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Rob_Ben_Gebler
Respecto al odio que sentía Demóstenes contra Filipo, hay una anécdota que, correspondientemente aumentada por sus enemigos (sobre todo Esquines) justifica lo que llegó a convertirse en una obsesión.

Supongo que todo el mundo conoce la historia de superación que nos contaban de niños sobre Demóstenes que, siendo tartamudo (disfémico), al perder sus bienes en manos de unos tutores posiblemente desleales, decidió entrenarse como orador colocando piedrecillas en la boca para vencer su dificultad. Sea o no cierto, su estilo era, para la oratoria de hoy en día, farragoso y plúmbeo, lo cual no quiere decir que no fuese efectivo. También las grabaciones de los discursos de Mussolini o Hitler, sus gestos, nos hacen reír, pero sin duda eran eficaces para el público de su época.

Bueno, pues decíamos que Demóstenes se dedicó a la política. Para 351 a.J.C, momento en que "despega" definitivamente como político, la política ateniense ya no se basa en el antagonismo entre "democráticos" y "conservadores", sino en anti- y pro-macedonios. Ni unos ni otros se hacen ilusiones sobre la posibilidad de derrotar a Filipo por separado; pero mientras Esquines y los "pro" prefieren una alianza con Macedonia que les permita prosperar (y, quién sabe, quizás Filipo se rompa los piños con sus ilusiones imperiales), los "anti", con Demóstenes a la cabeza, son más de firmar la paz por el momento y, ya si eso, organizamos una alianza para darle una tunda a los macedonios. Por cierto que, en la compleja política griega de la época, Esquines y los suyos tampoco hacían ascos a una alianza de ciudades griegas... aunque más para negociar con los macedonios de igual a igual que para apearles del burro de la hegemonía macedonia.

Bueno, pues así estaban las cosas cuando, en 346 a, J.C. Atenas, viéndose agobiada por las victorias macedonias, envió una delegación de doce (diez, según otros) representantes, de unos y otros influencers (incluyendo Demostenes, Esquines, y Filócrates, que dio nombre al tratado de paz que se firmó)

Según Esquines, Demóstenes, durante el viaje a Pella fanfarroneó, diciendo cómo su oratoria abrumaría al rústico y patán rey de Macedonia.

El caso es que, cuando le tocó hablar, siempre según Esquines, balbuceó y apenas logró articular alguna palabra. Algunas fuentes incluso afirman que se desmayó. Y aseguran que Filipo le escuchó (o esperó pacientemente a que pudiese decir algo) con simpatía, e incluso le consoló en su ridículo. Según los anti- Demóstenes, este episodio bochornoso, junto con la condescendencia de Filipo, convirtió su animadversión contra Filipo en una verdadera obsesión.

Aunque es obvio que Esquines aprovecha para machacar a Demóstenes, ciertamente el papel de éste debió rozar (por la parte de fuera) el ridículo, porque el resto de los enviados (incluido Demóstenes) pasan como muy por encima sobre este episodio y no responden a Esquines.

El caso es que se firmó la Paz de Filócrates, que según quién la interprete puede ser la última oportunidad de Atenas para la paz honorable, o una más de las arteras maniobras de Filipo para engañar a los atenienses.

No nos toca decidir ésto ahora
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