Sánchez pide a la sociedad española “magnanimidad” para conceder los indultos

La cuestión catalana

El presidente reclama confianza en su apuesta política: “El desafío merece la pena”

Sánchez pide a la sociedad española “magnanimidad” para conceder los indultos
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En la Moncloa equiparan la inminente concesión de los indultos a los líderes independentistas condenados por el procés a la incomprendida negociación que José Luis Rodríguez Zapatero abrió con ETA y que culminó en el 2011 con el final de la banda terrorista. También con la arriesgada decisión de Adolfo Suárez de legalizar al Partido Comunista de España (PCE) en 1977, que encarriló la transición a la democracia y la reconciliación tras 40 años de dictadura. Las iniciativas de aquellos presidentes toparon con la contundente oposición de la derecha en las calles y las instituciones, que les acusaron de alta traición, y con los recelos y temores de amplios sectores de la sociedad. Pero ambos lograron sus objetivos.

La complejidad de la situación y el elevado voltaje político y social suscitado, salvando las distancias de momentos muy distintos, se reproduce ahora con la pretensión de Pedro Sánchez de abrir un nuevo escenario para la resolución del conflicto en Catalunya, cueste lo que le cueste, con la concesión de los indultos a los dirigentes independentistas. El presidente del Gobierno reclamó ayer “comprensión y magnanimidad” a la sociedad para emprender un difícil camino que ya sabe que estará sembrado de minas.

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Pedro Sánchez participa en los actos protocolarios durante su encuentro con el presidente argentino, Alberto Fernández 

Juan Ignacio Roncoroni / EFE

Recelos de la ciudadanía

“Comprendo los reparos, pero tenemos que hacer una apuesta por la convivencia”

En una comparecencia ante la prensa en los jardines de la Casa Rosada de Buenos Aires, junto al presidente argentino, Alberto Fernández, Sánchez empezó por celebrar la posición fijada por el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, favorable a los indultos como elemento de distensión, y su cuestionamiento de la vía unilateral del independentismo en Catalunya. “A juicio del Gobierno de España, cualquier paso a favor de la distensión es bienvenido”, subrayó sobre la postura de Junqueras. Sánchez, no obstante, asumió los amplios recelos sociales que detectan las encuestas de opinión. “Comprendo que pueda haber ciudadanos que tengan reparos sobre esta decisión que puede tomar el Gobierno, sobre todo pensando en los hechos acaecidos en el año 2017”, señaló en referencia a los inminentes indultos y a las leyes de desconexión, el referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia de hace cuatro años. “Entiendo, comprendo que pueda haber compatriotas y ciudadanos en Catalunya y en el conjunto del país que sientan reparos respecto a la posibilidad de dar indultos a los presos catalanes”, insistió. “Pero les pido que tengan confianza, porque tenemos que hacer una apuesta por la convivencia, por la reparación de esos errores que se cometieron en el año 2017”, demandó.

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“La sociedad española tiene que transitar de un mal pasado a un futuro mejor, y eso implica también magnanimidad”, reclamó el presidente. Y aseguró que el Gobierno, con todas las decisiones que adopte en este proceso, pretende “construir convivencia”. “Gracias a esa convivencia, vamos a permitir que la sociedad catalana vuelva a reencontrarse, consigo misma, ya que quedó fracturada como consecuencia de los hechos que ocurrieron desgraciadamente en el año 2017”, justificó. Sánchez advirtió que esta situación es herencia de los mandatos de Mariano Rajoy, y que su objetivo ahora es que también se produzca “un reencuentro” entre la sociedad catalana y española.

La Carta del líder de ERC

“A juicio del Gobierno, cualquier paso a favor de la distensión es bienvenido”

“Pido comprensión y magnanimidad al conjunto de la sociedad catalana y española, porque el desafío que tenemos por delante merece la pena”, subrayó. Un desafío que aseguró que busca “sembrar convivencia y superar la crisis que vivimos en el 2017”. “En consecuencia, pese a los reparos que pueda tener el conjunto de la sociedad española, pido comprensión y magnanimidad porque sin duda alguna el objetivo merece la pena”, insistió el presidente.

En espera de una próxima primera cita con Pere Aragonès en la Moncloa, Sánchez no quiso empezar a desmenuzar ya el calendario y la composición de la mesa de diálogo entre los gobiernos de España y Catalunya. No desea empañar el mensaje político que intenta trasladar, y que a su juicio es lo sustancial, consistente en “la voluntad que tiene el Gobierno de España de abrir un nuevo periodo en Catalunya, que tiene que estar fundamentado en el diálogo, en la negociación y en el acuerdo”. “Siempre respetando los márgenes que nos otorga nuestra Constitución, nuestra legalidad democrática y nuestra seguridad jurídica”, advirtió, en referencia a su rechazo a la amnistía y el derecho de autodeterminación que reclama el independentismo.

¿Una silla para Junqueras?

“No me gusta vetar a nadie, pero hablamos de una mesa de diálogo entre gobiernos”

Sánchez tampoco quiso pronunciarse sobre la conveniencia o no de que el propio Junqueras, condenado a 13 años de prisión por sedición y malversación, tome asiento en dicha mesa de diálogo. “No me gusta vetar a nadie”, aseguró, y menos en una declaración pública. “Todos somos muy conscientes de que hablamos de una mesa entre gobiernos –señaló–. Pero no empezamos bien si ahora respondo que esta persona tiene que estar o no. Tenemos que trascender estos debates”. Lo importante, zanjó, es dar pasos “en la distensión, la convivencia y la superación de una crisis que fue muy importante para el conjunto de la sociedad española y catalana”.

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