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Descubren que los polos del campo magnético terrestre pueden invertirse mucho mas rápido de lo que creíamos

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Uno de los escenarios favoritos de los entusiastas del apocalipsis es que los polos del campo magnético terrestre se inviertan, provocando todo tipo de desastres naturales durante el cambio. La pega a este escenario es que no sabíamos con exactitud a qué velocidad se invierten los polos... hasta ahora.

¿Qué tienen que ver los polos magnéticos con el apocalipsis?

La respuesta corta es que la inversión podría (hablamos siempre desde el punto de vista teórico) privarnos de la protección que nos ofrece la magnetosfera. Nuestra querida Tierra está envuelta en un escudo protector que desvía lo peor de la radiación procedente del Sol. Ese escudo está orientado de norte a sur, pero sabemos que no siempre ha sido así. De cuando en cuando los polos de ese escudo se mueven y en ocasiones se dan la vuelta completamente. El norte pasa a estar en el sur y viceversa.

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Los teóricos del apocalipsis aseguran que eso básicamente hará que la radiación solar nos fría a todos, pero se olvidan de que tenemos otro escudo: la atmósfera. Ese escudo secundario aún se mantendría en pie millones de años antes de que el sol lo destruya por completo. Sabemos eso porque es lo que le pasó a Marte, y el proceso tardó millones de años. Ya el hecho de que haya sucedido varias veces antes sugiere que la Tierra no va a quedar devastada solo por el hecho de que los polos se inviertan.

Entonces, ¿por qué la preocupación?

Aunque sabemos que el planeta no va a quedar como una patata frita solo por el hecho de que se inviertan los campos magnéticos, lo cierto es que una inversión en la polaridad podría dejar la Tierra temporalmente más vulnerable ante tormentas solares. Eso no importaba hace unos siglos, pero ahora que hemos construido una civilización basada en maquinaria electrónica altamente sensible a las interferencias electromagnéticas, una tormenta solar descontrolada no es la mejor de las situaciones. Algo como el evento Carrington de 1859 puede causarnos problemas serios en cosas como las telecomunicaciones. Para muchos, quedarse sin Internet indefinidamente no sería muy diferente del apocalipsis.

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Por otra parte, una inversión en los polos puede acarrear problemas de otro tipo. Los geólogos han encontrado indicios de inversiones en el campo magnético que coinciden con períodos de mayor actividad volcánica y sísmica. Correlación no implica causalidad, pero es un factor a considerar. Al fin y al cabo aún no sabemos exactamente por qué se invierten los polos. Tan solo que se trata de un proceso geológico relacionado con las corrientes de convección entre el núcleo de nuestro planeta y el manto que lo rodea. Ambos forman un gigantesco electroimán que es el que genera la magnetosfera, y ese imán siempre está en movimiento.

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Una llamarada solar que nos pille con poca protección también podría alterar el clima, producir pequeñas glaciaciones y hasta modificar el comportamiento normal de animales y plantas. De nuevo, no hablamos de ovejas mordiendo a la gente y produciendo terroríficos hombres-oveja, pero el ecosistema es delicado. Una excesiva mortandad de aves migratorias que perdieron el rumbo por la alteración geomagnética se puede traducir en un inusitado aumento de ciertas variedades de insectos en otro rincón del mundo. Todo está sutilmente conectado.

¿Qué tiene que ver la velocidad de la inversión con todo esto?

Cuando se habla de procesos geológicos, los plazos en los que ocurren las cosas son tan largos que sencillamente no importan en términos humanos. ¿Qué más da si un determinado volcán arrasa el planeta dentro de 200.000 años? En apenas unos miles de años los seres humanos nos las hemos apañados para causar problemas mucho más graves.

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Con la inversión de los polos magnéticos ocurre un poco lo mismo. Los registros geológicos de que disponemos indican que las anteriores inversiones han tenido lugar a lo largo de miles de años. sin embargo, hay también indicios de que otras veces los polos se han moivido de manera mucho más rápida. Este segundo tipo de inversión es mucho más preocupante en términos geológicos, pero hasta ahora no sabíamos cuánto podía tardar en producirse.

El registro perfecto en una estalagmita

La clave para averiguar esa velocidad ha sido una estalagmita de una cueva en la provincia de Guizou, en China. Un equipo de investigadores ha descubierto una estalagmita de alrededor de un metro en cuyo interior hay sedimentos de magnetita sensibles a la polaridad del campo magnético terrestre. La estalagmita comenzó a formarse hace 107.000 años y conserva un registro perfecto de los polos magnéticos que se extiende a lo largo de otros 16.000 años.

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Examinando ese registro mediante un magnetómetro criogénico de alta definición, el geofísico Andrew Roberts y su equipo en la Universidad Nacional de Australia han podido determinar una inversión inusitadamente rápida de los polos. Ociurrió hace alrededor de 98.000 años y duro apenas 100. Poco después volvió a cambiar.

100 años parecen mucho, pero son un suspiro en términos geológicos. Gracias a ese estudio ahora sabemos que los polos de nuestro campo magnético pueden invertirse de manera muy brusca. Técnicamente hace tiempo que superamos el plazo de la última inversión. No es que la Tierra sea precisamente puntual a la hora de hacer sus tareas, pero no faltan los que ven los recientes picos en la actividad sísmica y volcánica como indicios de una nueva inversión. [PNAS vía Science Alert]