Sanidad inunda el mercado español de test de antígenos chinos y esquina a los productores nacionales

  • La fijación de un precio máximo de 2,94 euros pero sobre todo la falta de autorización hace casi imposible la venta de pruebas españolas.
  • De las 48 pruebas de antígenos que se venden en estos momentos en farmacias solo dos están fabricadas en España.
  • Los productores consideran "incoherentes" estos "obstáculos" con el PERTE sanitario que busca promover la investigación.
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Instrumentos para la realización de test de antígenos en una imagen de archivo.
Instrumentos para la realización de test de antígenos.
EUROPA PRESS
Instrumentos para la realización de test de antígenos en una imagen de archivo.
Sanidad decide apostar por los test de antígenos chinos
Wochit

En estos momentos, en las farmacias españolas pueden comprarse hasta 48 marcas distintas de test de antígenos, de las que solo dos están fabricadas en España. Por el contrario, el mercado está inundado de test de China, en una situación que los productores nacionales achacan sobre todo a las trabas que el Gobierno les ha puesto en los últimos meses para acceder a la autorización para poder vender para el autodiagnóstico test de uso profesional. Se debe a que no tienen una capacidad de producir a gran escala que solo les otorgaría tener una previsión de que van a venderlos, que conseguirían si fueran autorizados para ello. Este círculo vicioso que prácticamente expulsa a los test españoles de antígenos del mercado se cierra con la paradoja de que desde el principio de la pandemia el Gobierno ha estado invirtiendo en un sector formado principalmente por pymes para que desarrollaran entre otros los test que ahora no pueden comercializar.

"No rematan, tienen muy buenas intenciones a la hora de fomentar la investigación pero no se premia que lleguen las cosas al mercado, nos quedamos cortos ahí en el apoyo", resume Belén Barreiro, directora ejecutiva de la compañía Ingenasa y vicepresidenta de la Asociación Española de Bioempresas, Asebio, que reúne a numerosas pymes de este sector, activas en el desarrollo de test clínicos y del sector alimentario y que desde hace meses  ven dificultado su acceso al mercado de los test de antígenos que ya fabrican.

Precio máximo y capacidad de producción

Los test de antígenos para el autodiagnóstico que se venden en farmacias han estado en la picota desde esta Navidad, después de que fueran vistos por parte de los ciudadanos como un elemento para restar incertidumbre en comidas y cenas familiares en plena sexta ola. Eso hizo que en diciembre aumentara exponencialmente la demanda, que durante días no pudo cubrir una oferta que resultó ser escasa. Como dictan las leyes del mercado, esto provocó un alza de precios que el Gobierno no atajó hasta la semana pasada, fijando un precio máximo de venta de 2,94 euros, que ha terminado de cerrar el acceso de los test españoles a las farmacias.

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No se trata tanto del precio máximo como de la imposibilidad de alcanzarlo sin la previsión de ventas que les daría tener una autorización para venderlos, aunque Asier Albizu, CEO de Biolan, una empresa que optó a ella y no la logró, cree que con ese importe "está claro que España ha optado por el producto made in China" y no ha tenido en cuenta "ni la huella de carbono" ni ningún otro condicionante medioambiental o laboral. A esta decepción de que apenas haya test españoles en las farmacias añade otra, que el propio Gobierno "no ha comprado ni un test español", entre los cinco millones que adquirió justo un día antes de fijar el precio máximo de venta a 2,94 y por los que pagó la unidad a 3,10 euros.

Tanto Barreiro como Albizu cree que sus empresas -y decenas de otras- podrían llegar a ese precio -en realidad menor, porque ahí se incluyen los márgenes de distribución y venta en farmacia- si hubieran tenido tiempo y seguridad para aprovisionar materia prima para producir por decenas de millones, que son las cifras que lanzan los fabricantes chinos al mercado. "La compra de productos biológicos con un volumen grande da descuentos del 70%. Tú puedes ser competitivo y acercarte al precio de coste, pero si no tenemos certeza de venta no puedes aprovisionarte", dice Albizu.

"El volumen que hagas es lo que determina el precio, podríamos ser competitivos como los chinos", tercia Barreiro, en calidad de vicepresidenta de AseBio. Según dice, los productores españoles pueden producir de 100.000 en 100.000 unidades, pero sin una previsión de compra no pueden acercarse al ritmo millonario de los fabricantes chinos. "El precio [máximo] es el debate que menos importa, lo que importa es que marquen un precio sin haber llamado a ninguna empresa fabricante. Con quien han hablando es con los importadores chinos", lamenta Barreiro. 

