Los viejos restaurantes olvidados de Hollywood

La historia de Hollywood, meca del cine parte del año 1903, cuanto una pareja tejana se estableció en la periferia de Los Ángeles, en un terreno plagado de acebos. De ahí vendría su nombre que se forma de la unión de las palabras holly (acebo) y wood (bosque) o sea “bosque de acebos” y que al transformarse en un barrio de la ciudad de Los Ángeles, pronto comenzó a atraer a una emergente industria del cine, Actualmente ya no queda casi nada de aquel glamour que caracterizó a la meca del cine de mediados del siglo pasado; una época dorada también conocida como «dream factory» («fábrica de sueños» ) con aquellos primeros estudios de Cecil B. DeMille, los hermanos Warner, Charlie Chaplin, Mary Pickford y Douglas Fairbanks.

Fueron aquellos tiempos en los que Hollywood empezó a inundarse de actores, escritores, equipos de filmación y extras y para darles de comer y tener lugares donde relacionarse se empezaron a abrir allí una serie de locales míticos destinados a atraer a toda aquella gente rica y famosa. Lamentablemente la mayoría de los mismos nunca llegó al quinto año de funcionamiento y hoy en día casi todos han desaparecido entre el polvo de las estrellas y los flashes de los fotógrafos.

El Hollywood Hotel en su inauguración

Si queremos empezar el relato de aquellos lugares míticos debemos de empezar por el precursor de todos ellos que fue el Hotel Hollywood que abrió sus puertas en diciembre de 1902 y que, como casi todos los teatros de Los Angeles, se situaban en la zona del centro de la ciudad a lo largo del Sunset Boulevard, entre Hollywood y Los Angeles. aquel hotel se edificó en la esquina noroeste de Hollywood Boulevard y Highland y pronto se convirtió en un punto focal para las funciones sociales de Hollywood. A partir de la década de 1910 muchas leyendas del cine se hospedaron allí y productores, directores, escritores y técnicos realizaron conferencias en sus amplias terrazas.

Fue considerado como «el lugar para ser visto” y en su techo había pintadas estrellas con los nombres de las celebridades que allí acudían y con mesas reservadas siempre para las mismas. Entre las decenas de famosos del cine que se alojaron en sus dependencias hay que destacar al gran Rudolph Valentino que se alojó en la habitación 264. Allí conoció a su primera esposa Jean Acker y también pasó su luna de miel. Otro gran cliente fue la compositora Carrie Jacobs Bond que compuso allí su famosa canción A Perfect Day.

El Hotel Alexandria poco después de su apertura en 1906

Al mismo siguieron otros grandes hoteles como el Alexandria y el Van Nuys, que atendían las necesidades profesionales y sociales de aquella incipiente nueva comunidad cinematográfica. En particular, el Hotel Alexandria situado entre las calles Fifth y Spring tuvo la reputación de haber acogido en sus dependencias a la realeza y a varios presidentes de los Estados Unidos y pronto se convirtió en un lugar de encuentro de productores, directores, agentes y estrellas de cine y en un punto de cita natural para la creciente aristocracia de la industria del cine. Con el se abrió la puerta a la iniciativa privada y pronto comenzaron a abrirse por todo L.A. numerosos lugares nocturnos de muchos tipos para atraer a la elite de la industria del cine.

El “Baron Long’s Ship Café”

En 1905 el Muelle de Venecia (Venice Beach) de Los Ángeles era un lugar de fiesta donde el alcohol fluía más libremente que en cualquier otra parte de Los Angeles y allí se construyó por Alberty Kinney el primeros de los restaurantes temáticos de Los Ángeles. Se trataba del Baron Long’s Ship Café, apodado Cabrillo’s por inspirarse en un galeón español que el explorador Juan Cabrillo usó para navegar por California.

