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Adiós, 'Mister Marshall': los marines se marchan de Morón y tan solo dejan Rota

Los 850 efectivos serán trasladados a Vicenza (Italia), donde se encuentran la gran mayoría de fuerzas que operan en África. Esto convierte a la base de Rota en el único bastión estadounidense que sigue en España.

base rota morón
Adiós 'Mister Marshall': los marines se marchan de Morón y tan solo dejan Rota. 
EFE

Una de las primeras decisiones que se esperan del presidente Biden en materia de política exterior y de defensa es la ubicación definitiva del AFRICOM, la unidad de mando operativa estadounidense responsable de las actuaciones militares en todo el continente africano, a excepción de Egipto. El país del Nilo depende del CENTCOM, la unidad encargada de velar por la seguridad de los intereses americanos en Oriente Próximo. Como si de una red multidisciplinar se tratara, AFRICOM incluye unidades del ejército de tierra americano (USARMY), de la Marina (USNAVY), de las Fuerzas Aéreas (USAAF), del Cuerpo de Marines (USMC) y de diversos grupos de las Fuerzas Especiales (USASF). Su cuartel general se encuentra en Stuttgart (Alemania), desde donde se dirige y coordina la actuación militar de todas las unidades encuadradas en el mismo. 

Bajo el paraguas de AFRICOM, en 2013, 850 marines llegaban a Morón con la intención de hacer frente a las múltiples crisis que se estaban sucediendo en Libia, Túnez o Sudán. La razón táctica que justificaba ese envío eran las ‘primaveras árabes’, que no paraban de proliferar y ante las que Estados Unidos ya había sufrido en sus propias carnes las consecuencias de la inestabilidad política en una región de por sí políticamente inestable. Cabe recordar que el 11 de septiembre de 2002, Christopher Stevens, a la sazón Embajador americano en Libia, moría en las calles de Benghasi tras el asalto al consulado estadounidense de la ciudad. Fue este hecho el que llevó a Washington a situar una fuerza de acción rápida en una zona que quedara al margen de las turbulencias políticas norteafricanas, pero que, a la vez, estuviera ubicada en un lugar lo suficientemente cercano como para poder desplegarse en cuestión de horas y responder de manera casi automática ante una situación de riesgo extremo. El personal civil y militar americano, así como sus intereses en África, quedaban perfectamente protegidos desde Europa.

Morón fue la beneficiada por esta situación. Desde entonces, los Marines 'españoles' han actuado en numerosas ocasiones en Etiopía, Mali, Liberia, Nigeria, Camerún, Benin, o Libia. Se trata de una fuerza operativa de disponibilidad inmediata, que es capaz de funcionar como fuerza aerotransportada en numerosos escenarios gracias a sus ‘convertiplanos’ V-22 Osprey, las célebres aeronaves de rotores giratorios y basculantes que pueden aterrizar y despegar allá donde los aviones no pueden y con una capacidad de carga muy superior a la que ofrecen los helicópteros convencionales.

Sin embargo, una decisión aparentemente burocrática ha llevado a que la remodelación del AFRICOM pase a depender del US Army en lugar de a los Marines. Por desgracia, la principal víctima económica y estratégica de esta decisión es Morón. Como avanzaba Miguel González en el diario El País, la decisión del mando militar implica desplazar el contingente "español” a Italia, concretamente a Vicenza, donde se sitúa el grueso de las fuerzas americanas destinadas a operar en África. A este respecto, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha calificado la decisión americana como “puramente organizativa”. No se equivoca la titular del Ministerio, puesto que la reorganización de tropas es una máxima constante dentro de la política norteamericana de situar a sus efectivos donde sean más eficientes. La razón se encuentra en el objetivo de mantener el control militar del continente africano, tanto en distancia como en el aprovechamiento de sinergias entre sus numerosos cuerpos de ejércitos y unidades de operaciones especiales.

