Estos últimos 18 meses de pandemia nos han brindado una lección magistral de cómo funciona la selección natural, la teoría propuesta por Darwin que rige los principios de la vida. Los virus mutan, inevitablemente, continuamente. La inmensa mayoría de esas mutaciones suelen ser perjudiciales para el propio virus, por lo que acaban desapareciendo; o son silenciosas, sin efectos. Solo unas pocas logran mejorar al virus y hacerlo, por ejemplo, más transmisible, aunque rara vez más letal. Es lo que ha ocurrido con las variantes alfa y delta, descubiertas en Reino Unido e India respectivamente, y que han acabado reemplazando a variantes anteriores.
Y es lo que tal vez podría pasar con la nueva lambda, que acaba de llegar a España, aunque de momento, todo apunta a que es poco probable que eso suceda. De hecho, ahora se está investigando si esta variante podría estar del brote de contagios registrado en Cantabria, en el que estarían implicadas al menos 80 personas.
Detectada en Perú a finales del año pasado, Lambda (C.37) ya se ha propagado por América Latina, sobre todo Argentina y Chile, aunque es en el país andino donde ha causado mayores estragos: de cada 100.000 peruanos, según informa Financial Times, 596 han muerto por covid, una cifra que duplica la del segundo país más afectado, Hungría, que cuenta con 307 muertos por cada 100.000.
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Las causas de esa elevada mortalidad en Perú no son atribuibles solo a lambda sino a múltiples factores, como a un sistema de sanidad muy precario, sin apenas camas UCI, el avance tímido de la vacunación masiva, o al hecho de que buena parte de la población trabaja en la economía sumergida, lo que ha impedido medidas como el teletrabajo para frenar la expansión del virus.
Vacunación contra la covid en Arequipa, Perú
Declarada “variante de interés”
A mediados de junio la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe en que alertaba que lambda se había detectado ya en otros 31 países en todo el planeta, aunque destacaba que sobre todo en estados latinoamericanos. En ese mismo informe la declaraba “variante de interés”. Eso quiere decir que, respecto al virus original que causó la pandemia de covid, lambda tiene mutaciones que se predice o se sabe que afectan a algunas de sus características, como la transmisibilidad, la capacidad de evadir al sistema inmunitario o la gravedad de enfermedad que provoca.
Por el momento, lambda se ha asociado a una mayor tasa de transmisión comunitaria, según la OMS.
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Esta variante presenta ocho mutaciones, siete de las cuales están localizadas en la proteína espiga, en la superficie del virus. Algunas ya están presentes en otras variantes que circulan por el planeta. En su conjunto, las descritas en lambda le permiten agarrarse mejor a nuestras células para infectarlas y dificultan que nuestros anticuerpos se enganchen al virus para neutralizarlo, lo que hace que sea más transmisible.
Esta variante presenta ocho mutaciones, siete de las cuales están localizadas en la proteína espiga, en la superficie del virus.
Ahora bien, por el momento no se ha descrito que sea más peligroso que el coronavirus original. Por ello, la OMS califica lambda de "variante de interés" y no de "variante de preocupación", como sí lo son alfa o delta. En este sentido, Maria Van Kerkhove, de la OMS, declaró hace unos días en rueda de prensa que para que eso ocurra, para que se cambie la consideración a variante de preocupación, lambda tiene primero que demostrar transmisibilidad aumentada, aumento de la gravedad o afectación de la eficacia de las vacunas.
Hasta ahora no hay estudios publicados sobre esta variante, solo un par de prepublicaciones que han analizado de forma preliminar cómo se comportan las vacunas de ARNm, Moderna y Pfizer, ante lambda. Al parecer, aunque generan menos anticuerpos, siguen protegiendo contra la enfermedad.
Por el momento, no se ha descrito que la variante lambda sea más peligrosa que el coronavirus original
Menos del 1% de los casos en España
Aunque se han detectado casos de lambda en Europa y España, apenas representa de momento un 1% de las muestras secuenciadas, según el Ministerio de Sanidad. Y, por el momento, no hay evidencia científica que sugiera que vaya a destronar a delta, que la variante mayoritaria en Europa y en gran parte del planeta.