Aquel local fue construido como una enorme embarcación (que en realidad no flotaba en el agua) y llegó a ser uno de los restaurantes más populares de las primeras décadas del siglo XX. Cuando en enero de 1920 entro en vigor la 18ª enmienda a la Constitución de los Estados Unidos más conocida como Ley Seca o Ley Volstead y quedó prohibida la fabricación, el transporte y la venta de bebidas alcohólicas, en aquel Cabrillo’s más de 100.000 personas pasaron por este pseudo barco para tomar allí sus últimos sorbos de alcohol legal. Aquel lugar también estaba destinado a una clientela muy exclusiva, con un menú que incluía halibut, sand dabs, barracuda y langosta junto con carne de buey estofada, foie gras, ostras de California, mejillones y berberechos.

El barco ficticio también incluía habitaciones de hotel y un salón privado muy elegante en la segunda cubierta ( lo mejor para consumir licor durante la Prohibición para los clientes que pudieran pagarlo) con un personal que llevaba uniformes similares a los de los oficiales navales del siglo XVI. Fue reconstruido después de un incendio en 1924, y renovado varias veces, cambiando su nombre a Showboat Café hasta su desaparición en octubre de 1946.

Folleto promocional
Carta del Ship Cafe
Café de la cárcel en 4212 Sunset Blvd. Foto: Biblioteca Pública de L.A.

Otro local emblemático inaugurado en 1925 fue el Jail Café (Café de la cárcel). Se ubicaba en el 4212 Sunset Blvd con camareros vestidos como presos convictos y mesas dentro de cubículos que simulaban las celdas de una prisión. Al parecer, el fingir ser un prisionero era un evento festivo que animaba el ambiente lúdico y el baile. Su menú incluía bistec, pollo y langosta y los clientes comían con las manos. Tan realista era el ambiente que en 1926 hubo allí un atraco que les reportó a los ladrones 500 $ y cuando los mismos entraron y ordenaron a todo el mundo que levantara las manos, los clientes se lo tomaron al principio como parte del entretenimiento de aquella noche hasta que los bandidos comenzaron a revisar sus ropas y tomar cualquier cosa que les pareciera valiosa.

The Zulu Hut, cortesía de Mary Mallory.

Otro bar muy curioso fue el Zulu Hut creado por el actor Raymond McKee, que se hacía llamar el Jefe Zulú. Aquel restaurante tenía piso de tierra y techo de paja, y daba cenas de pichón con pan de maíz servidas por meseros afroamericanos que parloteaban en francés y realizaba bailes «nativos» para los clientes. Aquella cabaña de madera cubierta de hojas de palma secas terminó incendiándose y desapareció en 1931.

Restaurant Ye Bull-Pen Inn Foto: Biblioteca Pública de L.A.

La carne de res era el menu temático de otro curioso restaurante llamado Ye Bull-Pen Inn en el 533 S. Grand Ave del centro de Los Ángeles, que atrajo a los clientes con un enorme toro en su fachada proclamando sus «famosos filetes». Los comensales comían en puestos parecidos a establos, bajo unas cabezas de buey disecadas que los miraban desde las paredes. Un menú de 1927 ofrecía bistecs cortados asados al carbón y papas al horno, con actos de vodevil al lado. El Ye Bull-Pen se mudó al 8204 de Beverly Blvd. en 1932, donde se podían tomar cenas de bistec por 1.00 $.

Guarida del pirata” de Don Dickerman.

Y ahora hablaremos de otro curioso restaurante de la década de 1940. Se trata del Pirate’s Den propiedad de las superestrellas Bob Hope, Bing Crosby y Rudy Vallee, el actor Fred MacMurray y el que representó a «Tarzán» Johnny Weismuller. Se ubicaba en La Brea cerca de Beverly Hill y sus camareros iban vestidos de piratas, mientras que su gerente llevaba un látigo para imponer disciplina a la tripulación. El menú de cócteles prometía «las seis bebidas más desconcertantes de la historia», incluido el Kava-Kava, el Dizzy Death y el Skipper’s Orchid, «un néctar seductor de los trópicos para las sirenas». Allí se organizaban unos simulacros de batalla y las mujeres eran secuestradas y mantenidas en un calabozo hasta que se las liberaba con un diploma

