Una operación policial iniciada en 2017 por la fiscalía de Badajoz ha provocado la retirada de cientos de toneladas de productos cárnicos tras haber sido distribuidos en mal estado, entre ellos, jamón, chorizo o salami, según recoge el diario El País.
Las autoridades sanitarias han informado de que durante esta última semana se han destruido un total de 275.000 kilos de estos alimentos caducados o, incluso, en estado de putrefacción en Extremadura, así como 15.000 jamones en varias localidades de Valencia.
De momento, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) recomienda evitar consumir los productos ya adquiridos en el mercado de marcas como Jamón Bodega Alto de Aitana, Jamón Bodega Sierra Gorda, Aire de Mariola, Serranía de Ameta, El Galán, Jamones Croval, Don Enrique y Oro la Ermita.
La investigación continúa su curso debido a que la empresa que comercializó los productos tiene vinculación con otros almacenes en Castilla y León, Cataluña, Madrid y Andalucía, y Sanidad no descarta nuevas actuaciones.
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