Lo que ‘Alicia en el país de las maravillas’ nos enseña sobre el cerebro

Charles Lutwidge Dodgson fue un escritor británico, matemático, diácono anglicano y fotógrafo que nació en Daresbury, Cheshire el 27 de enero de 1832 y murió 66 años más tarde en Guildford, Surrey el 14 de enero de 1898. Fue conocido por su seudónimo de Lewis Carroll y por su famosa novela Alicia en el Pais de las Maravillas

Esta obra ha inspirado incontables películas, pinturas e incluso piezas de ballet pero pocos saben que la principal importancia de la misma es que aportó interesantes datos para él conocimiento del cerebro humano y que tuvo influencia en la psicología freudiana, el psicoanálisis y la neurociencia moderna.

Alice Lidell © Random House

La novela surgió de la amistad que Dodgson tenía con una familia apellidada Liddell a cuyas tres hijas Lorina, Alicia y Edith llevaba de picnic en paseos en barca y fue Alicia (Alice) Lidell, la niña que le inspiró la creación del personaje de su historia. Esto se refleja muy bien en la novela «Alice I Have Been» de Melanie Benjamin, que aborda la relación entre Dodgson y aquella niña

El 4 de julio de 1862, durante una de aquellas excursiones al parar en la orilla del río, nuestro hombre vio a un conejo blanco y esto le sirvió de inspiración para el comienzo de una historia en la que Alicia entraba en un sueño que la llevaba al País de las Maravillas, un curioso lugar mágico bajo tierra gobernado por cuatro reyes y cuatro reinas. La novela se convirtió en un gran éxito comercial y fue publicada por primera vez en 1865 con ilustraciones de John Tenniel

Ilustración de John Tenniel de la edición de 1865 de Alicia en el País de las Maravillas

Así razona Alicia cuando encuentra una poción con una etiqueta que dice «bébeme» : «Si me hace crecer podré coger la llave; y si me hace encoger, podré deslizarme bajo la puerta; así que de cualquier manera entraré en el jardín, ¡y no me importa lo que ocurra!» y tras tomársela mengua hasta medir sólo 25 centrímetros. Luego encuentra una galleta mágica que dice «cómeme » y tras tomársela le produce el efecto contrario y crece tanto, que toca el techo con su cabeza como vemos en la película animada estadounidense de 1951 producida por Walt Disney

Estas escenas empezaron a llamar la atención de algunos científicos porque mostraban un grupo de síntomas íntimamente asociado con la migraña esas enojosas jaquecas que afectan a cerca de un 15 % de la población mundial y la epilepsia. Se trata de ciertos trastornos de desrealización, despersonalización y dualidad somatopsíquica, con cambios ilusorios en el tamaño, distancia o posición de objetos estacionarios en el campo visual y sentimientos ilusorios de levitación.

Aparecían en la literatura sobre la histeria (Charcot JM.Leçons du Mardi à La Salpêtrière. Policlinique 1888-1889 . París ), en tratados de neurología general ( Veraguth O. UeberMikropsie und Makropsie 1903) y en referencias de soldados con heridas occipitales en la primera guerra mundial ( Gelb A, Goldstein K.Zur Psicología de los optischen Wahrnehmungs- und Erkennungsvorganges -1918) pero en 1952,se dió la primera descripción de los mismos cuando el psiquiatra C.W.Lippman trató a siete personas con síntomas de distorsiones extrañas.

Una de ellas refería: «un día vi cómo los libros de mi hermana se volvían más grandes y cómo mi padre se hacía tan pequeño como un muñeco» añadiendo: «siento que mi cuerpo crece y crece hasta que parece ocupar la habitación entera«. Así fue como empezó a pensarse que los cambios corporales experimentados por el personaje de Alice de Lewis Carroll, tal vez podrían reflejar las sensaciones de su autor ya que así es como describía aquel autor en su manuscrito las mismas en donde dibujaba el cuerpo en crecimiento de Alice.

Fuente

Fue en el año 1955 cuando un psiquiatra británico llamado John Todd (1914-1987) hizo comparaciones entre los síntomas relatados por Lippman y las experiencias del personaje de ‘Alicia en el País de las Maravillas‘ y convirtió el nombre del cuento en un epónimo para cubrir aquellos extraños síntomas asociados con las migrañas.

