Los Planetas: «Hay que buscar al verdadero enemigo, quién hace la vida más difícil a la gente»

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Los Planetas: «Hay que buscar al verdadero enemigo, quién hace la vida más difícil a la gente»

Durante 2020 y 2021 Los Planetas publicaron cinco singles dispersos al hilo de la rabiosa actualidad. Estos singles urgentes se han recogido, junto con cuatro nuevos temas más reposados en ‘Las canciones del agua’, actual número 1 de ventas en España, el primero de toda su carrera. Hablamos vía Zoom con J Rodríguez, voz, letrista y -junto a Florent Muñoz- alma del grupo sobre el sentido último de este disco y la enorme influencia que Lorca ha ejercido en él. Foto: Adrián N Maesso.

¿Hasta qué punto ‘Las canciones del agua’ es un disco entendido como tal, hasta qué punto se puede considerar un recopilatorio?
El disco recopila todos los singles que hemos ido sacando este año y medio. Pero tiene también concepto de álbum, porque parte de ‘El Manantial’, una canción que tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo, y es la que da pie al resto de canciones. Ese manantial del que hablaba Lorca es en este caso mi propia visión del mundo, la de Los Planetas, la que se deja ver a lo largo del disco. En principio la íbamos a sacar como single, pero no cabía en uno porque es muy larga. Tenía que estar en un álbum. Y después de las canciones que habíamos ido sacando, que eran viñetas de actualidad, [El Manantial] nos hizo volver a las raíces de nuevo: a Lorca, a la tierra, a Granada… En contraposición al caos global, el conocimiento local.

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Precisamente, en la entrevista con Manu Ferrón en RDL explicabais la partición del disco: una primera mitad más local contra una segunda global. Pero no sé si se pueden ver más particiones: canciones de agua contra canciones de cemento, romanticismo contra la fea realidad…
Sí, claro. La parte esa más global refleja una visión bastante caótica y más inestable. La parte local refuerza la sensación de pertenencia. Las personas pertenecemos a nuestro mundo real, no solo al mundo que nos llega a través de los medios de comunicación, sino a las distintas maneras de comunicarse, a la cercanía con las otras personas… La parte local es donde está nuestro corazón y nuestros sentimientos, donde podemos entendernos mejor. Y se nos escapa toda la parte global, ese mundo caótico se nos está escapando, y más en este tiempo de desinformación. Pero siempre podemos recurrir a nuestras propias raíces para encontrar un poco de consuelo.

Las canciones que aparecen en la segunda mitad fueron creadas al calor de los acontecimientos. ¿Fue simplemente fruto del momento que nos tocó vivir o lo veis como una nueva vía para componer?
Fue fruto del momento. La primera fue ‘La nueva normalidad’, a raíz de todos esos saqueos que había habido en EEUU. Me pareció muy relevante, muy simbólico del estado de las cosas. Y sin embargo esas imágenes no trascendieron mucho. La canción se creó a partir de las imágenes, de la urgencia de ponerlas pronto antes de que las quitaran. Con esa urgencia hicimos esta y las siguientes: ‘El negacionista’, ‘El Rey de España’… Han ido pegadas a los acontecimientos. Están sacadas y grabadas con urgencia, lo más cerca posible del momento en que las vivimos, para reflejarlo. Que ha sido durísimo, muy complicado.

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Cuando empezó el confinamiento estábamos en plena gira de Fuerza Nueva. Se suspendió toda la gira. No había conciertos. Estaba todo cerrado. Y la vía natural era sentarse, escribir canciones y sacarlas. En ese momento pensamos que sería la mejor opción. Luego hemos ido retomando en parte la gira que teníamos con Fuerza Nueva, hemos ido haciendo conciertos en un formato reducido… Habíamos planeado grabar el disco con un productor, con Gonzalo García Pelayo, un productor clásico de los años 70, pero todo eso se perdió cuando empezó la pandemia. Y abrimos la vía esta más urgente, como hacen los traperos, que van subiendo las canciones conforme las vas haciendo. Meterlas en un mixtape o algo así (risas).

Habíamos planeado grabar el disco con Gonzalo García Pelayo, un productor clásico de los años 70, pero todo eso se perdió por la pandemia. Entonces abrimos la vía esta más urgente, como hacen los traperos

Quería volver a ‘El manantial’. Antes comentabas que hacía mucho que la querías grabar, ¿cuánto tiempo hace?
No recuerdo… Siete u ocho años. Me llamó muchísimo la atención, estaba muy ligado a la vida que tenía entonces. Es un poema muy musical, muy rítmico, con una métrica muy viva que va llevando a… música, en realidad. Genera ese efecto. Solo estaba esperando al momento que pudiera salir a la luz, y los tiempos que corren han hecho fuerza para que salga. Lorca es una figura mítica. Una especie de mártir, que sucumbe en los primeros momentos del alzamiento del fascismo. Porque en España Lorca fue de los primeros a los que los fascistas se les ocurrió matar. En un momento, un poco como ahora, de extremismos ideológicos, ese tipo de gente como Federico García Lorca son los que corren más peligro, los primeros que caen. Queríamos encomendarnos también al santo que ya es Federico para nosotros, a ver si nos salva de la situación. Intentar que no se vuelva a repetir lo mismo.

