El despropósito evolutivo de Juan Manuel de Prada

A estas alturas de la partida, que alguien diga gilipolleces sobre la teoría de la evolución por selección natural, o sobre la evolución misma, no debería sorprendernos. No obstante, estos despropósitos —según la RAE, fuera de razón, de sentido o de conveniencia— sorprenden más cuando vienen de alguien culturalmente relevante, y que además es publicado por una revista de amplia trayectoria como viene a ser XL Semanal [1].

Vivimos en unos tiempos donde cualquier persona puede soltar burradas usando términos como cuántico, vacuna, el bicho, terapia o, en este caso, evolución, sin que el personal se escandalice lo más mínimo. Y si ya, como es en este caso, lo hacen usando palabros muy bonitos como subyace, y una serie de cultismos que pretenden enmascarar el desconocimiento sobre un tema complejo, pues ya incluso se le da cierta respetabilidad. Y ojo, eso no quita que lo que opine una persona sobre una materia de la cual tiene un desconocimiento absoluto sea irrelevante. Así que pasemos a ver el sesudo —e indocumentado— texto del abogado y escritor Manuel de Prada.

Criticando el siglo XVIII desde el siglo XXI

El evolucionismo postula que todos los seres vivos, vegetales y animales –incluido el hombre– se habrían originado a partir de una, o unas pocas, formas vivientes originales, por transformaciones sucesivas, lentas y graduales, en el curso de millones de años, gracias a modificaciones producidas al azar y a la acción de la selección natural. En la actualidad, incluso, la hipótesis evolucionista pretende también explicar la ‘biogénesis’, es decir, el origen espontáneo de la vida a partir de la materia inanimada. Así se podría explicar la evolución, como si dijéramos, desde el átomo hasta el hombre.

La tesis de Darwin incluye dos proposiciones distintas: por un lado, la ascendencia común de los seres vivos, el famoso ‘árbol de la vida’; por otro, la transformación de unas especies en otras, mediante un proceso evolutivo de selección natural que implica la supervivencia de los mejor dotados. Pero si todos los seres vivos procedieran de un origen común, lo normal sería que existiesen infinitas formas de transición entre ellos, un abanico de seres en transformación que conectara las distintas especies, mediante multitud de formas intermedias. Pero lo que contemplamos en la naturaleza son, por el contrario, especies perfectamente conformadas. Darwin aseguraba que esos seres intermedios en constante transformación no han sobrevivido, pues eran «poco aptos para la lucha por la supervivencia». Pero estaba seguro de que los avances paleográficos nos depararían multitud de fósiles que demostrarían la existencia de seres intermedios que conectasen los invertebrados con los peces, los peces con los anfibios, los anfibios con los vertebrados completamente terrestres… Sin embargo, tales seres intermedios no se han hallado. Se han encontrado, por supuesto, fósiles de especies ya extintas que, al igual que el ornitorrinco o el pez saltarín del fango, poseen órganos perfectamente desarrollados y funciones propias de diversas especies animales, pero no formas intermedias con órganos semidesarrollados que no sean completamente funcionales.

Resulta curioso que, cuando alguien argumenta sobre la evolución —generalmente para hablar en contra de ella— recurra a visiones decimonónicas de la teoría de la evolución por selección natural, como si la teoría evolutiva, de hecho y paradójicamente, fuera inmutable. Esto supone obviar que desde que Darwin y Wallace alumbraron al mundo con su teoría de la evolución por selección natural para explicar la evolución, muchas cosas han cambiado.

Para empezar, la evolución, es decir, el cambio de las especies a lo largo de la historia biológica, es un hecho, no una teoría. Esto quiere decir que cuando la gente habla de la evolución como una teoría está equiparando la teoría de la gravedad con el hecho de las manzanas caen al suelo. Se buscan teorías para explicar hechos observables, y la evolución es un hecho observable en el registro geológico y —más recientemente— también en la historia genética.

Lo que hicieron Darwin y Wallace fue intentar explicar la evolución, y su análisis fue fundamentalmente correcto. Ahora bien, desde que nació la teoría de la evolución por selección natural para explicar el hecho evolutivo, se ha ampliado e incrementado para explicar satisfactoriamente la evolución. A este respecto, la teoría actual recibe el nombre de síntesis evolutiva moderna, y se podría resumir como que, a lo propuesto por Darwin y Wallace, se le amplió con la teoría mendeliana de los caracteres heredados y los aportes de ciencias tan diferentes como la zoología, la genética, la biología del desarrollo, la citología, la botánica y la paleontología, entre otras muchas.

