Línea editorial: "La hipótesis Le Pen"
Le Pen atrae a los perdedores de la globalización y a quienes viven con ansiedad los vertiginosos cambios sociales de las últimas décadas
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Actualizado 00:57
Marine Le Pen se perfila el domingo como la candidata a enfrentarse en segunda vuelta a Emmanuel Macron en las presidenciales francesas. De ser así, el 24 de abril se repetirá el duelo de 2017, y por tercera vez habrá un Le Pen entre los dos finalistas. La novedad es que, en esta ocasión, no es descartable una victoria de la extrema derecha.
Una explicación es la debilidad tradicional de los partidos en Francia, sin una estructura ni cifras de militancia equiparables a las de otros países europeos. Esto favorece opciones personalistas, como la que de hecho representa el propio Macron.
El presidente se presenta a la reelección con el aval de una buena gestión económica en tiempos de turbulencias y con reformas sociales que han tenido un considerable impacto social en la Francia más pobre, aquella que sigue recelando de él como el candidato de las finanzas.
Frente a él, Le Pen atrae a los perdedores de la globalización y a quienes viven con ansiedad los vertiginosos cambios sociales de las últimas décadas. Ansiedad que no llega a la suela de los zapatos al pánico que provocaría en Europa una victoria de la ultraderecha, pese a que, sin mayoría parlamentaria, Le Pen tendría las manos atadas. Ese miedo es, a la vez, un acicate para buscar resolver las contradicciones del capitalismo y la democracia liberal. El problema es que no existen soluciones tan sencillas como las que prometen los populismos.
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