Un epónimo médico es cualquier palabra relacionada con la medicina, cuyo nombre se deriva de una persona y por eso Todd le dio a estos síntomas el nombre literario de la obra de Lewis Caroll . Se trata de un síndrome con un cuadro de trastornos complejos que afectan a la percepción visual de quién lo padece, siendo lo más común el aumento del tamaño del cuerpo (macrosomatognosia) o su disminución (microsomatognosia). No afecta la visión sino a la percepción cerebral de lo visto y las personas que lo sufren son conscientes de las características ilusorias de sus percepciones, pero se sienten obligadas a mirarse en el espejo para comprobar su estatura. Al desfigurarse la percepción del tamaño de las cosas el afectado ve los objetos más pequeños de lo que son en realidad (micropsia) o más grandes (macropsia) y un gato le puede parecer del tamaño de un ratón o un vehículo un gigantesco haul truck. Las distancias se ven incorrectas por lo que un armario puede parecer que tiene kilómetros de altura o el suelo estar sorprendentemente cerca.  Veamos algunas de las ilustraciones de John Tenniel en diversas ediciones del libro de Carroll.

En esta de 1865 Alice experimenta la macrosomatognosia total de su cuerpo

Y en estas otras de 1890 a la izquierda (A) Alice experimenta macrosomatognosia parcial, y a la derecha (B) Alice experimenta la microsomatognosia total de su cuerpo.

Las causas de este trastorno no están suficientemente claras y el mismo se conoce hoy día por sus iniciales AIWS (Alice in Wonderland syndrome). Se han llegado a incluir 42 síntomas visuales que tienen en común distorsiones en la percepción sensorial, mostrando ilusiones que tienen una fuente en el mundo exterior, malinterpretada. Por ejemplo: las líneas rectas pueden ser percibidas como onduladas (dysmorphopsia), las líneas verticales como inclinadas (plagiopsia) y los objetos estacionarios en movimiento (kinetopsia), o bien los ojos de un dibujo anormalmente grandes (prosopometamorphopsia).

Existen varias teorías sobre las causas de este síndrome entre las que están la de de un exceso de actividad eléctrica en el cerebro que podría alterar el flujo sanguíneo al mismo ocasionando un mal funcionamiento a la hora de interpretar la estimulación que le llega desde los distintos órganos sensoriales; también se ha asociado a una epilepsia del lóbulo temporal, o al el efecto secundario de algunos medicamentos, como el Montelukast, un fármaco para el tratamiento del asma que presenta conocidos efectos adversos a nivel del sistema nervioso (mareo, somnolencia, parestesia/hipoestesia y convulsiones) y compuestos antidepresivos o drogas como la marihuana, LSD, éxtasis o mescalina pero la más común es la de una complicación poco frecuente (1% al 10%) de la mononucleosis infecciosa causada por el virus de Epstein Barr (EBV) que pertenece a la familia herpesvirus y es uno de los virus más comunes en humanos. Este virus suele infectar a niños, que pueden ser contagiados por el virus tan pronto como la protección de anticuerpos proporcionados por la madre (todavía presente tras el nacimiento) desaparece . La infección por el virus de Epstein-Barr puede tener síntomas variados, y los visuales pueden ser la primera o la única clínica de la enfermedad. Sea como sea el síndrome de Alicia en el país de las maravillas (AIWS) es un mal que afecta principalmente a niños.

La descripción del cuento es tan parecida a la realidad de los trastornos de los pacientes que algunos autores han sugerido que Lewis Carroll podría estar aquejado de este síndrome pero no hay evidencias al respecto.  Se sabe que Charles Lutwidge Dodgson padecía migrañas, porque sus diarios reflejan que tenía ataques precedidos de fenómenos auditivos pero no está comprobado que padeciera el síndrome aquí descrito con sus síntomas íntimamente asociados con la migraña y que eso pudiera influir en su libro.

Hay hipótesis alternativa como la de que Dodgson escribió su fantasioso relato bajo los efectos del opio o que tal vez estuvo experimentando con el hongo alucinógeno Amanita muscaria pero sea cual fuese el curso exacto de los acontecimientos la realidad es que creó un personaje que coincidía con las referencias médicas de muchos pacientes que aseguraban tener la sensación de «alargarse como un telescopio«.

Referencias

C. W. Lippman: Certain hallucinations peculiar to migraine. Journal of Nervous and Mental Disease, Baltimore, 1952

J. Todd Syndrome of Alice in Wonderland. Canadian Medical Association Journal, Ottawa, 1955

Coleman SM. Identificación errónea y no reconocimiento . J Ment Sci 1933

Alucinaciones e ilusiones en la migraña en niños y el síndrome de Alice in Wonderland . Arch Dis Child 2011

Podoll K Lewis Carroll’s migraine experiencia. Lancet 1999