Al margen del precio máximo, en el fondo de la cuestión están las reglas de Sanidad que han dejado a las empresas españolas de biotecnología por detrás de la fuerte competencia china, cuyas empresas fueron las primeras que aislaron el virus de la Covid-19 y contaron con muestras humanas para desarrollar primero test serológicos -los de los anticuerpos IGM e IGG que causaron furor en la segunda mitad de 2020- y después de test de antígenos, que se han convertido en la estrella de este fin esperado de la pandemia. 

Test chinos

La presencia de test de antígenos chinos en las farmacias españolas es aplastante. La Agencia Española del Medicamento (AEMPS) tenía antes de Navidad autorizados los artículos de 39 productores diferentes, de los que 29 se fabrican en China. Tres en Estados Unidos, otros dos en Corea y el mismo número en Alemania. Solo uno de ellos tiene relación con España, puesto que la empresa Ingenasa -que forma parte desde 2018 de la división de desarrollo de ensayos clínicos de la multinacional Eurofins- producen en China y también figura en la lista de la AEMPS.

El catálogo se amplió a 48 test cuando en diciembre Sanidad accedió a otorgar autorizaciones excepcionales a fabricantes de test de uso profesional, para que pudieran venderlos en farmacias y afrontar así el desabastecimiento justo antes de Navidad. Entonces, entraron dos empresas españolas -Certest y Biotical- y una suiza, porque, según subrayan en el Ministerio de Sanidad, eran las que cumplían los requisitos. Entre ellos, tener en ese momento "unidades [de test] a disposición para su distribución de manera inmediata, garantizando que no se ve comprometido el abastecimiento de test de profesionales".

"Si me dicen que lo puedo vender en farmacia a partir de mañana, necesito tiempo para aprovisionarme", dice el CEO de Biolan, que asegura que la AEMPS le informó por carta de que no había obtenido autorización "porque no había demanda". Barreiro fija este plazo de preparación en unas dos semanas. Por el contrario, el Ministerio de Sanidad asegura que se ha dado luz verde a todas las empresas que han pedido una autorización excepcional y que cumplen los requisitos. 

Sin embargo, no todas lo hacen. Junto a la autorización de estas tres empresas, la AEMPS dio luz verde a otras seis licencias excepcionales a empresas que reconoce que "no son conformes con la legislación nacional", por ejemplo, porque no tienen sus instrucciones en español. Así entraros seis test más a su venta en farmacia, cinco chinos y otro más fabricado en Turquía. Todo esto a pesar de que Sanidad aseguró que "priorizaría" a las empresas de "kilómetro cero", de producción nacional.

"Si están intentado impulsar la producción nacional, eso no se puede hacer, en primer lugar, si vas a una farmacia a comprar un test y vas a encontrar que no hay ningún producto made in Spain ni casi made in Europa", dice Albisu, CEO de una empresa de biotecnología que tiene sus instalaciones en el Parque Tecnológico de Vizcaya y que vende a más de 50 países otros test de diagnóstico y de intolerancia a la lactosa que desarrolla desde hace años. Precisamente, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Ciencia, Diana Morant, la visitaron el pasado mes de noviembre. 

PERTE sanitario

Conocieron el trabajo que se realiza en sus instalaciones en el marco del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) sanitario que cuenta con invertir cerca de 1.500 millones de euros -de ellos 1.000 públicos, del Fondo de Recuperación de la UE- para potenciar la investigación biomédica en España y hacer este sector y sus pymes líderes de la medicina de precisión y que hace todavía más llamativo la ausencia de impulso final por parte del Gobierno para que estas mismas empresas puedan comercializar sus test de antígenos. Más aún cuando el Ministerio de Ciencia, también a través del Instituto Carlos III , ha estado financiando desde 2020 investigaciones sobre la Covid, que ha llegado a empresas españolas, también en el campo de los diagnósticos. "El nivel que [el Gobierno] tiene con su industria es distinto", dice Barreiro, que afirma que el español también "adelanta el dinero" pero no da el paso final de promover después los productos nacionales. "Es un acto de valentía. Si son valientes a la hora de fijar un precio de venta para un mercado 100% libre pero no para decir que tengo motivos más que suficientes para promover los productos nacionales", dice sobre los test de antígenos.

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