas, aparentes (solo aparentes) constructoras del destino de la humanidad, continúan con su labor en diversos frentes.

Y no se trata de una alegoría al estilo del cuadro de Velázquez, representando el cabreo de Atenea ante la escena del tapiz de Aracne mostrando las tretas y deslices de su padre Zeus pasándose por el arco del triunfo a todo ser femenino que se le cruzara por delante. No, aquí no hay interpretaciones posibles. Parece haber una realidad con múltiples facetas.

Aunque las cifras importantes sobre el tema pandémico, que únicamente son la gravedad y la muerte, están desaparecidas en combate… los agoreros (autoridades sanitarias y políticas varias) siguen sembrando el miedo, la preocupación. No vaya a ser que las personas normales, los españolitos de a pie, puedan volver a vivir la vida sin pensar en el bicho ni en su aparente maldad.

Desde la Agencia Europea del Medicamento (EMA), así como en las sucesivas apariciones de directivos de la OMS, se sigue insistiendo en que «la pandemia no ha terminado», que no podemos olvidarnos de ella… bla-bla-blá, bla-bla-blá…

Y claro, ahora estamos en otoño, con el invierno ya casi encima, con el fresquito (aunque tardío) asomando por la piel de toro. ¿Y qué significa esto? Pues que ahora no solo tenemos que prestar atención a la pandemia… sino a la tripledemia: una mezcla de los supuestos estragos que puedan ocasionar juntos la covid, la gripe y el virus respiratorio sincitial… y añadiría yo: «Y la madre que les parió» a todos los que lanzan este tipo de mensajes.

Se están divulgando noticias de que viene el coco en relación a la ocupación de camas pediátricas por este otro virus, primo hermano del de la gripe y de los coronavirus. Es importante saber que a lo que llamamos coloquialmente gripe es un cuadro de síntomas que suele estar relacionado con unas 200 variantes de virus, y que clínicamente es indistinguible uno de otro.

Si nos dedicamos a mirar con lupa a todos los bichitos que nos pueden rodear, cual película de indios y vaqueros¡¡Estamos listos!! La Medicina se ha convertido en una máquina imparable de diagnosticar y/o intentar prevenir cualquier cosa. Estamos en un mundo hipermedicalizado, y así no se puede vivir con tranquilidad.

Ahora se quieren fijar en ese triplete: covid (Sars-Cov-2), gripe (virus de la influenza) y bronquiolitis (virus respiratorio sincitial). Pero no son capaces de advertir que la vacuna de la gripe, por ejemplo, hace aparecer como de la nada un 36% más de coronavirus y un 51% más de metapneumovirus, por ejemplo. Y no lo digo yo sino un estudio realizado por el Pentágono norteamericano.

Y tampoco se querrá ver que en los propios estudios de Moderna y Pfizer se señaló que la aparición de patología por VRS era uno de los efectos adversos descritos… Así, el Comité de Vacunas de la FDA (VRBPAC), tras hacer notar la conexión resaltó la necesidad de una vigilancia posterior a la autorización por emergencia.

Valiéndome de los traductores en línea, dado mi bajísimo nivel de inglés, he podido leer lo siguiente en el documento de la FDA con el memorándum de Moderna para conseguir la «autorización para su uso de emergencia»:

  • Dentro de los 28 días posteriores a la vacunación, se informaron con mayor frecuencia algunas infecciones relacionadas con las vías respiratorias en el grupo de ARNm-1273 en comparación con el grupo de placebo, incluido el crup (traqueolaringobronquitis generalmente de origen viral), el virus respiratorio sincitial (RSV) y la neumonía.
  • Se produjeron 4 hospitalizaciones con inicio dentro de los 28 días posteriores a la vacunación en el grupo mRNA-1273 por infección por metapneumovirus, desequilibrio electrolítico secundario a infección por RSV, infección por rinovirus y bronquiolitis.
  • Más allá de los 28 primeros días después de la vacunación, se produjeron 3 hospitalizaciones por adenovirus, asma y crup.

Curiosamente, en este tipo de situaciones, los expertos siempre dicen que «no tiene nada que ver con el estudio sobre la inoculación». Se puede leer literalmente:

Los investigadores evaluaron todos los eventos como no relacionados con la vacuna del estudio. La FDA está de acuerdo con las evaluaciones del investigador de que es poco probable que haya una asociación causal entre la aparición de estos eventos y la vacuna del estudio.