En cualquier caso, la retirada del contingente de Marines deja a Morón en un puesto secundario dentro de la colaboración hispano-americana en materia militar. La ubicación de la base de Morón, alejada de los centros urbanos, siempre ha sido un hándicap para la región en términos de empleo. En la actualidad, unos 350 civiles prestan apoyo en el suministro logístico y mantenimiento de la base. Una cifra escasa teniendo en cuenta las misiones que tenían encomendados los Marines desplegados allí. La búsqueda de autonomía e independencia llevó a que la base se “autogestionara”, dejando los contratos de mantenimiento más importantes en manos de empresas americanas que, o bien prestaban directamente el servicio o bien externalizaban su gestión en empresas nacionales, que tenían un papel menor en la parte americana de las instalaciones. La noticia no es buena para Morón debido a los ingresos que dejará de recibir tras la salida de 850 efectivos, aunque las autoridades locales aseguran que su papel en el conjunto de la economía de la zona era escaso.

Rota, principal baluarte americano en España

La decisión del alto mando americano no afecta en nada a Rota. De hecho, la convierte en el principal baluarte de su presencia militar en territorio español. Junto a su posición geoestratégica, es el puntal logístico de las misiones militares en Oriente Próximo, además de ser la base operativa de los cuatro destructores americanos, ampliables a seis, que garantizan el “escudo antimisiles” occidental en el Mediterráneo. 

Su impacto económico se sitúa en los 700 millones de euros, a años luz del de Morón. A esta cifra habría que añadir los ingresos que dejan los 8.000 americanos que viven en la base y que son un soporte vital tanto para el turismo como para la restauración de Cádiz, al margen de otras consideraciones más intangibles de imagen como marca país y de estrechamiento de las relaciones políticas entre ambos países. Precisamente por su peso, Margarita Robles salió al quite de las preocupaciones por el futuro de Rota al asegurar su carácter permanente, una diferencia esencial con respecto a la presencia de los Marines en Morón, y la “relación permanente y fluida” que España y Estados Unidos “mantienen en muchos otros ámbitos”.

La delicada sombra marroquí sobre Rota

Aunque el futuro de Rota está más que asegurado, en el pasado han surgido rumores respecto a la intención marroquí de ofrecer otros puntos de apoyo al despliegue militar americano en el norte de África que pudieran llegar a constituir una alternativa a Rota. Como anécdota, estas informaciones salieron justo antes de que expirara el convenio que rige la permanencia de las tropas americanas en España y que ha sido prorrogado por un año más para que la administración Biden pueda asentarse en la Casa Blanca y retomar las negociaciones en las condiciones idóneas, tal y como aseguraron, en su momento, fuentes de Defensa.

Durante este tiempo, Marruecos ha presentado extraoficialmente la candidatura de Alcazarseguir, situada entre Tánger y Ceuta, como sede alternativa a Rota en caso de que no fructificaran las conversaciones entre americanos y españoles para consolidar jurídicamente la presencia de las tropas y buques en España. Quizá por esta razón, las informaciones que cuestionan la continuidad de Rota como puntal de la presencia americana en el Mediterráneo se explican por sí solas. La intención de los marroquíes es dotar a sus instalaciones de las capacidades necesarias para albergar navíos de gran tonelaje y calado, incluso con la posibilidad de que los submarinos nucleares americanos pudieran atracar en sus instalaciones, un aspecto que, probablemente, levantaría nuevas disputas por la ampliación de la soberanía sobre las aguas que España y Marruecos comparten en el Estrecho de Gibraltar.

Las nuevas relaciones del reino alauita con Washington suponen un acicate para que los americanos pudieran reforzar su presencia en el país, pero en modo alguno cuestionan la idoneidad de Rota como la base naval más importante de Estados Unidos en la zona. Rota no tiene competencia como punta de lanza en la estrategia norteamericana de estabilizar y mantener bajo control el Mediterráneo. Además de las características logísticas, la Armada española supone un refuerzo indispensable al control de la zona gracias a las fragatas F-100 y las proyectadas F-110 que proporcionan la escolta y protección antimisiles imprescindible para que los buques americanos puedan ejecutar correctamente su misión de “escudo” militar frente a agresiones externas.

Marruecos carece de esta capacidad que los americanos confiaron a los españoles a través del sistema AEGIS, un mecanismo naval de rastreo y guía de misiles que blinda el espacio aéreo sobre el que opera la flota americana en el Mediterráneo. Tan solo Japón, Noruega y Corea, además de lógicamente Estados Unidos, poseen esta tecnología que, junto a la base naval de Rota, son la espina dorsal de las razones de la base para sentirse fuerte ante cualquier otro enclave que pudiera disputarle su hegemonía en el futuro.

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