Coronavirus

Pesadilla en las playas de Gran Bretaña

Los residentes británicos apuestan por el turismo nacional pero los problemas se acumulan. Suciedad, estafas, subida de precios insostenibles...

Pesadilla en las playas de Gran Bretaña
TOBY MELVILLE REUTERS

Los ciudadanos británicos suelen aprovechar el verano y el sol de muchas partes de Europa para viajar a destinos vacaciones donde encuentran sol y playa, olvidando por unos días el húmedo clima de su país. Solamente a España, 18 millones de turistas se dirigían a nuestro país cada año para disfrutar de nuestras costas, ciudades y rica hostelería. Pero el coronavirus, de momento, ha acabado con esta costumbre.

El hecho de que el Gobierno de Boris Johnson haya impuesto una cuarentena obligatoria de 14 días a los ciudadanos que regresen de países considerados de alto riesgo (entre los que se incluye España) ha provocado que el turismo en el exterior haya decrecido hasta niveles muy bajos y los británicos apuesten por el turismo nacional. Así, este verano estamos viendo playas de Gran Bretaña como nunca las habíamos visto. Las zonas de baño y de descanso están atestadas de gente, los alojamientos en máxima ocupación y en las carreteras se están produciendo caravanas que nunca se habían visto.

Lo que puede suponer una posible vía para la reactivación de la maltrecha economía británica, se ha convertido en una pesadilla. Playas llenas de desechos y suciedad, alojamientos a precios inalcanzables para el bolsillo medio, caravanas interminables, turistas que destruyen los idílicos paisajes… En definitiva, lo que podía ser una oportunidad para el turismo nacional en verano ha pasado a ser un desastre.

33 toneladas de basura en Bournemouth en un fin de semana

Por poner un ejemplo, en Bournemouth, una de las zonas más visitadas por los turistas este verano, se pusieron 558 multas el último fin de semana de junio por estacionar los vehículos en zonas prohibidas. Se calcula que ese fin de semana se desplazaron medio millón de turistas a esta zona por la ola de calor que azotó Gran Bretaña esos días. Además, en las playas se recogieron 33 toneladas de desechos, incluidos excrementos humanos y pañales sucios.

El mismo problema lo están sufriendo en Brighton, al sur del país, en una de las zonas más turísticas del país si se busca playa y sol. En esta ciudad, los residentes, hartos de ver suciedad en las playas, se han organizado para coordinar operaciones de limpieza de playas casi diarias. Los niveles de suciedad alcanzaron niveles insospechados. El mismo último fin de semana de junio, sólo en media milla, aproximadamente 800 metros, se recolectaron 11 toneladas de basura.

Multas en Brighton a quien tire basura en la playa

La playa de Brighton, a primeros de agosto.

La magnitud del problema es tan grande que ante la avalancha de turistas que se dirigen a Brighton (el tren directo desde Londres tarda poco más de una hora) que las autoridades de la ciudad han introducido multas de 150 libras (unos 165 euros) a todo aquel que tire basura en las playas.

Precios desorbitados y poca disponibilidad

Pero no solo la basura es problema estos días en las playas de Gran Bretaña. También los precios de los hoteles, cámpines y apartamentos. La demanda se ha disparado y los diferentes alojamientos han aprovechado para encarecer sus habitaciones e incluso se han producido estafas en la red con ofertas que no eran tal. Desde diferentes estamentos del país se ha advertido a los ciudadanos de esta práctica, pero lo que más preocupa son los altos precios. Lugares que otros veranos tenían disponibilidad en cualquier momento del año a precios razonables, este verano han subido sus tarifas de forma considerable si es que tienen disponibilidad en sus emplazamientos.

En definitiva, lo que podía parecer una reactivación del turismo nacional en Gran Bretaña y una oportunidad para que los destinos de playa se posicionaran como un atractivo para los ciudadanos británicos se ha tornado en pesadilla. El coronavirus sigue haciendo mella.