POLÉMICO ESTUDIO
Tras la plataforma infiltrada en los colegios catalanes

Los oídos 'espía niños' de la cuñada de Quim Torra

Actualizado

Cómo la mujer de su hermano Pere es una pieza fundamental del 'ejército de espías de la lengua' que vigiló a 750 niños durante los recreos en 50 escuelas

Rut Carandell, cuñada de Quim Torra, descansando con cascos, en una fotografía difundida por el hermano del 'president'. INSTAGRAM

En su día, Rut Carandell i Rieradevall parecía llamada a ser alguien en la política catalana. La larga militancia de esta abogada en defensa del independentismo sin matices salpica la hemeroteca de hace una década, cuando peleó para convertirse en secretaria general de Esquerra Republicana y después rompió con el partido y fundó una escisión radical, Reagrupament. Por aquella época, el hermano de su marido, un editor algo excéntrico y prácticamente desconocido llamado Quim Torra i Pla, se sumó entusiasta al nuevo partido de su cuñada. Diez años después, la historia ha cambiado. Rut Carandell fracasó una vez, y dos, y su presencia pública se diluyó. Hasta que, de forma inesperada, el cuñado Quim, por elección del fugado Carles Puigdemont, llegó al Palau de la Generalitat.

El primer incidente conocido de Carandell tras tantos años de irrelevancia pública es reciente y rozó el esperpento. El pasado 15 de junio se supo que dos parientes de Quim Torra se presentaron en el salón de plenos del pueblo de la familia, Santa Coloma de Farners (Gerona), y en protesta contra el acuerdo de gobierno local gestado entre el PDeCAT y el PSC se llevaron el retrato del president. Las protagonistas del robo temporal -el cuadro fue devuelto cuando al fin los nacionalistas formaron gobierno juntos y los socialistas fueron excluidos- eran nada menos que Montserrat, la hermana de Torra, y su cuñada Rut. Rut Carandell. Sin embargo, quién sabe si por no enfadar al president, su nombre apenas se difundió.

Tampoco ahora Rut Carandell (Barcelona, 1966) ha salido de las sombras, y eso que está detrás de otra de las grandes polémicas del verano: el ejército de espías de la lengua que ha observado de incógnito a 750 alumnos y 50 profesores en 50 colegios e institutos catalanes.

La abogada nacionalista, defensora acérrima del president y esposa de su hermano pequeño Pere, integra la Plataforma per la Llengua, la autodenominada «ONG del catalán» que ha elaborado una investigación en medio centenar de centros educativos para comprobar, vigilando en los patios, en qué lengua hablan los estudiantes fuera de clase.

La metodología del estudio ha generado mucha controversia: la Generalitat abrió las puertas de esos colegios e institutos a espías que ocultaron el objeto de su investigación, que se dirigían en inglés a los docentes para despistar e iban apuntando lo que decían los chavales en el recreo.

EN LA EJECUTIVA

Así es como muchos han puesto nombre a la Plataforma per la Llengua, una asociación nacida en 1993 como heredera de la radicalísima Crida a la Solidaritat (conocida por sus manifestaciones con antorchas y sus boicots), y en la que Rut Carandell no es una simpatizante más, sino una de los 22 miembros de su ejecutiva, según figura en la web del colectivo.

El primer nombre de la lista es su presidente, Òscar Escuder i de la Torre, un dentista que dirige el servicio de cirugía maxilofacial del hospital Parc Taulí de Sabadell y que fue quien presentó el estudio junto a su autor, el filólogo Marc Guevara.

El quinto nombre es el de la cuñada de Quim Torra. En su breve currículum afirma trabajar como técnica jurídica en la Administración local. Además, destaca su experiencia como letrada en los ámbitos del derecho privado y administrativo y como técnica de planificación lingüística. «También ha trabajado un año y medio en la Plataforma per la Llengua», añade en su presentación. Según la auditoría de las cuentas de la asociación que el Grup Integral d'Auditors realizó en 2015, el colectivo gastó en los salarios de sus 19 empleados más de medio millón de euros.

Carandell junto a Pere Torra, en una manifestación independentista en Bruselas en diciembre de 2017.

¿Cuál ha sido su papel en el impulso y la ejecución del Estudi sociolingüístic als patis d'escoles i instituts de zones urbanes de Catalunya? La opacidad reina en torno al informe, de 29 páginas. No está claro cuántos espías participaron ni si todos eran empleados de la plataforma. Crónica no ha podido averiguar si Carandell -que sabe inglés- se prestó a infiltrarse en alguno de los colegios. Su relevancia en la cúpula de la plataforma que impulsó y aprobó el proyecto, en todo caso, es indiscutible.

"OBSERVACIÓN DE INCÓGNITO" Y EN INGLÉS

¿Y cómo se desarrolló el cuestionado estudio de campo?

El método, según se explica en el informe, fue «la observación de incógnito»: «En las 50 escuelas de la muestra llevamos a cabo una actividad que no tenía nada que ver con el idioma, sino que estaba diseñada para extraer los datos de interés. Tampoco se informó a las escuelas sobre la realidad completa de la actividad, pero se les pidió que colaborasen (...)». Fuentes del sector educativo afirman que incluso los directores de los centros desconocían el proyecto en el que estaban participando sus alumnos.

En cada centro el espía observó a 15 estudiantes y al profesor que en ese momento vigilaba el patio. A los alumnos los reunieron allí en un «rincón discreto» y en grupos de tres para llevar a cabo una actividad de ocio que la plataforma se niega a revelar. Mientras tanto, el observador miraba y anotaba, haciéndose pasar por alguien que no sabía español ni catalán: «Sólo hablaba inglés».

Los resultados han alarmado a la plataforma: el uso del catalán es del 35% en los patios de Primaria y del 14,6% en los institutos. De modo que ni una cuarta parte de las conversaciones se desarrolla en este idioma.

SUBVENCIONES MILLONARIAS

Los vínculos de la Plataforma per la Llengua con la Generalitat no se limitan a la presencia de la cuñada del president en su ejecutiva. Con la función -dicen- de promover el catalán «como herramienta de cohesión social», las subvenciones públicas que recibe son abultadas. Según un escrito que hace tres años envió el entonces consellerSanti Vila al Parlament, entre 2012 y 2016 la Generalitat regó a la plataforma con más de 2,3 millones de euros. El convenio firmado ese último año entre el Govern y la asociación preveía otros 1,86 millones hasta 2018. En conjunto, 4,2 millones en seis años. Entre los objetivos de las ayudas que figuran en el Diario Oficial de la Generalitat aparece alguna partida llamativa, como una destinada a la «red interreligiosa por la lengua».

Licenciada en Derecho por la Universidad de Barcelona y madre de tres hijos, Carandell estuvo durante un tiempo a sueldo del Govern, cosa que ocultó cuando en 2009 lanzó Reagrupament. Entonces presumía de que en sus 23 años como militante de ERC «nunca» tuvo cargos remunerados. Se le olvidó que durante tres años fue secretaria de Administración y Función Pública como mano derecha del entonces conseller de ERC Joan Carretero, a quien Pasqual Maragall expulsó del tripartito en los tiempos del Estatut. Ahora Carandell defiende el voto para Puigdemont.

En la Plataforma per la Llengua, la letrada sólo continúa una labor que ya inició como fundadora de la Associació de Juristes en Defensa de la Llengua Pròpia, que pretende catalanizar los tribunales. La diferencia es que ahora son las palabras de niños jugando en los patios las que llegan a sus oídos. Y lo peor para ella, probablemente, es que la mayoría son en español.

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