Esto viene a resumir que, esa típica crítica a la evolución, a saber, que no se han encontrado todos los estadios intermedios en el registro fósil, además de ser una sandez, intenta rebatir desde el siglo XXI las técnicas de análisis del siglo XVIII. Para empezar, el registro fósil es y será siempre incompleto, por definición y partiendo de que hay estructuras que no pueden fosilizar y que una ínfima parte de los organismos que han vivido a lo largo de la historia han dejado sus cuerpos petrificados. Pero lo más grave es pensar que ese es el único modo de analizar el pasado por ser las técnicas que se usaban en el siglo XVIII. Esto supone, entre otras cosas, obviar que la relación evolutiva de todos los organismos vivos sobre la faz de la tierra está más que demostrada gracias a la genética, y que esas mismas relaciones pueden observarse, por ejemplo, entre linajes de animales a lo largo de su ontogenia, es decir, las etapas embrionarias por las que pasa. No obstante, supongo que cuando uno desconoce un campo tan complejo, y además quiere escribir un sesudo análisis, es mejor rebatir el estado del conocimiento del siglo XVIII que el del XXI.

Mención aparte merece la frase de que no se han encontrado formas intermedias con órganos semidesarrollados que no sean completamente funcionales, porque no solo es falsa e iletrada en el siglo XXI, sino que también lo habría sido en el siglo XX, el XIX, e incluso a finales del XVIII. Por poner un ejemplo rápido no solo de órganos intermedios en el registro fósil, se puede recurrir a un paseo por el campo para verlo actualmente. En este caso, la evolución de los ojos es algo fascinante, e incluso hoy en día se observan estructuras a medio camino entre el ojo completamente cerrado y altamente desarrollado como el de humanos o cefalópodos, y los ojos más rudimentarios de platelmintos u otros invertebrados.

Hablando de genética, sin saber de genética

Viendo que los fósiles no brindaban apoyo suficiente a sus teorías, el evolucionismo recurrió al estudio de las semejanzas moleculares entre los seres vivos. Pero el estudio de las secuencias de aminoácidos de la globina de diversas especies no permite establecer taxativamente una ‘secuencia evolutiva’ que las relacione. Y tampoco las mutaciones genéticas confirman plenamente las tesis evolucionistas, pues toda mutación azarosa tiende por lo común a deteriorar el código genético, no a mejorarlo. Las mutaciones ‘favorables’, en el estricto sentido de la palabra, sólo se dan una entre un millón; y no deben confundirse con la variabilidad genética que tiene todo organismo, que hace que en determinadas circunstancias se expresen genes que ya estaban presentes –aunque reprimidos– porque su funcionamiento no era necesario. Las mutaciones sólo pueden alterar algo que ya existe, no pueden crear nuevos genes ni aumentar la información genética. Pero aun en el caso de que se hayan dado mutaciones ‘favorables’, estas no bastan para producir una nueva especie; para ello, son precisas ‘transmutaciones’ del organismo que sólo pueden lograrse en laboratorio. O sea… mediante la intervención de una inteligencia que las provoque y encauce.

Siendo justos con Juan Manuel de Prada, en este nuevo párrafo empieza a hablar de genética. No obstante, como lo hace para decir una falsedad tras otra, para concluir sinsentidos y estupideces que tienen su respuesta en libros de ciencias naturales de 1º de la E.S.O, tampoco pesa mucho a su favor. Para empezar, el estudio del ARN ribosómico ya permitió a Carl Woese, en 1977, desarrollar una filogenia molecular donde tienen cabida todos los seres vivos sobre la faz de la tierra. Por lo tanto, Prada ha tenido más de cuarenta años para documentarse correctamente. Así que a pesar de los desvaríos del articulista, la genética permite establecer que existe una relación evolutiva entre todos los seres vivos de la tierra.

Por otro lado, eso de que las mutaciones deterioran el código genético, es una frase tan incorrecta que es difícil entenderla. El código genético, para empezar, son las reglas de equivalencia que permiten traducir una secuencia de nucleótidos en el ARN (representados tradicionalmente con las letras A, U, G y C) a una secuencia específica de aminoácidos para formar una proteína. Y eso es universal y no se deteriora con las mutaciones.

Ahora bien, si Prada intentaba decir que la información que contiene el ADN se deteriora al mutar, y que eso va en contra de la evolución porque imposibilita de algún modo que las especies cambien, es también una falsedad. En primer lugar, el código genético está codificado de tal forma que hace que gran parte de las mutaciones en las secuencias de ADN sean irrelevantes a la hora de traducirse. Por otro lado, la parte de las mutaciones que afectan negativamente a las posibilidades de reproducción tienden a eliminarse, y la pequeña fracción de ellas que introducen ventajas a la hora de reproducirse se seleccionan positivamente y permiten la evolución. Y negar esto en plena pandemia, con variantes del SARS-CoV-2 apareciendo cada pocas semanas debido a la selección natural, es cuanto menos un ejercicio de estupidez y ceguera cognitiva.