El «Igloo»
El “Pig Café”

El tramo de Sunset Boulevard al oeste de Hollywood, durante el final de 1920 y principios de 1930, se llamó «The Strip» y al estar en territorio del condado, adquirir allí durante la prohibición, una botella de alcohol era una cosa segura. Por aquella zona surgieron muchos lugares de venta libre de alcohol que se construyeron con formas sumamente curiosas como el «Igloo» en Beverly Boulevard, al este de Vermont creado por John Henry Whitington con un oso polar de peluche sentado enfrente o el “Pig Cafe» dirigido por Warren Lee que estaba ubicado en North Western Avenue cerca de Sunset y que ofrecía varios tipos de comidas a la parrilla

Sunset Inn. Los Angeles Times , 2 de abril de 1911.

Pero no todo fue snobismo. Los albores del siglo XX fue una época en la que se prodigaban los restaurantes alfombrados de felpa donde los críticos Michelin se infiltraban en secreto degustando aquellas salsas pegajosas con toques de mejorana y hierbas de Provenza, que eran las herramientas predilectas ppde aquellos chefs almidonados de París y Nueva York, con sus bigotes grises erizados como brochas de afeitar y que se abrían paso teatralmente entre sus cocinas. En ellos las grandes damas entraban en busca de cartas y cócteles, bebiendo martinis fríos. Sin embargo en Santa Mónica, debajo de los acantilados, surgió un restaurante diferente.

Lo fundó Augustus Busch, patriarca del imperio cervecero Anheuser-Busch que se enamoró del clima templado del gran Los Ángeles e invirtió su capital en comprar tierras a lo largo del Arroyo Seco en Pasadena en principios del siglo XX. Su mansión y jardines fueron obras maestras de la época y sus Busch Gardens, famosos por su belleza fueron puestos a disposición del público.

Varios años después, Busch compró otra propiedad en la esquina noreste de Colorado Avenue y Ocean Avenue, frente al muelle y la playa, y allí construyó el Sunset Inn, con una estructura diseñada por Alfred F. Rosenheim. Aquel inmueble fue anunciado a los lectores de Los Angeles Times en su edición del 2 de abril de 1911 donde se proporcionaban algunos detalles notables. Por ejemplo, el comedor de 5,000 pies cuadrados estaría “dominando una vista despejada del océano” y presentaría vigas abiertas de 18 pies de alto y techos de paneles con acabados de roble flamenco. Una escalera de mármol se elevaba desde el vestíbulo de entrada y una enorme chimenea de ladrillo estaba en el extremo norte. Encima del comedor había un jardín en la azotea frente al mar.

Artículo del Times , 1 de septiembre de 1912.

Aquel Sunset Inn pronto se convirtió en un lugar de reunión de la aristocracia de Los Ángeles y su publicidad lo presentaba con imágenes de mujeres elegantes atendidas por personal vestido con los atuendos del siglo XVIII, El Times del 1 de septiembre de 1912, lo definía en un artículo que comenzaba de este modo: “Paris puede presumir todo lo que quiera de la variedad y el atractivo de sus cafés de moda y de otros lugares de reunión para su Smart Set» pero es dudoso que entre todos tenga uno con el verdadero encanto del nuevo Sunset Inn, en Santa Mónica

Café Montmartre

Y tampoco debemos olvidarnos del Café Montmartre que marcó el comienzo de la vida nocturna de Hollywood como su primer club nocturno elegante. Construido en 1922 como parte del imperio de restaurantes en expansión del empresario Adolph “Eddie” Brandstatter fue todo un mito y la revista Camera del 9 de junio de 1923 informó que unas placas de oro con las iniciales de clientes habituales como Charlie Chaplin, Pola Negri, Al St. John, Dorothy Phillips, Irving Cummings, King Baggot, Oscar Apfel, Viola Dana y Cecil B. DeMille se adjuntaron a las mesas, que estaban reservadas para aquellas celebridades.

