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El Parlamento Europeo elimina los controles sobre las dietas de los eurodiputados
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4.343 euros al mes sin escrutinio

El Parlamento Europeo elimina los controles sobre las dietas de los eurodiputados

La Eurocámara ha aprobado una reducción de los ya exiguos controles financieros sobre la llamada "cuenta de gastos generales" a la que tienen acceso los eurodiputados

Foto: Sesión plenaria de la Eurocámara en Estrasburgo. (EFE)
Sesión plenaria de la Eurocámara en Estrasburgo. (EFE)

Las dietas que reciben los miembros del Parlamento Europeo, que ascienden a los 4.342 euros al mes por eurodiputado, no tendrán dentro de algunas semanas ningún escrutinio, según ha podido saber El Confidencial a través de varias fuentes parlamentarias. Se trata de unos fondos cuyo uso, ya a día de hoy, no era monitoreado por la institución, que ahora ha dado pasos para convertir en norma esa falta de control. Así lo ha decidido el Bureau de la Eurocámara, la auténtica sala de máquinas de la institución que lo conforman la presidenta, Roberta Metsola, y los 14 vicepresidentes. El pasado 17 de octubre, en Estrasburgo, votaron a favor de una reforma de las reglas de control de las dietas, la llamada asignación para gastos generales (GEA) que da, de forma oficial, un total control a los eurodiputados respecto al uso de esos fondos.

El único voto en contra fue el de la vicepresidenta Heidi Hautala, de Los Verdes, como ha confirmado la oficina de la propia eurodiputada. Estas modificaciones sobre el IMMS todavía no están en vigor, ya que no ha finalizado la traducción del texto antes de que se pueda publicar en el Diario Oficial de la Unión Europea. Será un mes después de esa publicación cuando estas nuevas normas entren en vigor.

"Al final propuse un compromiso por el que un tercio de las dietas serían a tanto alzado para gastos generales y dos tercios deberían otorgarse comprobándose los gastos. Incluso esta idea fue rechazada rotundamente", se queja Hautala ante El Confidencial. "Los cambios eliminarán cualquier pretensión de rendición de cuentas", critica la vicepresidenta de Los Verdes.

Foto: El eurodiputado conservador búlgaro Angel Dzhambazki.

La GEA cuesta a los contribuyentes algo menos de 40 millones de euros al año y sirve para sufragar gastos de los eurodiputados relacionados con su actividad parlamentaria, como el coste de una oficina en su país de origen, facturas telefónicas o actividades para la difusión del trabajo de la Unión Europea y la Eurocámara. Sin embargo, ya no se realizaba ningún control sobre cómo se utilizaba esta asignación, y un buen grupo de eurodiputados llevan tiempo denunciando el uso de la GEA por parte de algunos de sus colegas como "parte de su salario".

El Bureau de la Eurocámara ha tomado esta decisión a pesar de que el pleno del Parlamento Europeo ha votado en repetidas ocasiones a favor de aumentar los controles sobre el uso de las dietas. "El Bureau ni siquiera escucha los puntos de vista del Pleno", lamenta Hautala. Para los conocedores del debate sobre el uso de la GEA, se trata de una decisión confusa, ya que las normas anteriores ya permitían al eurodiputado hacer un uso a su total discreción y sin ningún control efectivo. Es conocido, dentro y fuera de la institución, que no hay ningún control sobre los gastos que se realizan a cargo de esta cuenta salvo que haya un aviso de uso inadecuado de los fondos. Lo que hace el Bureau con esta decisión, señalan las fuentes críticas, es convertir en oficial lo que ya era extraoficial y elimina lo que una fuente considera la "pretensión" de que la Eurocámara estaba vigilando. La organización Transparencia Internacional lleva años solicitando a la Eurocámara que realice controles sobre los gastos de los eurodiputados.

Una portavoz del Parlamento Europeo asegura que la medida aumenta la transparencia, a pesar de que las medidas que ha aprobado el Bureau en este sentido son voluntarias. La reforma aprobada el pasado 17 de octubre solamente incluye una de las demandas habituales del pleno, que es que el montante de la GEA se ingrese en una cuenta bancaria separada.

placeholder Edificio del Parlamento Europeo en Estrasburgo. (Reuters)
Edificio del Parlamento Europeo en Estrasburgo. (Reuters)

¿Cómo se eliminan los controles?