Queríamos encomendarnos al santo que ya es Federico para nosotros, a ver si nos salva de la situación. Intentar que no se vuelva a repetir lo mismo.

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Es una canción diferente dentro de la obra de Los Planetas, sobre todo por el piano de David Montañés. Hay una cosa que apunta Manu Ferrón en la entrevista en RDL y es que recuerda a los acompañamientos que hacía Lorca a la Argentinita. ¿Era esa la idea?
Sí. También David Montañés es un gran aficionado a Lorca, ha hecho muchas adaptaciones de poemas, ha trabajado mucho sobre su figura, y supongo que eso está en el aire. La diferencia es que Montañés es un pianista muy bueno (aunque Lorca también era un buen pianista, pero no era profesional). Montañés puede aportar con el piano una riqueza y matices bastante impresionantes. Queríamos imitar esa crudeza de la música interpretada en tiempo real, en directo. [‘El Manantial’] está grabada en directo, todos tocando a la vez en la misma habitación. Así es cómo se grababa la música antes. Ahora la música se hace siguiendo una claqueta, siguiendo una base, va por ordenador. Y queríamos recuperar la sensación real de músicos tocando.

Sobre las canciones ligadas a la actualidad: en el repertorio de Los Planetas siempre ha habido canción protesta, pero usabas un lenguaje más críptico. Ahora eres más directo. En ‘El rey de España’, por ejemplo, hay una ironía muy marcada, en la que el protagonista se dedica a echarle a los demás la culpa de sus propios errores.
Vivimos en una sociedad organizada jerárquicamente, en la que hay personas que asumen las máximas responsabilidades en esas jerarquías… y que deberían asumirlas realmente cuando las cosas no van bien. Sin embargo, a lo que tienden es a echar las culpas a los demás. Precisamente, una de las pocas ventajas que tenemos de vivir en una sociedad jerarquizada es que sabemos quiénes son los responsables de lo que está pasando. Y eso tendrá que asumirse en algún momento, yo creo. Porque si no, mejor estar organizados horizontalmente, sin relaciones de poder, donde cada uno se haga responsable de las cosas que hace. Pero si estamos organizados así, de manera jerárquica, con un ejército, con una policía, con unas leyes… pues debería servir para depurar las responsabilidades.

Una de las pocas ventajas que tenemos de vivir en una sociedad jerarquizada es que sabemos quiénes son los responsables de lo que está pasando. Y eso tendrá que asumirse en algún momento

También habláis del artista como una persona encargada de despertar a la gente en épocas oscuras. Pero, ¿hasta qué punto realmente el artista tiene esa responsabilidad? ¿Hasta qué punto puede ser abanderado del cambio social?
Siempre ha sido así. Los artistas se han adelantado a los acontecimientos, han ido contando previamente todo lo que va a suceder, cómo solucionarlo, y al final el tiempo les va dando la razón. Estoy hablando mucho en las entrevistas de Lorca. Fue un error histórico que alguien decidiera matar a Lorca en ese momento, porque solo contribuyó a hacer más grande su poesía, su nombre, a hacerlo universal. A hacer universal sus ideas de manera mucho más activa. No puedes matar las ideas de una persona asesinándola. Las ideas seguirán siendo vigentes, sobre todo cuando es un artista, cuando las ha escrito, las ha transmitido.

En general [los artistas] se adelantan a su tiempo, hacen que vayan avanzando las cosas. Mira a Lou Reed, a la Velvet Underground. Cuando empezaron nadie les hacía mucho caso. Pero con el tiempo se ha demostrado que han tenido una enorme influencia en la música que vino después. Y habrá ahora artistas nuevos trabajando en nuevas formas de entendernos, de analizarnos. Y no estarán llegando a mucha gente porque estarán sepultados por montañas de basura, por desinformación, por propaganda, será difícil encontrarlos. Pero estarán creando las redes que se hacen visibles cuando todo se viene abajo.