En el documento del mismo tipo con el estudio de Pfizer, ocurre otro tanto: una serie de casos de patologías (entre ellas bronquiolitis por VRS) que no han sido tenidas en cuenta ni por los investigadores de la empresa ni por los revisores de la FDA.

Y, como si nada pasara, en las últimas recomendaciones de los CDC, al avisar sobre el aumento de casos por VRS y otros virus respiratorios, siguen recomendando vacunar contra la gripe y covid-19 a todas las personas a partir de los 6 meses de edad.

Según les parece a las autoridades de salud pública norteamericana y, por extensión, a las del resto del globo terráqueo, no es conveniente realizar estudios en profundidad y, mientras tanto, por pura precaución, visto lo visto en los estudios previos, no proseguir con las inoculaciones masivas.

No, no estamos como para perder tiempo en minucias. ¿Es así? Pues, aunque no parezca importarles, siguen afectándose niños por efectos adversos graves relacionados con las inoculaciones. Paso a describir las cifras del sistema de notificación de reacciones adversas a vacunas VAERS.

Entre el 14 de diciembre de 2020 y el 11 de noviembre de 2022, se informaron a VAERS nueve muertes después de las inoculaciones COVID-19 entre niños de 6 meses a 5 años, 31 muertes reportadas entre niños de 5 a 12 años y 133 muertes entre adolescentes de 12 a 18 años.

Y los médicos, como si se hubieran formado en la obediencia ciega, siguen al pie de la letra lo que las grandes agencias afirman sin cuestionarse absolutamente nada.

Para mí, al menos, está bastante claro, aunque siempre como hipótesis porque no tengo pruebas de que eso sea así realmente, que si la gripe no se detectó en estos años de atrás, de exclusivo protagonismo pandémico, no fue ni por las mascarillas (permeables a los virus, digan lo que digan) ni porque la gente guardara las distancias.

Para mí, repito, es solo una idea de un médico de a pie, es que, si nos centramos en la teoría microbiana (que, sinceramente, cada vez me cuesta más creer como la única), la mucosa respiratoria es el hábitat de un grupo enorme de posibles inquilinos víricos (unas 200 variedades) entre los que se encuentran los coronavirus, el virus de la influenza, el VRS, rinovirus…

Si partimos de la base de que hubo un bicho con gran capacidad de transmisión y de afincamiento en los seres humanos y que lo invadió todo, como que no hubo oportunidad para otros de los habituales. De ahí que no se vieran por ninguna parte. Además del hecho de que sólo se buscaba al coronavirus de moda, PCR en mano.

En estos momentos en los que parece que la normalidad respecto a las ganas de fastidiar del bicho pandémico se va instaurando, podría suceder que los demás grupos de bichos estuvieran ávidos de reconquistar el terreno perdido, dicho de una forma para que se pueda entender.

Repito, eso si nos atenemos a la teoría microbiana de que los virus son unos elementos externos que no tienen otro quehacer más que provocarnos infecciones y tumbarnos en la cama durante unos días, si no nos lleva al otro barrio.

Y, claro, ya están preparando una nueva serie de inoculaciones ARNm para el VRS, así como para un mix de gripe, coronavirus y VRS… así como un sinfín de productos para cualquier tipo de enfermedades, cánceres incluidos, en las que se identifique una proteína clave. Con la inoculación ARNm contra el coronavirus han encendido la mecha para la gran explosión.

Para el que quiera husmear sobre otra concepción respecto a la función de los virus, aconsejo leer (artículos, libros, el blog) y visionar los vídeos donde es entrevistado el biólogo y profesor jubilado de la Universidad Autónoma de Madrid, Dr. Máximo Sandín.

Precisamente, en el prólogo a una publicación de este eminente biólogo cuyo título es «Trilogía del Coronavirus», leo lo siguiente, escrito por el editor:

La comunidad científica y académica aparentemente no posee apertura, disposición o capacidad para revisar sus propios paradigmas y creencias asumidas, para replantearse o cuestionarse su propia comprensión de las cosas. Por tanto, tampoco inteligencia colectiva, posibilidad de madurar, de adaptarse a los problemas reales de una forma útil para la gente. La élite científica y académica es un falso referente de conocimiento para nuestra sociedad.

Y este comentario, a mi entender de lo más atinado, me lleva a recordar otro artículo que leí hace unos días; esta vez en uno de esos blogs de la disidencia, cienciaysaludnatural.com. «La ciencia no es el cientificismo actual declarado en la cumbre del G- 20».