Esa eliminación de los controles efectivos, más allá de que ya no se estuvieran realizando, se produce porque Bureau ha reformado las medidas de aplicación del Estatuto de los diputados (IMMS, por sus siglas en inglés) referidas a la GEA, tocando un par de teclas clave. Por ejemplo, desvinculan las dietas respecto del artículo 62, que establecía los límites, al menos teóricos, ya que nadie los controlaba, salvo que hubiera una denuncia, al uso de todos los fondos de los que disponen los miembros de la cámara. Así, el artículo 62 establecía que "las sumas abonadas en virtud de las presentes medidas de ejecución (...) se reservarán exclusivamente para la financiación de actividades vinculadas al ejercicio del mandato de un diputado y no podrán utilizarse para cubrir gastos personales o para financiar subvenciones o donaciones de carácter político". Pero ese artículo hacía referencia a los capítulos 4, 5 y 6 del IMMS, y el Bureau lo ha cortocircuitado trasladando la GEA, que se encontraba en el capítulo cuarto, a un nuevo capítulo, el 7, por lo que queda fuera del alcance del artículo 62. Nadie vigilaba que el artículo 62 se cumpliera en cuanto a la GEA, pero, si alguien informaba de un mal uso, la Eurocámara tenía que prestar atención, aunque solamente fuera por respeto a sus propias normas. Con este cambio se elimina esa posibilidad.

Además, se establece un nuevo artículo, el 44, al que ha tenido acceso El Confidencial, y en el que se deja claro que los únicos responsables de controlar el gasto de los fondos son los propios eurodiputados. "Los propios miembros son los únicos responsables de la forma en que se utilizan las sumas pagadas de conformidad con este capítulo", señala literalmente la nueva normativa, según ha podido saber este periódico. Se trata, de nuevo, de confirmar unas prácticas que ya estaban establecidas de manera informal. Por otro lado, sobre la documentación del uso de las dietas, la nueva normativa solamente apunta a que los miembros "son libres" de realizar esa documentación, pero no existe ninguna obligación. En ese artículo se establecen los gastos para los que, supuestamente, los miembros deben usar la GEA, aunque, al quedar fuera del alcance del artículo 62, ya no hay una limitación expresa al uso de esos fondos para otros fines.

Foto: Una bandera europea en la Eurocámara en Bruselas. (EFE)

La práctica de no realizar controles ya estaba totalmente normalizada. La propia institución ha defendido a lo largo de los años que establecer un control específico sobre los gastos de la GEA requeriría entre 40 y 75 empleados dedicados a ello. En una decisión del Bureau del 2 de julio de 2018, se detallaba, abiertamente, que las dietas se manejaban de esta manera para "prevenir los gastos administrativos" que provocaría gestionar la información. Eso a pesar de que la institución cuenta con un importante presupuesto anual, como demuestra el hecho de que la misma Eurocámara debata estos días la posibilidad de realizar una renovación de 500 millones de euros de uno de sus edificios finalizados en 1995.

Las dietas que reciben los miembros del Parlamento Europeo, que ascienden a los 4.342 euros al mes por eurodiputado, no tendrán dentro de algunas semanas ningún escrutinio, según ha podido saber El Confidencial a través de varias fuentes parlamentarias. Se trata de unos fondos cuyo uso, ya a día de hoy, no era monitoreado por la institución, que ahora ha dado pasos para convertir en norma esa falta de control. Así lo ha decidido el Bureau de la Eurocámara, la auténtica sala de máquinas de la institución que lo conforman la presidenta, Roberta Metsola, y los 14 vicepresidentes. El pasado 17 de octubre, en Estrasburgo, votaron a favor de una reforma de las reglas de control de las dietas, la llamada asignación para gastos generales (GEA) que da, de forma oficial, un total control a los eurodiputados respecto al uso de esos fondos.

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