Dicho esto, Prada dice que las mutaciones no pueden crear nuevos genes. Parece ser que el abogado y articulista se perdió la clase donde explicaban el fenómeno de la duplicación —o puede que nunca la tuviera estudiando derecho, lo cual nos llevaría a la interesante pregunta de qué hace hablando de evolución—. No obstante, el fenómeno existe, y consiste en que los genes, por fallos a la hora de copiarse, pueden producir copias. Y de hecho así es como surgen nuevos genes, o al menos uno de los muchos mecanismos. Se copia un gen, se tienen dos copias, una acumula mutaciones y adquiere nuevas funciones. Así de simple y estudiado. Y de hecho Daniel Martínez, amigo y coeditor de esta revista, habló de ello en su artículo sobre el gen Jingwei [2], del cual he robado la siguiente ilustración que explica lo que Prada dice que no existe.

Como hablar de Dios sin hablar de Dios

Y es que el organismo de un ser vivo es un conjunto infinitamente complejo de estructuras integradas e interrelacionadas entre sí que funcionan como un todo, con vistas a un fin; y que, por lo tanto, no puede cambiar por partes. Por consiguiente, para que un cambio significativo en una estructura o en una función sea viable, tiene que cambiar simultáneamente todo el organismo; y, para que esto ocurra, tendría que cambiar toda la información hereditaria, de forma simultánea y sin un solo error. Es decir, debería ocurrir una mutación gigantesca, un reordenamiento radical de todo el genoma, dirigido y especificado hasta en los más mínimos detalles. Lo cual constituye un verdadero milagro… que es precisamente lo que el evolucionismo trata de negar.

Pecaríamos de ingenuidad si pensásemos que el evolucionismo es tan sólo una hipótesis científica. El evolucionismo es, sobre todo, un postulado filosófico materialista cuyo objetivo último es negar no la narración literal de los primeros capítulos del Génesis (algo que ya San Agustín nos advirtió que no debía hacerse), sino la intervención divina en la creación de la vida. La Evolución, con mayúscula, se convierte así en la responsable única de toda la historia del universo, una fuerza ciega y mecánica que estaría cambiando constantemente el mundo y dirigiéndolo hacia algo diferente y mejor. He aquí la idea que subyace detrás de las bellas historias de dinosaurios mutantes que tanto nos encandilan.

Prada aquí sigue sin atinar a la hora de beber del botijo. En primer lugar, dice que un organismo no puede cambiar por partes, lo cual es fundamentalmente falso. De hecho, está perfectamente documentada la historia evolutiva de cientos de especies, como por ejemplo el caballo, donde se aprecia la pérdida gradual de dedos hasta componer la pisada actual y moderna de los caballos, en comparación con sus antepasados.

Ahora bien, dicho todo esto, aquí es cuando llegamos al asunto real del artículo de Prada. Todo su texto solo sirve como excusa para hablar de lo que realmente quiere hablar, del milagro de la vida, o de su particular visión del milagro de la vida: Dios. De nada importan sus argumentos, ya que a la vista está que no se ha tomado la molestia de documentarse.

En primer lugar, si Prada quiere especular sobre las intenciones del evolucionismo, lo mínimo sería documentarse antes de escribir sobre él. De hecho, justamente la comprensión profunda de cómo hemos evolucionado, nuestra interrelación con el resto de seres vivos y toda nuestra historia evolutiva hasta llegar a ser organismos pensantes capaces de entender su lugar en el cosmos, es el mayor milagro que muchos somos capaces de concebir. Ahora bien, Prada no pretende hablar de milagros, sino de dioses.

Sabiendo todo lo que sabemos, para que Prada tuviera razón, todo el registro fósil, así como la genética moderna, debería estar lleno de pequeñas trampas puestas ahí por Dios, o por un ente superior, para confundir a los biólogos modernos. Sin ir mas lejos, o bien los humanos convivieron con los dinosaurios y la fauna de ediacara, o bien la tierra no tiene miles de millones de años y se creó con cosas que parecen fósiles, pero no lo son. Y así una gran cantidad de hechos alternativos que tendrían que ser capaces de destruir doscientos años de conocimiento acumulado.

Hubo una época en la que los creyentes en dioses —algunos amigos míos cuadran en esa descripción— no veían en los hechos objetivos como la evolución un enemigo para sus creencias. Quiero pensar que aún vivimos en esa época, donde personas evidentemente creyentes como Prada, que además parecen inteligentes y culturalmente interesantes, pueden ver en la evolución la obra del dios de turno en el cual creen, sin necesidad de recurrir al negacionismo más estúpido, la tergiversación o la soberbia de criticar un campo de conocimiento amplio, con aportes de centenares de miles de científicos a lo largo de más de doscientos años, sin ni siquiera tomarse la molestia de abrir un libro.

[1] Animales de compañía, Juan Manuel De Prada, XL Semanal

[2] Jingwei, el gen que cambió de forma, Daniel Martínez, ULUM

El despropósito evolutivo de Juan Manuel de Prada comentarios en «39»

  1. Muy entretenido el post Fernando. Un comentario más: Creo que cuando habla de «mutación gigantesca, un reordenamiento radical de todo el genoma» olvida que todos somos una sola célula en el momento de la concepción en la que -precisamente- ocurre justo eso. «Un verdadero milagro», el de nacer, tal como dice , – ) Saludos!!