Gracias a su ubicación prominente cerca de los estudios de cine, el Café Montmartre a veces sirvió como lugar de rodaje. El comediante Lloyd Hamilton interpretó papeles a dúo en el cortometraje de 1925 «The Movies«, en el que se confunde a un campesino que interpreta a su doble en las películas y el club, y el café también aparece en la película de la Paramount de 1927 «A Kiss In a Taxi “. Aunque el Club Montmartre desapareció desde hace tiempo, el edificio aún sobrevive, como una elegante reliquia del estilo y la sofisticación de aquel Hollywood de los años veinte.

Herbert Klee Somborn( 1880-1934). Fuente

Herbert Somborn, el hombre que se enamoró a Gloria Swanson y con la que poco después se casó (fue uno de sus seis maridos) creó junto a Bob Cobb el Brown Derby, de LA. (el famoso edificio del sombrero) en Wilshire Boulevard,

El Brown Derby Foto Biblioteca Pública de Los Ángeles – Colección Works Progress Administration (1939)

Desde su inauguración en 1926, aquel fue un establecimiento símbolo de Hollywood. Tanto Herbert Somborne como Bob Cobb tenían vínculos con la industria del cine. El local fue patrocinado por nombres míticos como Mary Pickford, Loretta Young y Cecil B. DeMille (que también era en parte propietario) y tenia la famosa forma de un sombrero (de hecho, se conocía como «El pequeño sombrero«). Hay un millón de historias sobre cómo se ganó su nombre, desde la admiración de un político, hasta un restaurante con un nombre similar en Long Island. A diferencia de otros restaurantes de Los Ángeles, donde el servicio reverencial importaba más que el sustento, aquel local también servía una comida excelente. El menú estaba lleno de platos franceses de mediados de siglo y con el tiempo, se agregaron otros nuevos para que sus numerosos clientes se sintieran como en casa. Dorothy Lamour proporcionó la receta de los camarones criollos, y el director Michael Curtiz otra de su familia para la ternera con pimentón. Se dice que Gracie Allen tenía tantas ganas de una hamburguesa Derby con centeno que George Burns caminó penosamente a través de una rara tormenta de nieve en Los Ángeles para buscarla. Fue allí donde Bob Cobb inventó buscando en el refrigerador un bocadillo para él y algunos amigos famosos. (Jack Warner y Sid Grauman, entre otros, supuestamente) su famosa “ensalada Cobb” un plato emblemático de Hollywood, cuyos principales ingredientes son lechuga iceberg, tomate, panceta, pechuga de pollo, huevo duro, aguacate y queso roquefort.

Aquel local desde el principio ya estaba destinado a ser icónico, como solo podía serlo un restaurante con forma de sombrero. El Brown Derby original se inauguró el día de San Valentín de 1926 o 1929 y se mudó a una cuadra de distancia en 1937 y fue la primera de otras cuatro ubicaciones: la de Hollywood en 1929, la de Beverly Hills cerca de Wilshire y Rodeo Drive en 1931 y la de Los Feliz Boulevard y Hillhurst en el área de Los Feliz en 1941. Todos servían principalmente comida estadounidense de una manera semi lujosa con un servicio muy atento y atrajeron inmediatamente a multitudes ansiosas por «comer en el sombrero«. Así es que desde sus inicios en 1926, aquella frase de: «encuéntrame en el Derby» resonó por toda la cacofónica ciudad de Los Ángeles y aquellos restaurantes se convirtieron en un patio de recreo para la realeza de Hollywood, aspirantes, agentes de famosos, pugilistas, columnistas de chismes y gente común que buscaba el brillar por un momento entre las estrellas.

