Foto: Flickr White House

El presidente de los Estados Unidos parece estar absolutamente desatado a la hora de buscar cortinas de humo que oculten su nefasta gestión de la crisis del coronavirus. Eso le está llevando al más absoluto de los ridículos. Lo último ha sido intentar generar polémica con las leyes que restringen el flujo de agua de las duchas y que le dificultan poder cuidar su cabello: «Te duchas y no sale agua, te vas a lavar las manos y no sale agua. ¿Qué haces? Estás ahí parado más tiempo, tomas duchas mas largas… porque, no sé ustedes, pero mi pelo tiene que estar perfecto«.

Ahora, la Administración Trump, en vez de actuar de manera diligente para evitar el desbocado número de contagios y muertes por coronavirus, pretende cambiar una ley por la que las duchas no pueden producir más de 9,5 litros por minuto y que esa restricción se aplique sólo a la boquilla y no a todo el sistema.

Evidentemente, esto ha generado polémica entre las asociaciones defensoras del medio ambiente que acusan a Trump de pretender un desperdicio masivo de agua.

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