  2. Los que discutís lo que escriben y dicen estos miembros del neofascismo, seguís errando el tiro: ¿Qué te hace pensar que Prada cree en lo que escribe? por favor dale una vuelta, que merece la pena porque te dará toda una nueva perspectiva donde todo cobra mucho más sentido.

    1. Lo que Juan Manuel de Prada realmente crea, ni lo sabes tú ni lo sé yo, pero es necesario responder a falacias sobre temas científicos, para que no solo llegue a la gente un lado de la historia (que además es el falso).

      1. Te lo voy a poner más claro: No puedes intentar desmentir los bulos que lanzan esta gente, porque sacan unos 100 o 200 nuevos al día. Son demasiados y tienen demasiado dinero y medios. Es como intentar acabar con la droga persiguiendo a todos los consumidores (no se por qué me sale repetidamente la analogia con ese tema, será que ese tipo de inofmración es un poco droga para ellos).
        Lo que trato de hacerte entender es que esto de Prada no es anecdótico, está dentro de una campaña de neofundamentalismo muy bien orquestada, y atacando un solo artículo (que además es a todas luces estúpido para cualquiera con las ciencias de la eso aprobadas) no vas a conseguir nada o casi nada. Hay que denunciar el origen de por qué hacen estas cosas, y destapar todo lo implicado que hay detrás.

        1. Y si todo eso que dijeras lo acompañaras de pruebas o evidencias, tendríamos una conversación interesante. Pero como no es el caso, y como persona que lleva años desmintiendo bulos en temas científicos, y a la que le escriben muchas personas agradeciéndole haberle ayudado a dejar atrás ciertos pensamientos, considero que lo que dices es una opinión, como las tantas que uno puede dar, que carecen de un fundamento real. Si tu mensaje se resume en «no tendrías que hacer esto, haz otra cosa», te lo pongo mejor: hazlo tú, y te ahorras al intermediario. Por lo demás, predicar a los demás sobre cómo invertir su tiempo me parece bastante desafortunado y otras cosas que tampoco voy a comentar, dado que además eres un perfil anónimo. Saludos y gracias por dejar aquí tu opinión.

          1. Sigues sin entenderlo, y no voy a insistir más en nuevas formas de explicártelo ni tengo tiempo para ello: no era un reproche, puesto que siempre es bueno desmontar estas cosas, era un humilde consejo para ayudarte a ser más efectivo y conseguir convencer a más gente. Creo que para eso sirven también los comentarios, aunque a ti te parezca un uso «bastante desafortunado» (a lo mejor te sientes mejor si los cierras o solo admites los que te gusten). Pero bueno, si prefieres personalizarlo en un ataque mutuo, pues tú mismo. Un saludo.

  3. Como apunte ortográfico, solo decir que gilipollas no lleva tilde pero se acentua con el tiempo, y que al parecer en el caso de Prada ha pasado ya bastante, si es que no demasiado.

  4. Creo que das demasiada publicidad al personaje. Entiendo que te irrite, pero hay cosas mejores para perder el tiempo. Un dicho anglosajón lo expresa mejor que yo: «Nunca debes tratar de enseñar a un cerdo a cantar. Pierdes el tiempo y aburres al cerdo». Un saludo.

    1. La publicidad ya la tiene solo, que sale en televisión todos los días y está publicado en el XL Semanal. Una cosa es dar importancia a personajes marginalmente informativos, y otra replicar con argumentos a las falacias científicas lanzadas desde los grandes medios de comunicación.

  5. Uno de los argumentos más sencillos de entender y que deja fuera de juego a los creacionistas es el de la selección artificial, ya que el hombre consigue «evolución» en pocos años (en comparación con la selección natural). Unos buenos ejemplos son todas las razas de perros que hemos creado a partir de los lobos en unos miles de años, o el que más me gusta a mi, el de las frutas: te pasas un buen rato mirando fotos de cómo eran las frutas en su origen hace unos siglos y cómo son ahora

    1. ¿Son las distintas razas de perros distintas especies? No. Por lo tanto no se trata de evolución. La selección artificial no es evolución como tal, solo es como lo dice la propia palabra una selección de entre la diversidad que ya había antes y fruto de hibridaciones. Obviamente la evolución de verdad no funciona así: crea nuevos caracteres y formas biológicas.

      1. Si entendemos la evolución como el cambio o transformación gradual de los organismos, la creación de razas de perros sí que se trata de un fenómeno evolutivo, aunque se deba a selección artificial y no al flujo genético, la deriva genética o la selección natural. De lo que no estaríamos hablando es de fenómenos de especiación en ese caso, es decir, del surgimiento de nuevas especies. Pero creo que el punto que intenta expresar Fernando P. está claro. No obstante sí que es cierto que muchos creacionistas no niegan los fenómenos de cambio biológico a pequeña escala, sino que niegan los fenómenos de especiación.