Allí existen momentos únicos para el recuerdo. En 1945, el Derby apareció en la película “Mildred Pierce” con Joan Crawford atendiendo su bar y diciendo: «La gente tiene que beber en algún lado. ¿Por qué no aquí?» . Al final como casi todos, aquel mítico Brown Derby original de 3377 Wilshire Boulevard, cerró y fue rápidamente desmantelado en 1985. La parte redonda de su sombrero aún persiste en el mismo lugar como parte de un mini-centro comercial coreano

Hubo otros muchos restaurantes famosos en aquellos felices tiempos de Hollywood como Sardi’s, Chasen’s, Mike Lyman’s, Hollywood Grill, Seven Seas, Fog Cutter, Gotham, Cock and Bull, Scandia y Nickodell’s pero casi ninguno ha durado más de una década antes de ser revendidos, redecorados y relanzados en algo diferente. Aquellos tiempos ya no volverán y nos dejaron muchas anécdotas como aquella en la que Alla Nazimova en el Baron Long’s Ship Café despreció a Rudolph Valentino la primera vez que se conocieron, en septiembre de 1919. Ella todavía no era una estrella, y cuando una amiga en común trató de presentarlos en aquel Ship Cafe ella le dijo: “¿Cómo te atreves a traer a ese gigoló a mi mesa? ¿Cómo te atreves a presentar a ese chulo a Nazimova? “ o como cuando Clark Gable le propuso matrimonio a Carole Lombard y ella aceptó en el Brown Derby.

Antiguo “Musso y Frank Grill” en Hollywood Blvd

La pregunta es: ¿queda algo de aquella fantástica época? Pues si, aún persiste uno llamado Musso & Frank que hoy en día es uno de los pocos lugares que nos quedan de aquel viejo Hollywood y en donde aún podemos experimentar lo que debería haber sido salir a cenar durante aquella era dorada ya que su ambiente, menú y bar no han cambiado mucho desde la década de 1920

Reciente “Musso & Frank Grill” Photo: Yuri Hasegawa

Si hoy pvamos al Musso &Frank Grill, cerrando los ojos podemos evocar aquellos gloriosos tiempos de Hollywood en su edad de oro, e imaginar a Charlie Chaplin degustando sus platos favoritos de riñón de cordero asado o cordero al curry y arroz, o a Valentino tomando espaguetis y conversando con los camareros en su italiano nativo, o a Gary Cooper tomando un filete de lomo con papa horneada y a Ginger Rogers degustando un pastel de ron como postre en aquel famoso Grill.

Porque el Musso & Frank Grill, que se ubica en el 6667 de Hollywood Boulevard (originalmente 6669 Hollywood Boulevard hasta que se mudaron al lado a mediados de los años 30) puede presumir de ser el “superviviente” de aquel glorioso Hollywood de 90 años atrás. Al principio se llamaba ‘Francois’ y está en el mismo corazón de la meca del cine. Debe su nombre a sus propietarios originales Joseph Musso y Frank Toulet que lo abrieron en el año 1919. En 1922 contrataron a Jean Rue como jefe de cocina y este se quedó allí … 53 años. Durante esa misma época contrataron a Jesse Chávez como jefe de camareros… que se quedó otros 50 años. Aparentemente, Musso & Frank Grill no solo eran un lugar para comer y beber, sino también un lugar fantástico para trabajar.

Antiguo anuncio de Musso y Frank Grill

Si queremos seguir evocando aquellos gloriosos tiempos podemos recrearlos en una serie de Netflix llamada “Hollywood” que los recrea, pero el que tenga la suerte de ir hoy en día a Los Ángeles todavía puede acercarse al Hotel Roosevelt, un clásico que a lo largo de los años ha acogido a estrellas como Charlie Chaplin o Marilyn Monroe y que también ha servido como escenario para innumerables películas. Actualmente este hotel sigue abierto y ofrece habitaciones con un toque distintivo de aquel viejo Hollywood. También es recomendable visitar The Spare Room que representa un bar clandestino de la década de 1920

Fuentes:

Hollywood Hotel

Eater

Early Los Angeles Programmatic Style Building

The Dayly Mirror

Kcet

Discover Los Angeles

National Trust for Histoy Preservation