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Rob_Ben_Gebler
Imagen: Estatua de Alejandro en la Skopjie actual

1.- Durante una cena con abundante alcohol, Kleitos (que era uno de los generales veteranos, unos diez años mayor que Alejandro) se burló de él, y de los "jóvenes" del Ejército, diciendo que no le llegaban a Filipo y sus hombres ni para descalzar el zapato. Se entabló una discusión, llegaron a las manos, y Alejandro acabó matando a Kleitos. Las fuentes de referencia afirman que el rey, horrorizado por lo que había hecho, estuvo a punto de suicidarse, y durante varios días no probó bocado. En cuanto a las muertes por "deuda de sangre", ya he comentado en otras entradas que, en la antigua Macedonia (como en Persia) los familiares más cercanos de un asesinado tenían la obligación moral de vengar su muerte; por lo tanto, la costumbre era matar a los hermanos, padres e hijos del fallecido.

2.- Ni pruebas ni acusaciones, más allá de las maledicencias de los círculos dirigentes de las ciudades griegas, sobre todo Atenas, siempre dispuestos a echar lodo sobre los odiados macedonios. De hecho, la muerte de un rey de Macedonia (incluso en los casos raros de fallecimiento natural) podía, y solía, desencadenar una serie de intrigas, alianzas y confabulaciones, que muchas veces desencadenaban un baño de sangre. Era absolutamente lógico que la muerte de Filipo trajese consigo tales rumores y acusaciones. Mucho más difícil de entender es que los historiadores actuales cedan a la tentación del “Qui prodest?”, sin más pruebas, para echar la sospecha sobre Alejandro, sin pensar en que para Alejandro, provocar el asesinato de su padre en ese momento, ante toda Grecia, era posiblemente el peor de los escenarios a elegir.

3.- Demóstenes no supo aclarar cómo se había enterado tan pronto. Lo cuenta Esquines, el principal rival político de Demóstenes, a quien acusó de jugarse el destino de Atenas provocando, con el asesinato de Filipo, la respuesta de la poderosa Macedonia. Escribe Esquines que, "sólo una semana después de la muerte de su hija, Demóstenes se quitó el luto, se puso coronas de flores en la cabeza y ropajes blancos y anduvo por ahí haciendo indecentes muestras de alegría

4.- La mayoría de la gente solo conoce las campañas de Alejandro, ya rey, a través de Asia hasta la India. Sin embargo, la versatilidad del talento guerrero del gran conquistador es asombrosa, tanto en campo abierto, como ante ciudades asediadas, o resolviendo problemas.

Tras la muerte de su padre y la coronación de su rey, los consejeros que habían sido de su padre le aconsejaron que, ante la multiplicidad de los frentes (las ciudades griegas y las tropas tracias, ilirias, peonias, y en general todo el norte de los territorios sometidos por Filipo se habían sublevado, y la fidelidad del ejército de Atalo en Asia Menor era cuestionable) le aconsejaron no ponerse en campaña, y al menos negociar con el enemigo más poderoso, las ciudades griegas.

Alejandro no hizo caso y afrontó el mayor peligro el primero. Poniéndose en camino al frente de la caballería, con la infantería siguiéndole varias jornadas detrás, recorrió a marchas forzadas hacia el Sur, hacia el ejército tesalio que le esperaba en el desfiladero entre los montes Ossa y Olimpo. Con una brillante inspiración, Alejandro decidió esculpir una escalera en la roca del Monte Ossa, en la ladera que quedaba oculta a la vista del contingente tesalio, cruzó con parte de su ejército, y asombró a los tesalios apareciendo a su espalda y rodeando el ejército enemigo, que no pudo sino rendirse.

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