España.

España es un país muy bonito, muy pintoresco, que tiene mar, tiene montaña, tiene desiertos, tiene ríos, tiene farolas, tiene comida y tiene una capital en la que pasan muchas cosas. De hecho, tiene una capital en la que pasa todo y en el resto del país no pasa nunca nada.

España tiene 47 millones de habitantes y en su capital, Madrid, viven 3 millones.

Y aún así, cada vez que alguien estornuda en Madrid, es noticia para los otros 44. O al menos eso es lo que los medios de comunicación quieren que pensemos los 44 millones de españoles que no vivimos en Madrid capital.

Hace poco el Ayuntamiento de Madrid decidió reducir los carriles por los que circulan los vehículos en la Gran Vía (que si ves la tele, debe ser la única calle que tienen en Madrid) para que los peatones ganaran espacio. Eso llevó a una agria disputa entre el equipo de Ahora Madrid y el PP, capitaneado por Esperanza Aguirre; aunque para ser justos ¿puede el PP meterse en una disputa sin agriarla? No, no puede. El caso es que Aguirre se quejaba de que las grandes capitales europeas no cortan las calles al tráfico (aunque luego van Londres, París y Berlín y le llevan la contraria, qué hijas de puta) y yo no paraba de recordar el primero Orgullo LGTB que se trasladó al Paseo del Prado (¡hay más calles en Madrid, bien!) y Ana Botella no cortó la Gran Vía y a las 2 de la mañana los coches compartían calzada con miles de personas (muchas borrachas como cosacas) y no se mató nadie de milagro.

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“¡’Normal’ es un programa de mi lavadoraaaarggggh!”

Pero eso es lo de menos: lo importante es que 44 millones de españoles estaban discutiendo en sus casas sobre si había que cortar o no la Gran Vía. Aunque no la hubieran pisado en su vida y no tuvieran planes de hacerlo.

Will-Grace

Ahora esos 44 millones de españoles que no viven en Madrid están peleándose porque en Madrid hay mucha contaminación (aunque según un señor, ¡no se ve!) y el Ayuntamiento ha restringido el tráfico de la capital y sólo circulan los coches con matrículas que acaban en número par. Es una medida excepcional, no se había aplicado nunca en España. Aguirre, que dijo que si ella era alcaldesa no dudaría en tomar medidas así si era necesario, ahora dice que es una medida ideológica (supongo que los números pares son de coches de gente de izquierdas y los impares de derechas, yo qué sé).

Lo realmente importante de todo esto que te estoy contando es:

¿A NOSOTROS QUÉ COÑO NOS IMPORTA?

Y cuando digo “nosotros” me refiero, evidentemente, a los 44 millones de españoles que no vivimos en Madrid.

Los telediarios nacionales llevan 2 días abriendo con la noticia de las matrículas pares e impares. Los periódicos han mandado periodistas a la calle a preguntar a la gente y tienen los titulares on fire porque hay mucha gente en Madrid que no puede coger el coche. Y a ti, que estás sentado en tu casa leyendo esto esa noticia te afecta… porque sí. Tú no vas a ir a Madrid, no tienes coche en Madrid, la contaminación de Madrid no te afecta (aunque te importe), lo que diga Aguirre te la trae al pairo y lo que haga Carmena tres cuartos de lo mismo. Pero las teles no hablan de otra cosa. Porque para las teles lo que nos pase a los 44 millones de españoles que no vivimos en Madrid no importa: 44 MILLONES DE ESPAÑOLES TIENEN QUE ESTAR HABLANDO DE LO QUE LE PASA A 3. No sea que de repente nos pongamos a hablar de lo que nos pasa a nosotros y nos demos cuenta de que nuestras ciudades, nuestra cultura, nuestra gente es igual de importante que lo que pasa en Madrid.

No sea que te dé por pensar que tú pagas impuestos, como los madrileños, y también tienes derecho a respirar un aire menos contaminado y a que tus ciudades estén limpias y a que se pueda pasear por tus aceras y a celebrar la Nochevieja y a ir a un concierto o a una obra de teatro o a una exposición.

Yo entiendo que el corte de tráfico es una noticia importante. Pero no para abrir el telediario. Y también entiendo que la noticia no es que haya 500.000 coches que no pueden circular, sino que algo se está haciendo muy mal en Madrid desde hace mucho tiempo para que se tenga que llegar a este extremo; la noticia no es la medida, es lo que ha hecho que se tenga que tomar la medida.

Pero lo que no entiendo es por qué seguimos aguantando que en los medios nacionales siga imperando un centralismo más propio de la España del siglo XIX que de la del siglo XXI. No entiendo por qué cuando en Barcelona se organiza una exposición sobre David Bowie no se habla de ella en las noticias con el mismo énfasis con el que se habla de una exposición de chorizos parrilleros organizada en el Matadero de Madrid. No entiendo por qué me tiene que importar a mí, que vivo a 500 kilómetros, que una actriz estrene una obra de teatro en la Gran Vía pero al que vive a 500 kilómetros de las Ramblas no le interesa que una actriz estrene obra en el Club Capitol. O en el Liceu. O en el TNC.

Y te hablo de Barcelona porque es donde vivo yo, pero estoy seguro de que en Zaragoza, en Sevilla, en Santiago de Compostela, en Valencia, en San Sebastián… también pasan cosas, también hay noticias, también hay cultura, también hay conciertos. Y deportes, también se hace mucho deporte; también hay gente pintoresca a la que sacar en esas noticias tan de Informativos Telecinco de “gente haciendo cosas“. Anoche vi una noticia demencial sobre una chica que se había dejado la sartén en el horno, se le quemó la cocina y vinieron los bomberos. No recuerdo de dónde era la chica, pero supongo que de Madrid o alrededores. Porque a los 44 millones de españoles que no vivimos en Madrid no se nos queman las sartenes ni tenemos bomberos.

Me decían por Twitter que todo esto es culpa de la crisis, que desde que TVE cerró los centros territoriales las televisiones se han olvidado del resto de España. Y seguramente sea así, pero vaya mierda de excusa. Hoy en día todo el mundo tiene smartphone, todo el mundo tiene internet, hay cientos de periodistas en paro, blogueros, instagrammers, twitteros, estudiantes de periodismo, becarios por toda España (la de los 44 millones) que pueden cubrir una noticia o al menos enviar material a los de Madrid para que puedan montar sus noticias.

El problema no es la crisis, al menos no la económica. El problema es que los que mandan en Madrid siguen pensando que la Capital (con “c” mayúscula) es la Capital, y que lo que importa es lo que pase allí. No sé si porque allí vive el Rey, o porque allí viven ellos. Pero es lo que es, es así y si no te gusta… Imagino que ahí es cuando te llaman nacionalista o independentista o bolchevique o vete tú a saber qué.

Lo siento, madrileños, pero me importa una mierda que hoy no podáis coger el coche, o que os amplíen las aceras, o que vuestro Ayuntamiento no pagara a los barrenderos, o que tengáis un nuevo teatro, o que un murciano compre un edificio, o que vayan a reformaros un estadio, o que tengáis problemas en el metro…

Nosotros también tenemos todo eso. Menos mal que podemos quejarnos por Twitter.

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