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Por qué la comida no se pega en las sartenes de teflón

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Uno de los primeros usos que se le dio al teflón fue el de sellar los tubos que contenían uranio en el Proyecto Manhattan. También llevaban teflón los trajes espaciales de la tripulación Apolo que viajó a la Luna. Y en tu cocina, el teflón es la capa antiadherente de las sartenes. ¿Cómo funciona?

Como muchos otros productos de la química, el teflón fue descubierto por accidente. En 1938, un joven químico estadounidense llamado Roy Plunkett estaba intentando crear un refrigerante no tóxico para la compañía DuPont cuando dio con un polímero blanquecino e inerte (es decir, que no reaccionaba con otras sustancias). El compuesto mostraba una gran impermeabilidad, incluso en ambientes húmedos, y un bajísimo coeficiente de rozamiento, lo que hacía que otros materiales se resbalaran en su superficie. ¡Ajá!

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DuPont lo tiene registrado bajo la marca comercial Teflon™, pero su nombre químico es politetrafluoroetileno (o PTFE). Se trata de una larga cadena de átomos de carbono unidos, cada uno de ellos, a dos átomos de flúor. Es esa estructura molecular lo que hace que tenga propiedades antiadherentes. El vínculo entre el carbono y el flúor es tan fuerte (la fuerza intermolecular es tan alta) que la pareja prefiere seguir unida a pegarse a otras sustancias. Ni siquiera los ácidos más fuertes pueden con esa unión; ni siquiera las famosas patas de los gecos pueden adherirse al teflón.

De ahí que el PTFE se utilice en ropa impermeable (chubasqueros, botas), rodamientos industriales, articulaciones artificiales, placas de circuitos y, por supuesto, moldes de cocina y sartenes. Pero si el teflón no se adhiere a nada, ¿cómo hacen los fabricantes para adherirlo a las sartenes en sí? Como explica en esta genial animación de TED-Ed Ashwini Bharathula, doctora en ciencia de materiales, hay varios métodos.

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Uno es lijar la sartén o bañarla en químicos para volverla áspera, aplicarle un tapaporos que actúe como pegamento, rociarle PTFE líquido y calentarla a 420º C para conseguir un recubrimiento liso. Las cadenas de carbono y flúor del revestimiento de teflón ignoran el agua, la grasa y la proteína de alimentos como los huevos, lo que hace que nuestra comida no se pegue.