        1. Pues no solo se han producido nuevas especies (es evidente) sino también la aparición de grandes grupos de animales (los mamíferos por poner un ejemplo a partir de los reptiles) que se pueden claramente distinguir de los otros grupos. Luego los «iniciadores» que se distinguen del resto van irradiando y generando especies y variedades de forma a veces muy rápida y es cierto que luego a veces se estancan y no avanzan más hasta que otro gran grupo, distinto a cualquier otro animal o planta similar, les sucede (con bacterias o virus la cosa es distinta ya que están mucho más interconectados entre si, si cabe). Yo lo que lamento de la biología evolutiva actual es que todo caiga bajo el paraguas de una misma teoría (la sintética) a pesar de los múltiples y variadísimos mecanismos que hoy en día conoce la genética de mecanismos que promueven cambios genéticos directamente promovidos por cambios ambientales. Splicing alternativo, epigenética, cambio de cromatina a heterocromatina, los micro ARNs, o las secuencias virales (retrovirus endógenos) así como las secuencias repetitivas del genoma. Todo esto puede ser modificado según señales que proceden bien del exterior bien de las actividades del propio organismo, de ahí que teorías como la de Lamarck (el primer evolucionista, no Darwin) y de otros muchos biólogos en la historia quizás puedan volver a ser tenidas en cuenta como complementos a la teoría imperante. Lo dejo solamente como reflexión. Hay un video muy bueno donde debaten Lynn Margulis y Richard Dawkins, donde la primera rebate su teoría del gen egoísta, os lo recomiendo:

          http://www.voicesfromoxford.org/homage-to-darwin-part-2-symbiogenesis-film-and-discussion/

          1. Todas esas cosas que comentas ya se tienen en cuenta y de hecho cada cierto tiempo salen publicaciones en alguna de esas direcciones. Por cierto, Lamarck no fue el primer evolucionista. Saludos cordiales.

          2. Hola, sí sé que se tienen en cuenta, pero a la hora de entender la evolución, todo acaba concluyendo en términos de selección natural de variaciones aleatorias. Desde mi punto de vista esto ni es lo único cierto y ni siquiera quizás sea lo más habitual. Y muchas pruebas que ya se conocen lo avalarían si no se interpretaran bajo el mismo paradigma evolutivo.

            En cuanto a lo de que Lamarck no fue el primer evolucionista, no caigo ahora en quién pudo ser aún anterior, pero desde luego todos ellos precedieron a Darwin y Wallace, vamos que la idea de la evolución no es de Darwin ni mucho menos.

            Un saludo.

          3. No es cierto que no se tengan en cuenta otras fuerzas, sin ir más lejos, el flujo genético y la deriva genética ocupan un papel fundamental. Además lo presentas como si hubiera una especie de juzgado de lo evolutivo, universalizador, cuando lo cierto es que la comunidad de biólogos evolutivos en muy diversa y trabajan en cosas muy diferentes, y además tienen también sus debates en cuanto al papel de otros procesos y el peso de algunas de estas cuestiones en el contexto general de la evolución. No vamos a descubrir aquí la rueda.

            En cuanto a lo otro, nadie dice que la idea de la evolución sea algo de Darwin, él dio junto a Wallace la primera explicación razonable apoyada por pruebas para explicar el fenómeno observable de la evolución, pero el pensamiento evolucionista era mucho más antiguo, como enseñan en todas las facultades de biología y en el instituto. Sin ir más lejos, Anaximandro en el siglo VII antes de Cristo, Zhuangzi un siglo después, o ya dando un salto más grande y por estar en ULUM, en el siglo IX Al-Jahiz. Lamark propuso su teoría, muy interesante, reciclando muchas ideas previas. De todo ello, más o menos, hablé aquí:

            https://ulum.es/lamarquismo-y-genetica-i/

            PS: De hecho, la herencia de caracteres adquiridos no es lo más representativo de las teorías de Lamarck, sino la escala natural que todo linaje debía seguir, como una fuerza impulsora y modificadora de tendencia a complejidad que debía dar, por separado, especies iguales o equivalentes, entre otras. De hecho, al herencia de caracteres adquiridos es algo más viejo que el propio Lamarck.

            PSII: Además, me da la sensación por tu texto que obvias que el tema de en la historia de la biología reciente han habido experimentos muy complejos en direcciones muy dispares para expandir los mecanismos al servicio de la evolución, como los experimentos de Luria y Delbrück, o los de Joshua y Esther Lederberg (relatados en el segundo artículo de la saga que te he enlazado).

          4. Hola, bueno está claro que si nos vamos atrás en el tiempo habrá muchos que se hayan dado cuenta de que ha habido una evolución, en especial en tiempos previos al cristianismo (ya que este censuraba tal idea) sin embargo yo me refería a quienes dieron algún tipo de explicación. De Anaximandro no quedan más que frases sueltas y seguramente sin que podamos conocer el contexto, ya que sus textos fueron destruidos. A los árabes no los conocía, supongo que también ellos habrán partido de ideas de los antiguos.