Los artistas se han adelantado a los acontecimientos, han ido contando previamente todo lo que va a suceder, cómo solucionarlo, y al final el tiempo les va dando la razón

Precisamente, vosotros que sois de una generación bastante anterior, reivindicáis a artistas muchos más jóvenes, como Khaled, ¿Cómo surge hacer la versión de ‘Se quiere venir’? Por amistad, imagino…
Sí, los conozco, son amigos nuestros, aunque son de otra generación, vienen de otra cultura, no son de nuestro ámbito, no suelen ir a los bares que vamos nosotros, vienen un poco de otro mundo. Pero sí que comparten con nosotros una visión crítica, una forma desprejuiciada de decir lo que piensan, sin temer las consecuencias que eso pueda tener. Y su discurso es muy interesante. En concreto estos de aquí, de Granada: La Zowi, Yung Beef… Además, comparto con ellos la forma de hablar, con un acento granadino súper cerrado, más auténtico que el que uso yo (risas). Y llegan más al fondo, a la raíz. Son muy flamencos, vienen de esa tradición por familia, entorno, y van un paso más allá. Tienen ideas brillantes. Tienen como una especie de rechazo al dinero, dicen que es mejor vender droga que hacer música (risa). Ese es el mensaje que están transmitiendo: que renuncian al dinero que producen. Que se lo quede Google, que se lo quede quien sea, porque esto va a destruir el sistema. Y, de hecho, el sistema está sucumbiendo. Tienen cierta razón…

La Zowi, Yung Beef… son muy flamencos. Vienen de esa tradición por familia, entorno, y van un paso más allá. Tienen ideas brillantes

Hablando del sistema, ahora os estáis autogestionando. ¿Hasta qué punto es difícil llevar las dos vertientes de una carrera, la artística y la mercantil?
Nosotros nos seguimos encargando de la parte artística, básicamente. Y de la parte más industrial se encargan amigos nuestros, con los que compartimos ideología. Por supuesto es un equipo pequeño, muy reducido respecto a cuando estábamos en Sony… Pero Sony se lleva mucho dinero, todas las ganancias. Ahora el reparto es algo más justo.

En ‘La nueva Normalidad’, contrasta mucho lo que explicas en la canción, las imágenes de saqueos, con la música y los arreglos, sobre todo los de viento, que son muy sosegados, casi idílicos. ¿Era la idea crear ese contraste?
Es el concepto de “Nueva Normalidad”. Que esto va a ser la nueva normalidad. Hay que acostumbrarse. Si cada vez vamos a estar peor, si aceptamos que cada vez vamos a vivir en peores condiciones, estos saqueos son como la nueva normalidad, una forma de acabar con el capitalismo de alguna manera.

Esas imágenes me recordaban a uno de mis artistas favoritos, Curtis Mayfield. Fue el primero que se me vino a la cabeza, al ver a tanta gente de color, negros, asaltando las tiendas… Me vinieron algunas melodías suyas. [Curtis] es un músico muy celestial, muy espiritual. Supongo que el tono de la canción habrá pillado eso: esa manera tan espiritual que tenía de hacer, esa cultura, esa forma de relacionarse con el mundo. Era introducir la magia de Curtis Mayfield, esa espiritualidad, en contraste con unas imágenes muy vivas, muy carnales, muy de desfogue, de catarsis, de la gente haciendo las cosas que han tenido prohibidas.

‘La Morralla’, versión de Carlos Cano, hace de bisagra entre ambas mitades, ¿no?
Sí. Porque comparte la parte local, lo granadino, hablando y cantando de una forma muy granadina, pero a la vez habla de algo global. Habíamos pensado más canciones para ese bloque, como una versión que habíamos hecho de 091, de ‘La torre de la Vela’, un tema muy emblemático. Pero ‘La Morralla’ enganchaba mejor con la primera parte del disco y esta [‘La torre de la Vela’] enganchaba mejor con la segunda. Al final metimos solo la primera, porque no cabían las dos en el formato del vinilo, y había que sacrificar alguna.

Hay que buscar al verdadero enemigo, quién está haciendo la vida más difícil a la gente

‘El antiplanetismo’ cierra el disco. Era un tema ya conocido, pero su ubicación al final le da un nuevo sentido, es como volver al principio. Además, es una canción conciliadora, donde se invita al detractor.
La idea de ‘El antiplanetismo’ es todo ese viaje que supone el disco, desde ‘El Manantial’. La primera idea fue sacar las canciones en orden cronológico, empezar la cara A con ‘La nueva normalidad’. Luego encontré que tenía más sentido así y lo cambié, cambié el orden de las caras. ‘El manantial’ supone la visión del poeta, en este caso Federico, sobre su vida, su obra, sobre a qué se quiere dedicar, qué quiere hacer, qué le va a suponer eso. El disco entero se va desarrollando primero en lo local, luego a lo global, dando una visión primero de Granada, luego del mundo. Y acaba [con ‘El antiplanetismo’] como intentando decir que nosotros no somos los culpables. Que en realidad habría que buscar el verdadero enemigo, quién está haciendo la vida más difícil a la gente, que no somos nosotros. Y para eso se necesita sentido crítico, un análisis crítico de la realidad, de las noticias que te llegan. Y en ese río desde el nacimiento, desde la creación, hasta el final, muchas veces tiende a culparse al mensajero. Lorca es un ejemplo paradigmático.

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