Dracónidas, la lluvia de estrellas que abre el ‘puente del Pilar’

El buen tiempo en buena parte de España, la ausencia de una Luna brillante y el tiempo extra ligado a quien disfrute del puente hacen de 2021 un buen año para ver la lluvia de estrellas dracónicas



Otoño estrena su secuencia de lluvias de estrellas con las dracónidas. 2021 es un buen año para observarlas por tres razones, que exponen desde la Asociación Astronómica de España: la Luna, muy joven estos días del ‘puente del Pilar’, no será un estorbo durante la mayor parte de la noche; la radiante de donde parecen partir las estrellas fugaces será elevada al principio de la noche, por lo que la atmósfera no será un impedimento para su visión; tampoco las nubes, en la mayor parte de España.

Cómo ver la lluvia d dracónidas de 2021

Aunque el pico de actividad se da en la madrugada del 8 al 9 de octubre, estos meteoros son visibles hasta el 12 de octubre, aproximadamente, ya con menos probabilidad de encontrarse un meteoro cruzando el cielo. Como explican desde la asociación, aunque pueden aparecer por cualquier punto de la cúpula celeste, el centro de emisión es la constelación del Dragón. Esta se presenta al atardecer, alta por el noroeste, para ir descendiendo hasta rasar el horizonte por el norte, antes del amanecer.

Visibles durante toda la noche, este es el esquema para localizar dracónidas hacia las 23h de estas noches, cuando Dragón está aún alto

La tasa de estrellas fugaces es relativamente baja, aunque en 2011 se alcanzaron las 400 por hora. Este 2021 serán bastante visibles y localizables tomando como referencia la estrella Vega. Es una de las más brillantes desde nuestra percepción (no confundir con el planeta Júpiter, que es lo que más luce estas noches, más hacia el sur, pero sin tititar).

Un cometa: así nace la lluvia de estrellas dracónidas

El cometa 21P/Giacobini-Zinner es el responsable de esta lluvia de meteoros. Fue descubierto el 20 de diciembre de 1900 desde el Observatorio de Niza (Francia). Orbita alrededor del Sol cada 6,621 años. Esta vez no lo veremos de cerca. Sólo en su paso de 1946 alcanzó la magnitud 6, al límite de la visibilidad sin instrumentos ópticos.

A su paso, deja una estela de escombro galáctico de roca y hielo que atraviesa la Tierra cada año por estas fechas. Son esos fragmentos diminutos, de un tamaño inferior a un grano de arroz, los que entran en contacto con la atmósfera para convertirse en estrella fugaz.

Acceden a más de 80.000 km/h y al calentarse por el rozamiento se calcinan, ionizan el aire a su alrededor y producen luz. Esta velocidad, por alta que nos parezca, es casi tres veces inferior a la de las perseidas de agosto. Esto tiene como consecuencia que las estrellas fugaces de las dracónidas se deslizan suavemente por el cielo.

Eso no quiere decir que, a veces, la Tierra se encuentre con trocitos del Giacobini-Zinner más grandes. Es lo que ocurrió en 2011, una de las más recordadas dracónidas de los últimos años en España. Un bólido cruzó el cielo sevillano brillando tanto como la Luna. Aquel fragmento, que se descompuso en el cielo, fue bautizado como Lebrija.

Desde la Asociación Astronímica explican que se calculó el tamaño y peso de aquella roca. Resultó ser de medio metro de diámetro y 6 kg, algo muy anormal en una lluvia de meteoros. El estudio de la lluvia de las dracónidas de 2011 desplegó un amplio dispositivo científico en España, empleando cámaras de vídeo-detección.

1 Comentario
  • X q ponen las fechas después q a. Sucedido todo en el universo Ami me gusta ver la lluvia de extrellas estás dadas con tanto retraso no las puedo ver x favor actualicen cuando ellas vayan a aparecer

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