            Yo leí hace años el libro de Lamarck, Filosofía Zoológica, y me gustó mucho por los hechos que va desgranando y de ellos sacando conclusiones que hoy en día están totalmente corroboradas. Por ejemplo fue él quien distinguió muchos de los grandes grupos de animales (Crustáceos, Moluscos, Anélidos, etc..) como separados entre si, analizando características que tenían en común entre si y les distinguían. Todo el mundo tiene influencias previas y coge ideas de otros anteriores o de su misma época (Cuvier, Lacepede, todos más o menos de la misma quinta) no obstante yo creo que Lamarck sí creó unas ideas nuevas, aparte de la herencia de caracteres adquiridos, está la ley del uso y el desuso, que es lo que yo creo que los conocimientos de genética (proteómica, genómica, etc..) actuales demuestran, o lo harían si no fuera un pecado considerar válida tal ley.

            De hecho Darwin sacó, como él mismo dice, la idea de la selección natural del libro de Thomas Malthus, «Ensayo sobre el Principio de la Población» si no me equivoco, con lo cual no fue tampoco una idea nueva, sino una (supuesta) ley de la sociología aplicada a los seres vivos en general. También se contradijo en su libro «El Origen de las Especies» defendiendo la pangénesis. Pero bueno no se trata de desmontar a nadie sino de no rechazar ideas que pueden ser buenas solo porque no cuadran con una teoría en concreto, y más en un tema tan complejo y enigmático como es la evolución. No es lo mismo la ley de la gravedad, ya claramente corroborada como ley universal, que la selección natural de Darwin, que es una manera de interpretar las cosas, habiendo otras.

            Lo de los experimentos que mencionas sí que lo conozco. Demuestran adaptación de unas bacterias a unas nuevas condiciones. Y en cuanto a la historia de la biología, te paso un enlace a mi blog donde pongo muchos nombres de científicos (omite si quieres los que sean filósofos y alguno que otro que hoy en día suprimiría, como Lyssenko o Bruce Lipton, imaginate que esos no están ahí, ya que entonces apenas sabía de ellos) todos los demás son científicos de alto nivel que han puesto en duda la teoría sintética o el darwinismo, es decir, la selección natural.

            https://paramisonenigmas.wordpress.com/2015/07/16/dedicado-a-todos-los-biologos/

            A mí me parece que esto debería estudiarse, y se omite de la carrera de biología, que muchos pusieron en duda la teoría evolutiva oficial.

          5. Como respuesta resumen te puedo decir que todo eso sí que se enseña en la carrera de biología, y particularmente yo, que estuve muchos años en el Instituto Cavanilles de Biología Evolutiva, te puedo decir que la visión evolucionista actual contempla muchos extremos que son grandes desconocidos para el público general, pero que eso no quiere decir que no esté ahí.

          6. Pues me alegro que se estén considerando más perspectivas con la mente abierta, si no no avanzaríamos. Respecto a lo de que esto se enseñe en la carrera, yo sñe que no es así porque como creo que sabrás también la hice 🙂 . Se habla de Lamarck para ponerlo como ejemplo de lo que es falso, y como si nadie más en lo sucesivo hubiera considerado válido nada más que la selección natural. Me costó tiempo investigar todo eso por mi cuenta y leer libros de otros autores. Me parece una información muy interesante en la que indagar. Bueno, espero haber aportado algo al debate. Un saludo!

          7. No comparto eso, lo cual supongo que es bueno al animar más el debate. No estoy seguro de si te has parado a mirar la tabla con los nombres de los científicos de los que te hablo. En la carrera nunca había oído hablar de la ortogénesis ni del estructuralismo. Lo único que sí se menciona como te decía es el lamarckismo, para plantearlo como falso, y la simbiogénesis de Lynn Margulis, que tratan de encuadrar dentro de la teoría evolutiva sintética cuando la propia Margulis no estaba de acuerdo con eso. Te pongo más ejemplos, en la carrera nos instruyen acerca de que Rudolph Virchow creó la teoría celular, pero, ¿Sabías que no estaba de acuerdo con la selección natural ni con la teoría darwinista? ¿Sabías que el descubridor de los cromosomas, Karl von Nageli, tampoco estaba de acuerdo? ¿O Edward Drinker Cope, descubridor de los dinosaurios más famosos? ¿O el padre de la histología, Albert von Kolliker? ¿O el creador de la teoría general de sistemas, von Bertalanffy? Y muchos otros, tan importantes, que eran escépticos o antagonistas de dicha teoría. Te aseguro que nada de esto se dice en la carrera, es algo que hay que buscar por uno mismo. Dudo que puedas encontrar algún libro oficial universitario que lo exponga. Por supuesto que cada uno tenía sus argumentos para tal perspectiva.

            Y bueno, como siempre lo que busco es aportar no destruir 🙂 . Saludos.