La industria farmacéutica, en connivencia con los gobiernos del mundo mundial y las estructuras supranacionales nos venden a precio de saldo su intención de cuidarnos muy resilientemente, con total equidad (y-demás-zarandajas-o-cantos-de-sirena-para- personas-sin-juicio-crítico) … y sin discusión posible.

La propia Ciencia (con mayúscula) se ha ido transformando en una ciencia (con minúscula) saltándose olímpica y limpiamente el propio procedimiento científico que le debería llevar a cuestionarse todo lo habido y por haber… siempre que hubiera una línea argumental y bases sólidas.

Y aquí es cuando aparece el término cientificismo como sinónimo de totalitarismo intelectualoide, capaz de poner sordina y hasta de hacer enmudecer a todo aquél que se atreva a mostrar la mínima duda, lanzar cualquier interrogante a las tesis orwellianas que se han encaramado como «Verdad Única».

Esto, ni más ni menos, es lo que ha sucedido y está sucediendo en el mundo.

  • No importa si se sabe que los productos inoculados desactivan los procesos que las propias células tienen para controlar las degeneraciones cancerígenas.
  • No parece que lo relacionen con que la cantidad de cánceres esté aumentando de una forma escandalosa, tanto en casos nuevos (más rápidos en su desarrollo) como en reactivaciones de cánceres ya aparentemente controlados.
  • No importa si se sabe que no sólo el escurridizo Sars-Cov-2 genera a más o menos largo plazo tromboembolismo (causa habitual de infartos, y accidentes cerebrovasculares) sino que la proteína espiga, esa que están forzando a construir en los cuerpos de los inoculados, inundándolos durante varias semanas, es la que genera su capacidad procoagulante.
  • No parece relacionarse que la enorme sobremortalidad en casi todo el mundo ha coincidido con la inoculación masiva, y que no está relacionada con casos de covid-19 ni con el cambio climático (¡¡por Dios, qué necios pueden llegar a ser!!). Hay un verdadero aluvión de ictus y fallos cardiacos fulminantes.
  • No parece relacionarse que en aquellos lugares del mundo en los que no se ve sobremortalidad, precisamente no ha tenido lugar la masiva inoculación. (Miremos a África en alguna ocasión; sí, existe, como Teruel en España). Observemos la gran diferencia en cifras acumuladas de muertes de covid-19 por millón de habitantes.

¿No lo pilláis todavía?

En España se vanaglorian del altísimo porcentaje de inoculación. En África se contabiliza que se ha inoculado sólo hacia el 25% de la población… y aún me parece mucho, pues no creo que en sus principales temas de preocupación esté el bicho. Más bien, en amplios sectores de la población africana estará el cómo alcanzar la nutrición suficiente como para sobrevivir cada día.

En Europa, las autoridades se están quejando abiertamente de que la población está dejando de inocularse los refuerzos (alrededor del 29%, según dicen desde la EMA).

¡¡Nos ha jodido!!, que diría aquél. ¿Es que creen que esta trola

va a seguir «colando» tan ampliamente como al principio?

En España hasta se ha creado un: «¿instituto?» (Instituto #SaludsinBulos), con el que están colaborando sociedades científicas, colegios profesionales y divulgadores sanitarios.

Este «contubernio cientificista» ha lanzado la campaña «Las vacunas no son una broma», con la que quieren animar a los sanitarios a combatir los bulos y la reticencia vacunal que, según ellos, que parecen tener un contacto con el futuro, puede influir en el aumento de casos de gripe y covid en los próximos meses.

Las hilanderas siguen tejiendo…

Pero no conseguirán sus propósitos. No van a lograr nada sin el consentimiento de las personas, el de cada uno: el tuyo y el mío. Y este consentimiento no lo van a tener.

  • Habla con las personas de tu círculo, compárteles información fidedigna, verificable.
  • Respeta la opción que hayan elegido con la inoculación, no les critiques o intentes forzar a nada.
  • Dales la opción de que vean, lean por sí mismos otro tipo de informaciones a las que no han tenido acceso anteriormente.
  • Cada vez hay más personas que van viendo gradualmente más claro lo sucedido en el mundo.
  • Confía en que, entre cada vez más personas, vamos a impedir que esta gentuza consiga sus propósitos.

Salud para ti y los tuyos.

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