          8. ¿Sabías que Kary Mullis creía haber tenido contacto con mapaches extraterrestres? No es broma. Es que, en biología, lo que un científico crea sobre un campo externo al suyo propio, no tiene por qué tener relevancia. Repito que es falso que no se enseñe en la carrera muchas de las cosas que comentas, porque ambos hemos estudiado la misma carrera, en la misma universidad. Por lo demás, dejo la conversación aquí, no creo que vayamos a sacar nada adicional. Saludos cordiales.

            PS: De la lista de autores de tu artículo, la mayoría murieron hace más de 100 años. Y por poner un ejemplo, que pongas a Lynn Margulis como antidarwinista, está bastante alejado de la realidad (por no decir totalmente). Cosa diferente es que tuviera otros puntos de vista de algunos puntos concretos de la teoría sintética, ¿pero antidarwinista? Y que pusieras como científico a Trofim Lyssenko, conspirador político, pseudocientífico y responsable de muchas muertes, me dice bastante de la calidad a la hora de hacer esa lista, entre la que incluyes a muchos científicos a los que jamás se les podría haber colgado la etiqueta de antidarwinistas. Un ejemplo que, por cercanía (tengo su libro aquí mismo) es completamente falso. Ernst Haeckel fue un evolucionista convencido, y de hecho apoyaba la idea de selección natural (aunque ignorara el papel del azar en la mutación). Hasta tal punto es así, que en su Generelle Morphologie der Organismen, que tengo aquí, dedica a Darwin y Lamark su libro. Cosa diferente es que, siendo contemporáneo de Darwin y en pleno nacimiento de la teoría de la evolución por selección natural, creyera en la fuerza impulsora del lamarkismo. Pero ¿de verdad crees que recurrir a científicos decimonónicos es serio para argumentar que existe un antidarwinismo científico?

          9. Si te lees el gen egoísta de verdad verás que habla sobre comportamientos egoístas y acaba con la aparición del altruismo y algo sobre una prueba con programas de ordenador. Cuando los recursos son finitos e insuficientes y cooperar no consigue acceder a mayor cantidad ni se puede cooperar la estrategía es competir por ellos. Cuando cooperar permite acceder a mayor cantidad de recursos cada vez esta estrategia se puede acabar imponiendo que es lo último tocado en el libro y añadido casi en otra edición una parte de ello. margullis no refuta el libro en tanto que lo que dice esto es comprobable sobre la competencia y esta es real y los animales se comen unos a otros pero si bien muestra que la cooperación puede ser la mejor estrategia en ciertos momentos, el gen egoísta también lo toca pero al final del libro. Pega que haya gente que no pase de la portada del mismo y se haya tragado las soplapolleces de Sandín. Y para más info tienes el libro del hijo de Margullis y sagan: «La entropía de la vida» de Dorion Sagan que viene a indicar que la vida aumenta la entropía global a mayor velocidad que sin su existencia aunque genere estructuras muy elaboradas por ejemplo unos organismos comen a otros para pillar recursos y la vidafrena el aumento de cantidad de moléculas más complejas por las inmediatamente menos complejas

          10. Hola, de acuerdo no es por alargar la conversación, solo por explicar algunas cosas. Lo de Lyssenko te doy la razón y ya antes te había dicho que lo omitieses como si no estuviera ahí, ya que cuando lo puse no lo había investigado suficientemente, al igual que a Bruce Lipton, por eso me llama la atención que lo recalques. No obstante todos los demás son científicos que dudaban de la selección natural (teoría sintética) y que no creo que se pueda decir que no sean serios, especialmente los cinco que te he mencionado, o que no puedan opinar sobre la evolución, ya que eran eminentes biólogos que habían probado ampliamente sus conocimientos y aportado mucho a la ciencia. Respecto a Haeckel, en efecto, es el único de los que están en la lista que apoyaron tanto el darwinismo como el lamarckismo, admitiendo que ambos tenían su grado de acierto, por eso creí conveniente incluirlo. Y lo de Lynn Margulis, ella creía que la evolución no se producía por las mutaciones aleatorias, lo cual es absolutamente antidarwinista. Creía que la evolución se producía por fusión de células unas con otras (la simbiogénesis) y que lo de la mitocondria y el cloroplasto no era una cosa puntual, que toda la evolución funcionaba así, y creía también que la Tierra era un organismo vivo que se autorregula (teoría de Gaia). Por último, decir que no solo son deminonónicos, ya que Pierre Paul Grassé es del siglo XX y ha hecho importantes descubrimientos en biología, que podéis consultar en la Wikipedia:

            https://es.wikipedia.org/wiki/Pierre-Paul_Grass%C3%A9

            James Alan Shapiro también contribuyó a la genética aislando por primera vez un gen, el de la beta galactosidasa, y ha sido un gran opositor al darwinismo en el siglo XX y XXI, de hecho sigue vivo. Que solo sean una minoría no quiere decir que no tengan algo de razón, como ya ha ocurrido otras veces en la historia de la ciencia. Y desde luego que no son todos los que hay. J. Scott Turner es otro biólogo, más humilde, un profesor que también apoya el lamarckismo. De modo que las cosas no son blancas o negras.

            Ahora yo también cierro el debate. Un saludo!

          11. Como conclusión, te puedo decir que tanto la simbiogénesis como otras muchas cuestiones, como otros fenómenos de transferencia horizontal, duplicaciones, epigenética y la herencia de patrones de metilación en el ADN, y así un largo etcétera, se estudian en la carrera, y que todos esos procesos, junto a la mutación, la selección natural y el resto de fuerzas evolutivas, forman parte de lo que se aprende en las aulas y de lo que se considera como central en la teoría evolutiva moderna. Cuando uno te lee, bien podría parecer que estás diciendo que los biólogos solo estudian la mutación y la selección natural como mecanismos evolutivos, y eso es tremendamente falso, y no se muy bien a qué viene tu discurso. No se si es a que lo has olvidado, o a que no tuviste asignaturas como evolución química y bioquímica, evolución animal, ecología y evolución microbiológica, evolución molecular o ecología de poblaciones, donde se hablaba de muchos de estos conceptos. Dado que yo me especialicé en genética evolutiva, puedo afirmar que no es cierto lo que dices, porque estudiamos en la misma universidad. Cosa diferente es que no eligieras esas asignaturas (que no se si es el caso), te especializaras en otras cosas y ahora recurres a simplificaciones grotescas de cómo se enfoca la teoría evolutiva en la modernidad. Pero, lo más importante, es que la universidad no te da nada más que un papel y una forma de pensar y cribar el conocimiento (el conocimiento que te llevas, en sí mismo, es secundario). Con esto me refiero a que como es imposible especializarse en todo y saber de todo, el patrimonio más bello que nos debería dejar nuestro paso por la casa del conocimiento, es el saber documentarnos. Y como bien dices en tu caso has aprendido muchas cosas después de tu paso por la universidad, y me alegro por ello, porque el objetivo de la universidad no es enseñarnos todo el conocimiento, sino enseñarnos a buscar ese conocimiento y apreciarlo. Saludos cordiales.

        2. Genial respuesta, muy bien argumentada y muy interesante. Es muy reconfortante leer este tipo de textos tan bien escritos.

      2. Hombre la evolución es la variación de frecuencias de alelos de genes en el acervo genético (herencia genética) de grupos (poblaciones) de seres vivos, se hayan o no producido especiaciones por tanto es evolución. Y especies nuevas pues el limequat por ejemplo…

  6. Es evidente que el señor de Prada no es biólogo ni evolucionista ni sus conocimientos sobre estos temas pasarían un examen de la ESO. Pero sus ideas están muy generalizadas: es un ejemplo muy significativo de un paradigma muy extendido actualmente sobre la evolución basado en errores conceptuales de bulto. Por mi trabajo, he escuchado, incluso en personas con una formación notable, afirmar que el hombre desciende del mono, que las jirafas tienen ese cuello tan largo a base de estirarlo para comer de la parte superior de los árboles, que los cuerpos más pesados caen a mayor velocidad que los más ligeros, etc. Aunque esto último no tenga nada que ver con la biología es una muestra de cómo ciertos conceptos se distorsionan y se difunden sin control alguno, sin filtros que encaucen esos errores hacia terrenos contrastados del conocimiento científico. Todos hemos visto cómo en los últimos años aberraciones como el terraplanismo, la homeopatía, las vacunas con chips, etc. forman parte del argumentario común en las redes sociales y los medios de comunicación.
    Por eso, artículos como este son tan importantes. Pero, en mi opinión, no es necesario insultar al ignorante. Sobran ciertos adjetivos peyorativos. La argumentación científica del artículo es de sobresaliente pero algunos calificativos hacen que ese valor desmerezca. Es mi opinión, no digo a nadie lo que tiene que decir ni cómo lo tiene que decir; nada más lejos de mi intención. Pero es una lástima.

    1. Hola Jaime, y muchas gracias por el comentario. En ningún momento se ha insultado a Prada, ni esa era la intención. Los adjetivos calificativos de las ideas o argumentaciones de Prada, van dirigidos a las ideas, no contra la persona. De hecho, tengo en mi biblioteca algunos libros del autor, y seguiré leyéndolo más allá de sus ideas iletradas sobre la evoución.

      1. Hola. Añado otras observaciones gramaticales, si me lo permites: «tuvistes» y «han habido experimentos» son ambas incorrectas, y aún más sorprendentes viniendo de alguien que escribe de manera, en general, impecable, como es tu caso. Me dedico a la lengua, no sé apenas nada de ciencia, más allá de rudimentos de aficionado, pero me interesa y me atrae, especialmente la biología; llegué aquí escandalizado por el artículo de De Prada y tras buscar en internet algún texto que lo rebatiera (cosa no muy difícil, incluso para un alumno de la ESO, como bien señalas), después he leído la interesante conversación que habéis mantenido en los comentarios y ahora estoy poco a poco descubriendo los entresijos de la página, que veo que son muchos. Así que el artículo de marras ha sido, al final, una enriquecedora fuente de descubrimientos. Un saludo.

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